Existe una ley científica que explica como cuanto más dinero hay invertido en la producción de una película su calidad en cuanto a guión, dirección y demás, disminuye de manera proporcional multiplicado por 2.
La brújula dorada no es la excepción que confirma la regla. La cumple a rajatabla.
Otra ley define a la perfección como la masa va a ver este tipo de películas aún sabiendo que son malas, por lo tanto esta crítica no valdrá para nada.
Mala, mala, mala...

Lo único que se salva es Daniel Craig, ¡qué interpretación madre! :)

Un thriller al más puro estilo cine negro es lo que le faltaba a Scott en su amplia carrera cinematográfica y no ha desaprovechado la ocasión para firmar una espléndida película ambientada en los años 70.
El director de Gladiador dirige a la perfección el film en la que no hay lugar para la improvisación y, desgraciadamente, tampoco para la sorpresa puesto que no nos cuenta nada nuevo y no vemos nada que no hayamos visto antes pero aún así, la película se muestra consistente y las dos horas de duración se pasan volando.
Lo más destacable es, sin duda, como se estructura mediante dos historias que apenas se entrecruzan. Con dos enormes actores que se ocupan de su parte llevando todo el peso sin problemas.
Grande Crowe, grande Washington y, sobre todo, grande Scott.

Gracias maestro por seguir haciendo lo que mejor sabes: CINE. Un CINE único que te permite disfrutar de cada segundo, de cada fotograma... un cine que sólo tu sabes hacer.
Gracias por contar esas historias que nos permiten evadirnos de la realidad durante un par de horas y que sólo tú eres capaz de plasmar.
Gracias por esas historias tan simples a la par que complejas. Por retratar la vida con otro color y mostrarla como es.
Gracias por tu sensibilidad.
Gracias por retratar la belleza física más hermosa jamás vista.
Gracias por seguir haciendo lo mismo sin venderte y sin, sobre todo, traicionarte.
Gracias Won Kar-Wai.
Gracias por regalarnos CINE.
Eres un maestro.

“El club del suicidio” no es para nada una buena película. Como os podéis imaginar, el tema principal es el suicidio, pero yo iría más allá. ¿Es "El club del suicidio" un alegato a la vida? ¿La "conexión" de la que se habla constantemente en el film no podría ser otra cosa que la comprensión?
En fin, que toda persona debe tener el derecho a vivir así como el de morir y esta es la principal idea del "El club del suicidio", a pesar de que la película esté "sobre-decorada" y que muchas escenas superen lo patético.
Todas aquellas personas que se "marcan" (se arrancan un trozo de piel), son aquellas que han llegado a la comprensión. Estas personas son capaces de decidir por ellas mismas y pueden elegir el suicidio o seguir viviendo. Comprenden aquellas que lo realizan y, desde luego, se comprenden ellas mismas.
Sobre ese tema se podrían escribir (y de hecho los hay) varios libros.
Por lo menos, la película te hace pensar un poco...

Cinco historias que nada tienen que ver unas con otras, tan solo que se desarrollan en el mismo momento en distintas partes del mundo.
Las historias de Nueva York y París las mejores, pero no para tirar cohetes. Las demás no valen para nada y la de Roma da pena solo con verla: predecible y con mal gusto. Al Benigni le ves una vez y ya le has visto todas.
Película completamente sobrevalorada.