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Se levanta el viento

Se levanta el viento
2013 Japón
Animación
7,2
15.351
Animación. Drama Jiro Horikoshi, que sueña con volar y diseñar hermosos aviones, se inspira en el famoso diseñador aeronáutico italiano Caproni. Corto de vista desde niño y por ello incapaz de volar, se une a la división aeronáutica de una compañía de ingeniería en 1927. Su genio pronto es reconocido y se convierte en uno de los más prestigiosos diseñadores aeronáuticos. Film biográfico que recrea hechos históricos que marcaron su vida, como el ... [+]
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Críticas 103
Críticas ordenadas por utilidad
6 de mayo de 2014
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

Pero Miyazaki pasa de puntillas por las cuestiones políticas y bélicas que se ocultan en el trasfondo de su relato y decide concentrarse en la historia individual de Jiro: sus fracasos y éxitos laborales, su determinación, sus anhelos, y su amor por Nahoko. De esta forma, la melancolía va creciendo en la película, mientras el espectador deja de soñar y se da de bruces con uno de los sucesos más dramáticos de la historia de la humanidad, que los japoneses vivieron muy de cerca… Demasiado cerca.

Miyazakai no justifica la actuación de su país en los años previos al estallido de la guerra… Pero tampoco hay una condena directa. Jiro y otros personajes de la cinta son conscientes de que su país se dirige al abismo, pero siguen viviendo… Y trabajando. Trabajando en aviones de guerra que tendrán una importancia capital en el desarrollo de la guerra.

Al no tomar partido y centrarse en la historia personal de su protagonista, la película acusa una cierta falta de profundidad que perjudica el resultado final. Es cierto que estamos ante la trama más compleja, tal vez más clásica, desde el punto de vista narrativo, en una película de Miyazaki. Pero creemos que El viento se levanta podría haber sido un poco más ambiciosa. Pero ¿quiénes somos nosotros para decirle a Miyazaki como debe plantear sus historias?

Tal vez sea la propia tristeza de despedirse de un genio como él la que nos lleva a buscar defectos donde tal vez no los haya. Un genio que ha creado un universo estético y narrativo único. Mi vecino Totoro, Porco Rosso, La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro… Es difícil encontrar películas en las que un espectador se sienta tan a gusto. Siendo niños vivimos experiencias inolvidables acompañando a sus personajes. Cuando volvimos a ellos, años más tarde, la emoción seguía ahí. No es nostalgia, es cine con mayúsculas.

A nivel estético, El viento se levanta es una obra majestuosa, en la línea de sus mejores proyectos. Seguimos vibrando como el primer día, surcando los cielos, soñando sus sueños, creyendo que un día, al fin, la vida será como una película de Miyazaki. Pero El viento se levanta, presenta la otra cara de la moneda. La otra realidad, la dramática, la trágica y la violenta. Y debemos despertar del sueño. Miyazaki se va, como el viento. Pero hay que intentar vivir…

Lo Mejor: Estéticamente maravillosa, como siempre.

Lo Peor: El guión no vuela tan alto como nos gustaría.

[crítica publicada en alucine.es]
david
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1 de mayo de 2014
49 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera película que veo de Hayo Miyazaki, y tengo la sensación de que eso ha sido un punto a favor a la hora de poder valorarla y evaluarla.
Un punto en contra pudo ser el hecho de tener las expectativas demasiado altas, ya que me hablaron y leí maravillas de este señor y de sus anteriores películas. Leí incluso maravillas de la propia 'El viento se levanta'.

Así que, después de verla, creo sinceramente que si esta película no estuviese firmada con ese nombre y apellido no tendría tan altas valoraciones.
Las dos horas que dura se me hicieron bastante pesadas por momentos; la prueba de ello es que miré el reloj, y lo hice varias veces. Desde sus primeros minutos no me enganchó y me pareció que se trataba de un derroche de recursos estéticos en busca de una belleza que poco tenía detrás.
Es innegable que como animación, y en términos estéticos, la película no es mala; pero, claro, ¡faltaría más que después de tantos años dedicándose a ello, a estas alturas lo hiciera mal! Éso, por sí solo, poco mérito tiene.

La historia está mal contada, mal tejida entre sí, mal estructurada y con grandes lagunas en sus planteamientos. Por no decir que la historia en sí, personalmente, me parece que no tiene apenas atractivo.
En ningún momento sentí empatía con el protagonista (y creo que conservo la cabeza y el corazón) ni por su pasión por los aviones y las avionetas.**(NOTA EN SPOILER A RAÍZ DE ESTO)

Me parece que la película peca en casi toda su historia de hacer un uso de recursos poéticos facilones, y por otra parte se pierde en tecnicismos absurdos que rellenan hasta llegar a completar dos horas de metraje, que a veces resultan soporíferas.
No me convence ni me dice mucho su pasión por las avionetas, ni su actitud ante la vida, ni su amor y su relación con la chica del pelo azul. De hecho, siento rechazo por esa actitud que muestra ante la vida, sumergiéndose en sus planos de aviones de guerra, mientras su mujer se pudre a causa de la tuberculosis.
Siento, a medida que avanza la película, que el protagonista es un cobarde, que trata de esconder esa cobardía tras esa pasión por los aviones y esas maneras poéticas de rescatar una sombrilla o de ofrecer bizcocho a niños solitarios en la noche.

Y cuando la película podría haberse salvado un poco a sí misma, vuelve hacer aguas y hundirse poco a poco, cuando no es capaz de mostrar la valentía de ahondar en el conflicto moral entre el hobby-pasión por los aviones, y las consecuencias evidentes que tendrán esos aviones, la colaboración en una guerra, en el asesinato de miles de seres humanos tan sólo por intereses económicos y políticos de potencias mundiales. La película adopta la postura de su propio protagonista, y cae en la cobardía, el infantilismo, la ambigüedad y la equidistancia, lo cual en este caso va a unido a la complicidad criminal, que difícilmente se puede ocultar con recursos poéticos.
Es reveladora aquella conversación del prota con su compañero, después de que los niños rechazaran su ofrecimiento de bizcocho, en la cual su compañero viene a decir lo siguiente: sí, todo este rollo de los aviones es carísimo, y con todo el dinero que cuesta se podrían alimentar a montones de familias pobres, pero la verdad es que me la suda, yo me piro a diseñar aviones; tú haz lo mismo.
Y el prota, claro, lo hace.

Tanto viento en la película se queda tan sólo en una pequeña ventolera, que no puede sacudir al espectador, más allá de los recursos poéticos facilones ya mencionados y del apellido del director de tanto viento.
Por momentos parece que va a levantar el vuelo, pero en seguida vuelve a caer estrepitosamente, y en líneas generales tan sólo es capaz de ascender medio metro del suelo. El avión falla casi por todos lados.

Como dije, lo único que salva a esta película es la imagen, los colores, la estética visual (aunque a veces sea demasiado pastelosa), pero de poco sirve eso si no hay nada tras el color, sólo color.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Zoby
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2 de mayo de 2014
27 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al terminar la película no podía moverme. Las últimas palabras del filme fueron el resorte que acabó por liberar la emoción contenida y acumulada durante todo el metraje. Lloré tanto que me costaba leer los subtítulos de la canción de los créditos. Había acabado devastado tras ver alguna película o leer algún libro, pero nunca antes había experimentado la catarsis a este nivel; y, seguramente, ya no lo volveré a hacer. Lo acepto: no habrá, durante lo que me queda de vida, nada parecido al final perfecto de la obra maestra definitiva de un genio cuya forma de hacer arte conecta con lo más profundo de mi alma. Solo Hayao Miyazaki me ha elevado a ciertos terrenos de fascinación, ternura y humanidad. La despedida duele de verdad.

‘El viento se levanta’ llega muy hondo a todo lo que toca, y a veces lo hace con tan solo una pincelada. Pasa en un instante de la espectacularidad desmedida al minimalismo más preciso. Las sutilezas, innumerables, son un chorro incesante de información y de emociones. Jamás se han visto unos personajes humanos tan vivos como estos en una película de animación. Y no solo por su psicología, sino incluso por la propia forma en que se mueven, aunque parezca mentira que el estudio pudiera llegar aún más lejos en este aspecto. El trabajo de animación está un grado por encima de sus anteriores creaciones. Es fastuoso. A menudo es para quedarse con la boca abierta. Y no hay un segundo de película en el que no se aprecie un cuidado extremo por el más mínimo detalle, siempre con una intención artística. En las dos horas que dura, no recuerdo ni un solo momento gratuito: todo contribuye, granito a granito, a aumentar la carga que al final levantará el viento.

Aunque es distinta a las otras maravillas dirigidas por Hayao Miyazaki, da la impresión de que en ella están todos y cada uno de sus temas. Todo lo que ha desarrollado en sus obras anteriores encuentra aquí, de algún modo, su conclusión. El conjunto de estas conclusiones no podía ser sino un canto a la vida, al espíritu aventurero, al sentido del deber, al pensamiento libre, al poder de los sueños y, por supuesto, a la mujer.

Para mí, la obra maestra más inspirada de la carrera del genio.

Gracias, señor Miyazaki.
EnriqueLF
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21 de noviembre de 2013
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas horas antes que Miyazaki anunciara su retirada del mundo de la dirección, éste había estrenado en el Festival de Venecia su última joya, The Wind Rises. A partir de allí, la película sólo se ha podido disfrutar en Japón o en los diferentes festivales de cine dónde ha estado. La cinta nos relata la biografía de Jiro, un chico que siempre había soñado en ser ingeniero aeronáutico y que acabó diseñando el avión Zero, caza que utilizaron los japoneses en la Segunda Guerra Mundial; pero, en medio de todo este proceso, estuvo enamorado de Kayo. A continuación tenéis el tráiler que ayer se publicó en Estados Unidos. Para los fans del Studio Ghibli en España, aún no hay fecha de estreno en nuestro país.

Se trata de la primera película del maestro del anime que no es una fantasía, ya que se trata de una biografía, de la vida que tuvo un personaje real; además de recrear diversos sucesos históricos que marcaron la vida de Jiro, como el terremoto de Kanto de 1923, la epidemia de tuberculosis, la Gran Depresión, la entrada de Japón en la Guerra... Pero esto no quiere decir que no haga uso de sus recursos fantásticos tan recurrentes en sus obras; pues esta obra utiliza más de una vez de los sueños del protagonista, lugar donde Miyazaki podrá jugar con su imaginación. Por otra parte, sigue con su tradición de dar vida a la naturaleza y a diversos objetos: el terremoto caracterizado con rugidos de un monstruo como si respirase, el viento como otro elemento principal de la historia que guía a los personajes, los ruidos del motor de los trenes están gravados a partir de los sonidos de la boca de una persona...

El amor vuelve a ser uno de los protagonistas de la obra, como en tantas obras de Miyazaki (La Princesa Mononoke, El Castillo Ambulante, El Viaje de Chihiro...), remarcando uno de los motivos principales del director japonés: el amor, sea cual sea su forma, es uno de los motores que mueven a las personas. Y este amor se hace presente desde la primera mirada que cruzan Jiro y Kayo, sentimiento que el espectador puede palpar y rodearse de él. Pero no debemos olvidar que también es un drama esta película, aunque podría ser mucho más duro si no fuera por el bonito estilo de Miyazaki, quien siempre intenta fijarse más en la cara buena de las cosas que en la mala.

Como antes se ha comentado, en el film también se narran algunos sucesos históricos. Pero, sutilmente, no solo los cuenta, también se puede ver la opinión que tiene el director de alguno de estos, especialmente los que tienen que ver con la política. Por ejemplo, el alemán que aparece en las vacaciones que se toma el protagonista en la montaña, le sirve para hablar de lo que está pasando en Alemania con Hitler; cuando los dos japoneses están de estancia en el país germánico, también dejan ir comentarios sobre lo mal que se invierte el dinero en Japón y de su retraso industrial; también deja ir alguna crítica a escondidas en contra de la guerra en la que Japón participó (recordamos que Miyazaki es muy pacifista)...

Visualmente se podría decir que el director japonés ha llegado a la cima. Contrapone los paisajes naturales con colores muy vivos, con grises y marrones en las calles industriales abarrotadas, la oscuridad o el frío en los momentos tristes, y las tonalidades cálidas en las situaciones más íntimas. Un arte visual que remarca lo maravillosa que puede ser la vida, el amor por la humanidad y el mundo en el que vive. Estas imágenes llenan de lirismo la historia, suavizando aquellos momentos más tristes y alzando la alegría y el amor hasta sus niveles más altos, provocando la emoción del público.

Como las otras películas de Miyazaki, la banda sonora está compuesta por Joe Hisaishi. Fantástica; como las otras veces, acompaña al espectador durante su recorrido por la vida de Jiro. El piano sigue siendo su instrumento principal pero, esta vez, alguna piezas musicales contienen instrumentos como el acordeón, el bajo... dándole un toque más occidental a estas canciones, ya que la historia, en algunas partes, tiene lugar en países como Italia (en los sueños) o Alemania (el viaje de los ingenieros).

Y con esta obra se despidió Miyazaki, dejando atrás algunas de las mejores películas de animación jamás hechas. Una marcha con un sabor agridulce para sus seguidores: agrio porque no veremos más obras del maestro, dulce ya que se retira sin haber hecho nunca una mala obra.
Ferran Cano
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10 de febrero de 2015
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he sido del parecer que a una película se la ha de valorar por ella misma y no por la trayectoria o la fama del director en cuestión. Evidentemente esto muchas veces es difícil debido al fondo sentimental que queda en las personas y que tiende a sobre o infravalorar obras dependiendo de la afinidad del susodicho.

El caso es que me ha dejado muy sorprendido la gran cantidad de críticas que valoran la película como excelente e incluso obra maestra y que destacan más que este largometraje sea la despedida de Hayao Miyazaki que no el film en cuestión. No voy a poner en duda la legitimidad de esas críticas, pero voy a dar mi contrapunto.

Técnicamente la película está muy bien realizada, aunque para ser justos creo que la animación a veces no tiene la calidad de anteriores propuestas del director, pues veo más fluidez y detalles en otras obras como, por ejemplo, La Princesa Mononoke (1997). No olvidemos que es de hace casi dos décadas.

Al principio la cosa promete, pero todo va decayendo lenta pero inexorablemente hasta el hastío y la modorra. La historia de amor está mal llevada, sin sentimientos ni reacciones creíbles y con momentos de vergüenza ajena. Los sucesos carecen de relevancia e interés y los momentos de emoción no existen. Las dos horas largas de metraje se hacen eternas y el final llega de forma inesperada y, como no podía ser de otra manera, carente también del mínimo interés.

A mí me pasa al contrario que a los demás, la gente perdona por el historial del director… Yo exijo, exijo que se nos vuelva a hacer sentir las emociones, que nos vuelva a hacer partícipes de la historia, que el film se te haga corto. Él es capaz de hacerlo y lo sabemos, por eso esta película, la de su adiós, es una decepción tan grande e inesperada.
MGarvey
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