Críticas de vturiserra
31 de enero de 2007
93 de 138 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película "El ángel exterminador", durante unos breves momentos se ve un rebaño de ovejas. Unos críticos de cine afirmaron que las ovejas simbolizaban esto; otros, que lo otro; y otros, que lo de más allá. Finalmente, alguien preguntó a Luis Buñuel qué simbolizaban las ovejas exactamente, y Buñuel contestó que la única razón de su presencia en la película era leer las memeces que los críticos dirían de ellas. Buñuel se había propuesto engañarlos, y lo había conseguido.
Lars von Trier se propuso engañarnos a todos. La diferencia es que el engaño de las ovejas dura unos segundos, cosa que lo hace perdonable, y el engaño de "Los idiotas" dura 117 minutos. A pesar de ello, Von Trier consigue engañar a una porción de críticos y a otra porción de espectadores. Sólo hace falta leer un poco: "...revolucionario movimiento cinetográfico Dogma...", "Subversivo y provocador experimento...", "Obra maestra de un moralista que busca la verdad...", "...logra un nivel de dramatismo y compenetración con el espectador tremendo...".
Obra de un director que se cree un genio, diría yo. Hoy en día muchos se las dan de modernos y pretenden hacernos creer que todo, sin excepción, puede ser arte. Los que, sufriendo un curioso síndrome de Estocolmo, se han dejado engañar y pretenden que los otros les sigamos como borregos, con su pan se lo coman. Echar un cubo de pintura a una pared no es lo mismo que pintar un cuadro.
Lars von Trier se propuso engañarnos a todos. La diferencia es que el engaño de las ovejas dura unos segundos, cosa que lo hace perdonable, y el engaño de "Los idiotas" dura 117 minutos. A pesar de ello, Von Trier consigue engañar a una porción de críticos y a otra porción de espectadores. Sólo hace falta leer un poco: "...revolucionario movimiento cinetográfico Dogma...", "Subversivo y provocador experimento...", "Obra maestra de un moralista que busca la verdad...", "...logra un nivel de dramatismo y compenetración con el espectador tremendo...".
Obra de un director que se cree un genio, diría yo. Hoy en día muchos se las dan de modernos y pretenden hacernos creer que todo, sin excepción, puede ser arte. Los que, sufriendo un curioso síndrome de Estocolmo, se han dejado engañar y pretenden que los otros les sigamos como borregos, con su pan se lo coman. Echar un cubo de pintura a una pared no es lo mismo que pintar un cuadro.
29 de noviembre de 2006
54 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De verdad esa película obtuvo el Oscar al mejor guión original? ¿De verdad tuvo siete nominaciones? Sabía que los Oscar habían caído bajo, pero no hasta ese extremo. La película aburre a las piedras. Después de más de una hora y media se me ocurrió: si no matan pronto al que tienen que matar, no van a tener tiempo de descubrir quién es el asesino.
¿Y la comedia? Intriga y comedia, dice la reseña. Bueno, ¿dónde está la comedia? ¿Seguro que estamos hablando de la misma película? Creo que alguien ha cometido un error. Y, desde luego, yo también lo he cometido, al sentarme a verla.
¿Y la comedia? Intriga y comedia, dice la reseña. Bueno, ¿dónde está la comedia? ¿Seguro que estamos hablando de la misma película? Creo que alguien ha cometido un error. Y, desde luego, yo también lo he cometido, al sentarme a verla.
19 de agosto de 2005
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que ser un cineasta muy valiente para atreverse a hacer una película de tres horas. Buenos ejemplos, los hay: ahora mismo se me ocurren grandes películas como Barry Lyndon, Magnolia y JFK, por poner sólo tres ejemplos muy diferentes entre si.
Pero no es éste el caso que nos ocupa. Conspiración terrorista: El caso Bourne (AKA La identidad de Bourne), a base de persecuciones, tiros, y más persecuciones, se alarga hasta duplicar lo que sería un metraje más que razonable para un guión tan flojo. Y esto lo confirma el hecho de que, si te vas media hora y luego vuelves, te parecerá que no te has perdido ni dos minutos. Los exteriores pintorescos y los interiores suntuosos no son suficientes para levantar un guión casi vacío.
En lo que respecta a los actores, hay de todo: Denholm Elliott está perfecto, como siempre, lástima que tenga un papel tan pequeño; y Peter Vaughan no está nada mal. Como contrapartida, Richard Chamberlain está tan mal como siempre. Y Jaclyn Smith, pobrecita, en su papel de "mujer siempre perfecta metida a aprendiz de espía" hace lo que puede con un guión que en algunos momentos produce vergüenza ajena. Aprovechará mucho mejor el tiempo con un buen libro.
Pero no es éste el caso que nos ocupa. Conspiración terrorista: El caso Bourne (AKA La identidad de Bourne), a base de persecuciones, tiros, y más persecuciones, se alarga hasta duplicar lo que sería un metraje más que razonable para un guión tan flojo. Y esto lo confirma el hecho de que, si te vas media hora y luego vuelves, te parecerá que no te has perdido ni dos minutos. Los exteriores pintorescos y los interiores suntuosos no son suficientes para levantar un guión casi vacío.
En lo que respecta a los actores, hay de todo: Denholm Elliott está perfecto, como siempre, lástima que tenga un papel tan pequeño; y Peter Vaughan no está nada mal. Como contrapartida, Richard Chamberlain está tan mal como siempre. Y Jaclyn Smith, pobrecita, en su papel de "mujer siempre perfecta metida a aprendiz de espía" hace lo que puede con un guión que en algunos momentos produce vergüenza ajena. Aprovechará mucho mejor el tiempo con un buen libro.
17 de noviembre de 2006
86 de 162 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Borat te hará reir hasta que te duela", dice Peter Travers, de Rolling Stone. "Estoy deseando verla por cuarta vez", dice Lou Lumenick, del New York Post. Pues yo, con una vez he tenido suficiente y de sobra, y lo único que me ha dolido ha sido el bolsillo. Cuando llevaba dos minutos de film ya he intuido cómo serían los 82 restantes, y como divertimento extra, para que el aburrimiento no fuera total, me he propuesto llevar mentalmente la contabilidad. No ha sido difícil: el film ha conseguido arrancarme dos sonrisas.
Humor del más zafio, la mayoría de las veces escatológico. Humor del que produce vergüenza ajena, del que hace que uno se pregunte cuánto nos falta todavía para tocar fondo. Un film de 84 minutos (no es mucho) que se me ha hecho largo. A los espectadores de risa facilona, se la recomiendo encarecidamente. És de ese tipo de cine. Aquellos a los que os guste el humor inteligente, seguid leyendo la cartelera.
Humor del más zafio, la mayoría de las veces escatológico. Humor del que produce vergüenza ajena, del que hace que uno se pregunte cuánto nos falta todavía para tocar fondo. Un film de 84 minutos (no es mucho) que se me ha hecho largo. A los espectadores de risa facilona, se la recomiendo encarecidamente. És de ese tipo de cine. Aquellos a los que os guste el humor inteligente, seguid leyendo la cartelera.
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