Una fotografía pobre, un diálogo ñoño y unos vampiros que, muy alejados de la realidad, producen miedo o insomnio. ¿Qué concepto de cine del siglo XXI les dejaremos a nuestros hijos: vampiros que se vuelven de purpurina al darles la luz, hombres lobo que se enamoran...?

La novela es entretenida, a diferencia del largometraje del cual para mi gusto sólo podemos extraer los paisajes de Portland (Oregón) y California.
Los actores son ¨insípidos¨, no transmiten ningún tipo de emoción. El papel de chica torpe y desvalida que interpreta Kristen Stewart llega a caer en el absurdo.

A pesar de todo el ¨éxito¨ que ha tenido esta ¨obra¨, recomiendo ver otro film.

La nueva entrega de Paul Feig es agradable dada la naturalidad de los personajes y algunos puntos cómicos que se desarrollan a lo largo de la historia.
Su visualización se puede decir que es prescindible ya que al salir de la sala me sentía igual que como entré (Defiendo que una película tiene que hacerte sentir personaje, sea del género que sea, tocarte la fibra sensible).
Interesante papel el de Megan (Melissa McCarthy).

Con una original introdución, con un estilo cuidado el documental “Food, Inc.” nos muestra una realidad, de forma no tan impactante como “Super Size Me”, clara y fácil de asimilar. Imprescindible visionado, pero un poco superficial; a pesar de que intentan sensibilizar con la historia del joven Kevin, no llegan a tocar la fibra. No da miedo. De acuerdo, ahí está el problema de la comida. Poco más. Estamos tan acostumbrados a la violencia y a ser manipulados (como la indignante anécdota de los políticos pertenecientes a las polémicas corporaciones), que en su mayoría, poco nos llama la atención (véase la vaca cruelmente apaleada al matadero, por poner un ejemplo). Lo destacable es que informa bien al que quiere ser informado, al que se preocupa de buscar documentales del estilo. Toca todos los temas posibles, sin hacerse tedioso. Fácilmente asimilable y ameno, relata en un nivel superficial del problema. Nos hace pensar en el hecho de que no tenemos ni idea de qué comemos (eso no es novedad, señoras y señores), pero algunas mentes han ido más allá. Algunos nos hemos llegado a preguntar por la ausencia de este tipo de documentales en Europa. Y si existen…¿Por qué no se oye hablar de ellos?. Reconfortante la exposición del lento pero incesable avance de las pequeñas compañías por la calidad de los alimentos; a pesar de las barreras. También me habría gustado ver cómo las industrias ecológicas plantearían un modelo sostenible para producir la cantidad de carne necesaria para tantos habitantes de los Estados Unidos. Ahora conocemos qué comemos, pero ¿Es suficiente con comprar la carne de los comerciantes alternativos? ¿Cuánto tiempo tardaremos en eliminar la contaminación que han dejado los vegetales transgénicos? ¿Qué solución proponen mientras nos encauzamos en el camino correcto?.

Entre sus grandes obras son Lasseter tiene algunos tropiezos, y uno de ellos tiene nombre: "Mate y la Luz Fantasma". Dejemos a un lado el aspecto técnico, que Pixar siempre lo hace sublime, para adentrarnos en un argumento en el que poco hay que ahondar. Una clara falta de inspiración donde se recurren a los típicos, contados para colmo de la manera más sencilla posible. La única chispa que podía darle sustento a este short se desvela al inicio del mismo, con lo cual tenemos un final soso que nos deja fríos. ¿Entretenido? Sí. ¿Gracioso? No esta vez.

Lo mejor: el escenario de Radiador Springs.
Lo peor: un guión intrascendente.

Desde el primer minuto “Up” consigue cumplir la primera ley de un largometraje: engancharte/entretenerte. Sin necesidad de palabras, a la antigua usanza del cine mudo, el público queda atrapado en un mar de risas y lágrimas. ¿Qué podía hacer entonces, después de haber alcanzado la cima, sino bajar? Un pequeño escalón para vernos en mitad de las Cataratas Paraíso, y volver a subir cuando el protagonista se reencuentra con el héroe de su infancia. Y seguimos ascendiendo hasta llegar a un entrañable final y coronarse como obra maestra.

En lo que no se desinfla es en la cuestión estética. Una magnífica dirección artística y la realización de cada técnica de animación que hace verosímil ese mundo de fantasía. Destaco las plumas del gamusino Kevin, que deben haberle costado horas y horas de trabajo a los animadores. La inocencia de Russell en sus curvas, y la rectitud de Carl en su cara cuadrada. “Up” es la fusión de lo nuevo y lo antiguo, dirigido a elevar a obra maestra el cine de animación.

Pixar no deja de derrochar éxito, tanto a niños como a adultos. Me chocó un poco que los perros hablasen, justificado por el inventor y aventurero Muntz, sí, pero personalmente es algo que siempre he querido erradicar. En general los más pequeños disfrutarán mucho en el cine, y los adultos se dejarán llevar por el torrente de sentimientos y colores que esta película exhibe.