The Ugly

Advertía esa voz en off tan de trailer añejo años 80-90: "Esta no es una película bella, es fea" jugando con el título del film, que proviene del apodo del personaje central. Pues bien, acertó de pleno.
La peli es fea, desde luego que sí. Por lo que cuenta, por cómo lo cuenta, por su puesta en escena en tonos casi siempres fríos (abuso del azul casi tanto como habituaba Dario Argento en sus inicios) o escasos de luz si de exteriores nos referímos y hasta por sus personajes, de los cuales no encontraremos ni uno solo en quién depositar nuestra simpatía...

Meterse en la enrevesada mente de un asesino siempre es un ejercicio que revuelve las tripas y la conciencia, además de desgastarnos psíquicamente. En esta ocasión esta modesta propuesta de un cine tan ignoto como el neozelandés, modesta a la legua, simplemente patente por estar rodada con apenas cinco actores y en tres escenarios, siendo ese deprimente asilo el principal, ofrece un desarrollo excesivamente lento. Se hace considerablemente larga cuando apenas tiene una duración de hora y media.

Básicamente se trata de un interrogatorio por parte de una psiquiatra criminalista (de gran parecido físico con Scully de X-Files) a un asesino en serie enclaustrado, enésimo especimen enfrentado al mundo y a todo aquel que se encuentre delante (no importando edad, sexo o raza), a raíz de unas experiencias traumáticas en su infancia.
Se intercalan constantemente escenas del presente con hechos pasados, hallándose aquí el detalle, puede que sea el único, que más me gustó de "The ugly" y que dejaré para la zona spoiler.
El resto no aporta nada nuevo. Tiene cierto tufillo a telefilm de sobremesa si no fuera porque hay unos cuantos asesinatos bañados en una sangre negra como el petróleo (¿debido a cuestiones de censura tal vez?), oscura como cada segundo de este "The ugly"

Tan desconocida como prescindible