Fui a verla sin tener muy claro lo que iba a ver, y salí del cine sin tener muy claro lo que había visto.

Las brujas es una película que pretende ser infantil y orientada a los niños, y sin embargo el esfuerzo por plasmar la crudeza de Roald Dahl la convierte en la última película que quieres que tu hijo vea.

Llena de mensajes desconcertantes, escenas que para los más pequeños pueden llegar a ser traumáticas y una nula capacidad reflexiva o de enseñanza la convierten en completamente inadecuada para el target infantil.

Esto, que no es necesariamente malo, se convierte en tal cuando vemos que la película tampoco cumple como filme de terror, ni como thriller, ni como película de fantasía, ni como absolutamente nada.

Visualmente es atractiva, las escenas y la interpretación de Anne Hathaway son geniales, los ratoncillos están bien hechos y contadas veces puedes llegar a sonreír, pero hasta ahí llegan las virtudes.

Si Ad Astra fuese solo mala, podríamos aceptar su nulo rigor científico argumentando suspensión de incredulidad, podríamos comernos sus continuas faltas del respeto al "argumento" asumiendo que se trata de una historia introspectiva, podríamos aceptar que se invente situaciones sin sentido alegando que más tarde lo tendrán, y podríamos pasar por alto su total falta de ritmo esperando un plot twist final que justificase todo.

El problema es que Ad Astra no es solo mala, Ad Astra es un insulto al espectador.

Han querido crear una historia basada en el desarrollo personal del protagonista, pero por algún motivo, han hecho absolutamente todo mal, incluida la propia historia de búsqueda del sentido de la vida, que es tremendamente densa, llena de clichés, nada esclarecedora y desde luego nada disfrutable.

Tal vez el objetivo era crear un mojón inmenso de más de dos horas, en el que por mucho que te esfuerces, no consigues entrar de ninguna de las maneras. Si el objetivo era ese, lo han logrado sin duda.

Recomiendo verla, simplemente para no perderte la peor experiencia fílmica de los últimos 20 años. Eso si, no pagues por ella, no están los tiempos como para andar tirando el dinero.

Llevar "El juego de Ender" a la gran pantalla era un reto que se antojaba, quizás, demasiado complicado para un cineasta poco ducho. Sin embargo Hood consigue plasmar casi punto por punto cada una de las sensaciones que nos provoca la obra maestra de Orson Scott Card (O al menos en mi caso).

Las interpretaciones son maestras, no dejan espacio para la improvisación, y así es como deben ser las adaptaciones. Han conseguido retratar un Ender, un Graff, un Bean... que ya pensó en 1985 su verdadero creador, y eso es algo que el lector-espectador agradece sobremanera.

El despliegue cegador de efectos, las recreaciones de ambientes insectores, las batallas, cada orden de Ender durante las simulaciones... todo eso crea una atmósfera, la "Atmósfera Ender" es algo que te atrapa, te anclas en el asiento y solo prestas atención a lo que entra por tus globos oculares, desapareces de tu butaca y entras a formar parte de la película, sobrecogedor.

Y hasta aquí lo bueno. Porque no todo iban a ser rosas.

Hay un error, un error clamoroso que resta valor a todo el conjunto de la adaptación. FALTAN MINUTOS ¿Por que haces una adaptación de un libro con mas de 300 páginas de puro sueño y habilidad narrativa y dura solo 114 minutos? El juego de Ender es un filme que se esperaba desde hace 28 años, demasiada espera para recibir una película tan común en ese aspecto. Los fans se merecían (Nos merecíamos) al menos, dos horas y media de buen cine. Faltan escenas en la escuela de batalla, faltan entrenamientos de Mazer Rackham y lo que más canta de todo ¿Donde están Locke y Demóstenes?

En resumidas cuentas Falta trabajo. Lo que han hecho está muy bien y han logrado una película notable, pero las cosas que se quedaron en el tintero le niegan al filme la categoría de Sobresaliente.

En los trailers prometen fiesta, desfase y locuras; la película simplemente cumple todo eso, una fiesta sin igual, una BSO más que motivadora, con escenas de desfase y una fotografía digna del mejor Flickr.

Vale que con la profundidad del argumento no se han dejado los sesos pensando, pero da absolutamente igual, realmente tu pagas por ver una fiesta, por pasar un buen rato viendo como la casa de otro va siendo reducida a cenizas.

No es pura comedia, y sin embargo el personajes de Costa (Oliver Cooper) hace un papelón, y deja un par de frases para el recuerdo.

A modo de opinión personal, pienso que la peli se ha ganado el título de "de culto", y que si la crítica tuviera las miras más abiertas podría optar a ganar algún premio relevante.

A pesar de su ritmo lento (Esto no es necesariamente algo malo) la película es inspiradora, tiene magia y vida, deja un buen regusto, como si acabaras de comerte un cereza madura, pequeña y exquisita.

La historia esta trilladísima, chico que se va cuando no debe y acaba volviendo para encontrarse lo que no quiere. La tensión entre hermanos esta fantásticamente lograda, mucha cordialidad y dosis reducidas de afecto que dejan entrever las envidias y hostilidades que realmente hay, sin olvidar un sincero amor de hermanos.

Las interpretaciones me sorprendieron para mal, esta claro que en "Eva" se han limado detalles hasta la saciedad, sin embargo los encargados de los castings para los actores debieron dormirse en los laureles. Tanto el protagonista como la niña son pésimos, más de una vez se nota que hablan leyendo un guión y sin creerse lo que dicen.

Lluís Homar hace un papelón, mención especial para él, así como para el gato, un pequeño aliciente de la película del que por suerte solo abusan un poquito.