Filth, el sucio

Filth llega al fin a España con un retraso más que considerable y con una distribución menor, como suele suceder con películas que tardan tanto en estrenarse en nuestro país.

Esta cinta que comienza como una oda a la raza (y desvergüenza) escocesa simbolizada en el deslenguado y salvaje policía protagonista nos da la sensación de parecerse a la estrenada hace unos meses Dom Hemingway con la que comparte un tono provocador (aquí aún más acentuado) y un desvergonzado protagonista. Se ha de decir que todo funciona algo más en esta cinta bebiendo del neo noir iniciado por ejemplo por Boyle con Trainspotting (1996) y con un carisma propio aún más directo y desinhibido hacia el espectador.

La cinta recoge ese desenfrenado ritmo hasta una parte final más dramática y redentora con el protagonista, que rompe notablemente el tono de la narración hasta ahora; es sin duda un punto negativo aunque un incontrolable y fantástico James McAvoy mantiene el vuelo todo el tiempo. Secundado por otro gran personaje que crea Eddie Marsan y por la siempre atractiva y prometedora presencia de Imogen Poots.

Una salvaje cinta que nos regala ese humor negro y cruel del que tenemos ganas de ver al empezar la proyección pero que al terminar, dejará una extraña sensación cercana a la congoja nada humorística.

Adaptación de una novela de éxito que traspasada a la pantalla grande pierde parte de su tono "políticamente incorrecto". Aún así, propuesta interesante en la que destaca la labor de James McAvoy que se mete de lleno en la piel de un policía que es más delincuente que los delincuentes que persigue.

Jon S. Baird (Cass) se atreve a adaptar una novela de Irvine Welsh, célebre escritor a quien el séptimo arte ya recurrió hace ya 18 años con Trainspotting. El film que llega a las pantallas españolas con un año de retraso tuvo muy buena acogida en el Reino Unido dónde su protagonista James McAvoy ganó el British Independent Film Award, el Empire Award, así como el guardon del círculo de críticos de Londres de mejor actor británico. Además la película en sí tuvo también varias nominaciones. En Estados Unidos convenció menos, así lo demuestran el 56% en Metracritic y el 62% en Rotten Tomatoes.

Filth nos habla del detective Bruce Robertson, el policía más maleducado, pervertido, asqueroso y adicto al sexo y a las drogas de Edimburgo que luchará con sus compañeros para obtener un ascenso y así salvar su matrimonio, mientras paralelamente intenta solucionar un caso de asesinato. La sinopsis, como la película no deja indiferente a nadie; y su puesta en escena y desarrollo narrativo tampoco. Influenciado por el nuevo cine británico de Danny Boyle o Guy Ritchie, la historia está dotada de ritmo desenfrenado, de slow motion y de frases cómplices del protagonista mirando hacia el espectador. Elementos que buscan la incomodidad del voyeur y la repulsión que ya avanzaba el propio título.

El principal problema es que esa necesidad de transgredir con su verborrea y sus imágenes lascivas a ritmo vertiginoso resulta un intento frustrado. No estamos en 1996. A pleno siglo XXI cuesta mucho sorprender e inquietar a un espectador que ha crecido viendo asesinatos y suicidios por la televisión y/o por youtube. Y finalmente todos esos intentos de Filth queda simplemente como una oda a lo desagradable que más que disgusto resulta un poco irrisoria. El giro dramático de los acontecimientos también resulta forzado ya que solo parece buscar una redención para un protagonista que desde los primeros cinco minutos nos deja bien claro que no se la merece ni la quiere.

A pesar de sus defectos, Filth tiene una gran virtud. Ésta se llama James McAvoy. El actor escocés, que empieza ya nos ha mostrado bastantes registros a lo largo de su carrera, borda esa personalidad psicótica, y un poco psicópata. McAvoy es en Filth todo intensidad, todo poder, y con gran fuerza de convicción. Le acompañan Jamie Bell, Imogen Poots, Eddie Marsan y Jim Broadbent entre otros.

En resumidas cuentas, Filth es un producto vistoso con buen pulso narrativo y con verbosidad abundante que busca impactar a un espectador que en pleno 2014 ya le sorprenden pocas cosas. Un film que busca una crítica sobre la acelerada sociedad de consumo actual, pero que no da demasiados argumentos más allá de tópicos uno detrás de otro.

aroadsidecafe.wordpress.com
@Gine_1414

Fantástico remake de Torrente en versión Escocesa... mete muchísima coca, felaciones con menores, resacas de lunes a viernes, polvos por doquier y un sinfín de sucias jugadas meticulosamente elaboradas por nuestro querido Bruce Robertson.

A pesar de no conseguir respuesta a la pregunta...Que cojones hace semejante peixe con un supercoleguita peruano soplanucas??... Su final es bastante previsible.

Las tengo visto peores.

PD: Sobraban las tetas de perra de Lysa Arryn (Kate Dickie)

Las aventuras de un detective escocés desorbitado, desquiciado, misógino y adicto a las drogas que tiene que investigar un simple crimen pero que se enrolla con sus oscuros fantasmas ante la posibilidad de conseguir un ascenso laboral. La película, si bien tiene imágenes potentes y visualmente es interesante, se ahoga en un guión que ofrece una violencia desmedida e innecesaria, no conduciendo a ningún lado en particular; solo la decisión que el protagonista toma al final parece ser la adecuada.