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Voto de Chris Jiménez:
8
Acción. Thriller. Drama Sin abandonar su particular estilo que combina el melodrama al más puro estilo Douglas Sirk con la violencia de Peckinpah, el director asiático John Woo consigue su obra maestra dentro del género de acción "made in Hong Kong": una violencia desatada irrumpe tras momentos de calma. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué semejanzas hay entre un asesino y un policía? ¿Cómo es posible que a dos hombres de éticas y maneras de ver la vida tan diferentes les acabe uniendo una gran amistad? Porque en realidad no son tan distintos el uno del otro.
Estas son algunas de las preguntas que se plantean en este ya mítico "thriller" de acción, sin duda uno de los más grandes de la industria cinematográfica china.

El sr. John Woo había realizado la secuela de su archiconocida "A Better Tomorrow" y en el proceso se iba a encontrar con algunos problemas, todos dados por la duración y el montaje, lo cual propició el enfado del productor Tsui Hark, que se quejaba constantemente de que Woo "había arruinado la película" (hasta intentó despedirle del proyecto). Estos roces dieron lugar a que Hark ya no confiara en el director, con lo que éste se encontró sin financiación para dar vida a su historia sobre dos hombres situados a ambos lados de la ley, un asesino y un policía, cuya principal inspiración le venía de los cómics "Spy vs. Spy", de la revista MAD.
Afortunadamente, a Chow Yun-Fat le entusiasmó tanto la historia que ayudó a Woo con el proyecto ofreciendo el guión a la Golden Princess, el estudio para el que trabajaba, del mismo modo que ocurrió con el actor Danny Lee (parece ser que más tarde también se vio envuelto el obstinado de Tsui Hark). Lo más curioso de esa complicada pre-producción es que la mayoría de los actores aceptaron aparecer en el film como favor a Woo y Yun-Fat (Sally Yeh, Kenneth Tsang y Barry Wong eran amigos del director, y Chu Kong del actor).

Un primo mío era un auténtico fanático del cine de acción chino (bueno, y es), y recuerdo cómo de crío me quedaba embobado viendo las carátulas de todos sus vídeos: "Full Contact", "Hard Boiled", "Hermanos de Fuego" y muchas más. ¿Quién iba a pensar que años más tarde me aficionaría también al mismo tipo de películas? Pero es que cuando vi "The Killer" me ocurrió con el film lo mismo que al personaje de Chow Yun-Fat con sus armas: me atrajo diabólicamente, y a partir de ahí empecé a devorar cine hongkonés de acción sin parar.
Jeffrey (Ah Jong en la versión original) es un implacable asesino a sueldo que no tuvo mucha suerte en su último trabajo: además de resultar herido disparó por accidente a la cara de Jenny, la cantante del bar donde tenía encomendada su misión, lo que la dejará ciega. Meses más tarde ambos se vuelven a encontrar y poco a poco se enamorarán; entonces Jeffrey determina realizar un último encargo para pagar a la chica un trasplante de córneas, aunque no será fácil, ya que su propio jefe está intentando eliminarle. Entre tanto, el detective Lee hace lo posible para capturar a Jeffrey, por quien siente una especie de fuerte y obsesiva admiración.

Tan frenética, excitante y divertida como romántica, trágica y descorazonadora, "The Killer" es el modelo perfecto de película de John Woo, ya que en ella se concentran todos los elementos que caracterizan el cine del director. Seguramente éste no toca en sus demás obras el tema del honor, la amistad y la lealtad con tanta pasión, simbolismo y dramatismo como en la que nos ocupa; la obsesión que conduce a un policía por atrapar a un asesino acaba tornándose en fascinación por su carácter, ética y moral, y más tarde en amistad (lo que dio pie a que crítica y público teorizasen sobre un supuesto sentimiento homoerótico por parte de los protagonistas).
Pero lo que consigue Woo en "The Killer" es seguir demostrando que pocos son capaces de ofrecer un espectáculo tan grande y violento como él, lo que corroboran memorables secuencias de acción como la de la playa, el tiroteo en la casa, la persecución de Randy desde el parking o el mítico enfrentamiento final en la iglesia. Para la trama (nada original si prestamos atención) y los valores presentados en el film, el director se nutre del cine de Leone, Scorsese, Peckinpah y de obras como "Malas Calles", los "thrillers" japoneses "An Outlaw" y "Massacre Gun" y, sobre todo, "Le Samurai" de Melville (aunque las referencias se extienden a "Dos Hombres y un Destino", "Érase una Vez en América" o "Harry, "el Sucio" ", con ese detective de métodos poco ortodoxos al que no paran de echar broncas...).

Chow Yun-Fat y Danny Lee, que ya se cruzaron las caras en "City on Fire" con los papeles intercambiados (el primero hacía de policía, el segundo de criminal), forman un tándem explosivo; Yun-Fat realiza un papel más dramático que de costumbre, dejando su humor desaparecido en combate, y Lee mantiene intacto su carisma. Después de ellos sólo Kenneth Tsang y Chu Kong realizan unas correctas actuaciones, porque a la guapa Sally Yeh (por cierto, preciosa voz) no hay quien se la crea y Shing Fui-On sobreactúa más de la cuenta.
Lleno de impresionantes escenas de acción y alusiones cinematográficas, "The Killer" peca de contener algunos diálogos y situaciones de incomprensibles para arriba y a veces su estructura narrativa resulta confusa, ¡pero qué demonios!, es un clásico en su género. Éxito absoluto de taquilla que abrió las puertas del mercado americano a John Woo.

Además de ser una gran influencia para compatriotas suyos como Andrew Lau, Johnnie To, Benny Chan o Bryan Leung y otros cineastas como Miike, Besson, Tarantino, Walter Hill o Robert Rodríguez.
Chris Jiménez
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