Desde la más pura simpleza, esta película te cautiva. Te mantiene expectante y elucubrando qué persigue Olivier Gourmet, de una actuación atrapante. Tiene suspenso y, a la vez, contenido. Y la historia, en general, se narra desde lo simbólico. Hay pocos diálogos, muchos sonidos de ambiente (la escena inicial en la que Olivier recibe una carpeta al compás del ruido de la sierra eléctrica no tiene desperdicio) y algunas ¨pistas¨para ir hilvanando la historia.

Creo que la película aborda un tema sensible con una óptica más que interesante. La violación, justamente, se muestra en la forma más -si es que existe tal nivelación- violenta. Un profesor que abusa de su poder y tres jóvenes que abusan de su fuerza física y numérica. Además, aparecen dos visiones claras, dos perspectivas: violador -Malkovich, siempre genial- y violada. Víctima y victimario. Amén de que parece sincera, la idea de pasar por la experiencia personal para repensar y reflexionar sobre lo que uno hizo no me cierra. Me hace un poco de ruido esta cosa de ¨Cuando me pasó -o le pasó a mi hija- me di cuenta, entendí la magnitud¨.
Desgracia, de todos modos, investiga y toma posición en la temática y muestra -con una muy buena fotografía- mundos diferentes y violentamente desiguales. Vale la pena para refexionar.

No es sencillo entretener casi sin un sólo diálogo durante más de 80 minutos. Y ¨Bienvenidos a Belleville¨lo logra y también lo supera. Con la movida y excelente música suplanta la ausencia de parlamentos. Además, agrega una animación orginal, diferente al resto que habla a través de los gestos, señales y un perro que sirve de guía para la película.
La historia también entretiene. Creo que dentro del género no espero mucho más. Sin embargo,
la relación abuela-nieto es interesante. Resalta, amén de la situación particular, la incentivación constante de la abuela sobre su nieto, la búsqueda de un hobby, una atracción ¿Y quién se anima a decir que su abuela, alguna vez (o muchas veces), no asumió ese rol? Muy buena, una muestra para terminar con el mito de que toda película francesa es lenta.

Es verdad, la película no promete mucho desde ningún lugar. Hasta la tapa es insípida. Y cumple con esa premisa: aburrida y previsible de principio a fin. Actuaciones muy malas, historias ya contadas y sin rebusques y peleas que encienden muy poco reinan en esta película altamamento imposible de recomendar. Y sí, si una pelea que se centra en piñas y golpes falla allí, en su nucleo, difícilmente tenga algo que entregar en el resto. Encima, transita casi una línea regular en la que sucede poco y nada. Quedé a la espera de, aunque sea, una mínima historia, pero nunca llegó. En conclusión, de lo más monótono y vacío que vi en los últimos tiempos.