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El filo de la navaja

Drama Los horrores de la guerra hacen que Larry Darrell (Tyrone Power) lo abandone todo, incluso a los que han formado parte de su vida. Cuando, tras la guerra, regresa a su patria, las dificultades para adaptarse de nuevo a la sociedad lo empujan a emprender un largo viaje en busca de la verdad y la paz espiritual que lo llevará desde los sórdidos barrios de París hasta las nevadas cumbres del Himalaya. Adaptación de la célebre novela de Somerset Maugham. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
27 de mayo de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada más difícil que querer ver espíritu donde sólo hay materialismo. No hay nada más complicado que conseguir que te entiendan quienes sólo ven dinero, bombillas y motores. Y no hay nada más triste que ver repetirse una, y un millón de veces, la misma historia... y los seres humanos de esto no aprendemos nada.

Larry Darrel es un inconforme. Ya no está seguro de que el progreso de la humanidad esté representado en abundancia económica, en mejor tecnología o en una vida más fácil. Como hombre reflexivo y atento a lo que le rodea, Larry se está haciendo las mismas preguntas que muchos hombres se han hecho a lo largo de la historia y que apuntan al ser, al origen y al verdadero destino humano. Muchos ven esto como simple rutina y rápidamente dejan de lado aquellas esenciales preguntas acomodándose a las respuestas más triviales que, comúnmente, se les ocurrieron a otros. Pero, bien saben los hombres más sensibles, que es imposible evitar su planteamiento y que las respuestas sólo pueden hallarse en el propio corazón.

Darrel asumirá el camino de los hombres más valientes y renunciará al amor por su pareja, a su posición económica y a su propia patria, para irse en busca de sí mismo hasta el lugar más remoto que sea necesario. París... India… y trabajos de pueblo como el sacar carbón de las minas o trabajar en un barco carguero irán, gradualmente, abriendo un sendero que jamás había imaginado. Y os aseguro que no hay ficción alguna en lo que pareciera ficción.

Basado en la magnífica novela de W. Somerset Maugham, “EL FILO DE LA NAVAJA”, es una impecable adaptación que recrea con gran sobriedad una época, y sobre todo una sociedad que sigue, tal cual, repitiendo por enésima vez las mismas ligerezas. El análisis es objetivo e imparcial, respetuoso del proceso que cada uno vive, marcado también por un atinado y entremezclado toque de humor y de tragedia y, en definitiva, con esa lucidez que sólo cabe en los grandes maestros.

Edmund Goulding ha puesto en alto su carrera con un filme memorable, entrañable y lacrado con el sello de la perennidad. Notables actuaciones de gente como Tyrone Power, Gene Tierney, Herbert Marshall… y unos especiales Clifton Webb como Elliott Templeton y, Anne Baxter, galardonada con el premio Oscar por su rol de Sophie, solidifican una obra plena se sentido filosófico y vivencial.

Y resuenan todavía aquellas palabras del maestro hindú:

“No habrá verdadera felicidad hasta que los hombres aprendan a buscarla dentro de ellos mismos (…) El camino de la salvación es difícil de recorrer, tan difícil como andar sobre el filo de una navaja. Pero no es un secreto”.
Luis Guillermo Cardona
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30 de marzo de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi todo en esta película es excelente. Hacía mucho tiempo que no había vuelto a ver este film, y ahora, después de muchos años he vuelto a vivir la excelencia del buen cine, el cine de antes con su embrujo y su maestría que le hizo llegar a donde llegó, a hacernos vibrar con buenas interpretaciones, con buena fotografía y ambientación, y con una historia, guión y dirección impecable, donde hay un mensaje humano y espiritual digno de la emoción y el aplauso. Con películas como ésta terminamos de verla con más vida que cuando comenzamos, con la ilusión reforzada por lo contemplado, por lo vivido y con nostalgia del buen cine y con ganas de volver por ese camino.
Esta película debería figurar entre las más completas de todos los oficios de dentro de un film, hasta el doblaje en versión española de entonces es excelente. Con películas como esta no hace falta el color, ni el cinemascope ni el 3-D. para conseguir un arte que cambió el mundo y de donde nació la televisión.


José Antonio ZG
Jose Antonio ZG
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7 de abril de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo la dirección de Edmund Goulding, la adaptación a la gran pantalla de la famosa novela de William Somerset Maugham, contó con un cartel aboslutamente espectacular: Gene Tierney, Ann Baxter, Tyrone Power, Clifton Webb y Herbert Marshall. Casi nada. Con ese elenco de actorazos es más difícil hacerlo mal que hacerlo bien. Si ya de por si la historia es interesante, más aún la hacen los estupendos actores que nos la cuentan, excepcionales todos. Tyrone Power interpreta el papel principal, el de un joven atormentado después de su experiencia en la Segunda Guerra Mundial. Sacrificará un gran empleo y su matrimonio con su bellísima novia (Gene Tierney) para descubrir el verdadero sentido de la vida. Bonito drama que toca muchos temas de interés, desde el alcoholismo hasta el amor enfermizo, pasando por los prejuicios sociales, la maldad, la envidia y, por supuesto, el perdón la bondad. Imprescindible.
Javi
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31 de enero de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película más que interesante, aunque sólo sea por el hecho de adaptar una de las mejores novelas británicas. El resultado final se acerca más al melodrama convencional que al drama psicológico y filosófico que proponía Maugham en su novela. La máquina hollywoodiense intenta una mezcolanza de melodrama y fidelidad al relato resuelta con bastante acierto, aunque en algún momento con cierta ambigüedad. Por ejemplo, en los inicios del film, cuando Tyrone Power decide marcharse a París para recavar experiencia y aprender cultura, parece como si buscara otro tipo de placeres más carnales.
Es de justicia decir que la adaptación resulta altamente complicada pues la búsqueda existencial del protagonista explora muchos senderos y recovecos.

Rodada en 1946, obtuvo dos globos de oro a los actores de reparto Clifton Webb (Elliot Templeton) y Anne Baxter (Sophie). Esta consigió también el Oscar. Obtuvo nominaciones a mejor película (fue para “Los mejores años de nuestra vida”), actor secundario y dirección artística.

El eje central es Larry y su búsqueda existencial, pero en mi opinión, debería estar un pelín más acentuado. Además no se hace hincapié en que un compañero le salvó la vida a costa de la suya. Este hecho es el que le hace cambiar.
Dejando esto al margen, podrán decir literatura es literatura y cine es cine (y qué cierto es), la película funciona por la calidad de los actores, todos de un nivel excepcional, desde una sufridora Anne Baxter a una deliciosa Gene Tierney (Edmund Goulding tenía fama de gran director de actrices) y la trama consigue mantener el suspense, logrando el objetivo propuesto de no embarullar al espectador y mantenerlo en vilo.
Las escenas de alta sociedad están muy bien rodadas, sobre todo las iniciales en las que nos hace una rápida presentación de los personajes. Se nota el buen gusto en el rodaje y un estilo claro y directo.

En definitiva, una buena película, que consigue mantenernos pegados a la pantalla durante un par de horas, rayando a una altura notable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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27 de enero de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película basada en una novela del gran Somerset Maugham con un cierto aire filosófico y que representa muy bien el estilo Maugham, de una sencillez refinada, cosmopolita (Londres, París, Chicago, la India, la Riviera) y con una acusada tendencia hacia el sentido común.

Herbert Marshall da vida a un Somerset Maugham detallista, pausado, observador y sencillo y que es el único que entiende verdaderamente lo que le pasa a Larry. Tyrone Power al héroe que está en la búsqueda de una mejor visión de la vida, La interpetación que Power hace de Larry Darrell es magnífica, dotando al personaje de la fuerza interior, la ternura y la fortaleza con las que Somerset Maugham lo había creado. Anne Baxter representa el papel de alcohólica por el cual ganó un Oscar, magnífica, probablemente no salga más de 15 o 20 minutos en un film de dos horas y media, pero tanto su actuación como su personaje se nos queda grabado. Gene Tierney, que posiblemente sea quien tiene un personaje más complicado, está espléndida, es una mujer caprichosa, malcriada y manipuladora oculta entre buenas formas, es el ejemplo perfecto de chica de buena familia que no comprende la felicidad sin dinero ni status social. Un reparto de lujo en el que tampoco nos podemos olvidar de Clifton Webb, en esta ocasión como el inflexible, estirado y snob tío de Gene Tierney, papel por el que se llevó una nominación al Oscar.

Una película que con su mensaje acerca de la bondad, la humanidad y el desinterés, podría parecer ingenua y fuera de sitio en una época como la actual, pero sin embargo es ahora, en medio de esta crisis económica y de valores, cuando creo que cobra más interés. Uno de esos clásicos que han ganado con el paso de los años, un film para no perderse, con una soberbia fotografía de Arthur Miller, sobria y elegante, bañada por la emocionante música de Alfred Newman.
Juan Marey
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