Vista completamente la única temporada de esta serie lo que ahora siento es un sabor agridulce.
Aunque ya han pasado diez años de su estreno, sigue siendo una serie de completa actualidad. Si me dicen que se estrenó ayer mismo lo hubiera creído. Por lo que he podido saber, su única temporada se debió a su baja audiencia debido a que la tachaban de ser muy lenta, pero eso es para quienes se quedaron en los primeros capítulos. Yo también sentí que ese ritmo en los comienzos hasta que entendí que es una serie más mental que de acción, incluso el protagonista lo dice en uno de los capítulos ("soy analista, no trabajador de campo"). Seguramente el público pensó que analizar no es actuar y, por tanto, no hay acción, pero vaya si la hay. Conforme avanzan los capítulos la historia se vuelve más trepidante y la intriga se acelera manteniendo siempre una tensión que los actores realizaron con gran maestría. Me gustan todos y cada uno de los personajes, todos están muy bien definidos, secundarios incluidos y, este detalle es importante, porque la mayoría de las series desarrollan bien la personalidad solo de algunos personajes, siendo otros muy volubles o insignificantes. Aquí podríamos hacer una serie con cada uno de los personajes como protagonistas, ya digo una verdadera maestría.
Una pena que la cadena no viera el magnífico potencial que tenía entre las manos y que la segunda temporada habría estado aún mejor a medida que se iba mostrando la historia.
En cuanto al final de la historia... lo dejo para el spoiler.

No sé cómo se habrán tomado las autoras del libro esta película, seguro que es un honor que alguien se encapriche de tu historia y decida llevarla al cine, pero yo en su lugar habría puesto el grito en el cielo ante tan aberrante adaptación llena de tópicos y sin la esencia del libro. Después de tanto tiempo como tomó a las escritoras contar la historia de la Sociedad literaria del pastel de patata de Guernsey, tan bien escrita, con unos personajes tan valientes y tan reales, ver que todo acaba reducido una simplona historia de amor, ¡con todo lo que pasan todos y cada uno de los personajes! ¡Y todos los que faltan!
Me ha parecido un menosprecio a un libro que poco tiene que ver con el amor romántico y más con la crudeza de una terrible guerra que, por desgracia, ocurrió en verdad.
Supongo que suele ocurrir la decepción cinematográfica después de leer el libro original, pero de todas las películas adaptadas que he visto tras la lectura del libro, esta ha sido sin duda la más decepcionante. Me costó mucho no levantarme de la sala y mandar a paseo a los guionistas, al director o a la productora por su caradura (a quien corresponda el despropósito), pues sentí que se estaban riendo de todas las personas allí sentadas.
Ya basta de hacer películas tontas e infantiles, por favor, un poco de seriedad y madurez en los personajes, y más cuando ya hay una magnífica historia ya escrita.

Atrevida, descarada, emocional, divertida y muchos más adjetivos para esta maravillosa serie que rompe con todos los tópicos televisivos y se planta delante de nuestras pantallas como un soplo profundo de realidad, entretenimiento y humor.
Sally Wainwright ha decidido hacer series desde un prisma tan real como poco frecuente y se anota tantos en su carrera como la increíble "Happy Valley". Imposible perderla de vista.
Suranne Jones realiza una interpretación magistral digna de ser premiada allá donde toque.
En definitiva, una joya de este 2019 para no dejar pasar.

Aviso, si usted considera esta película una película romántica, usted esta enfermo, no de amor, sino de machismo. Esta no es una historia sobre romanticismo, esta es una historia de todo lo contrario al amor, algo que confunde o juega a confundir el cine continuamente. en donde se mezcla el enamoramiento con inequívocos signos de posesión, celos y dependencia emocional, que por si aún hay quien no lo ha entendido, nada tienen que ver con amar a alguien. Primer punto negativo para esta cinta.
Segundo punto. Verónica Echegui, una actriz que suele hacer creíbles todos sus papeles, hace lo que puede con el acento, pero que ni ella misma se termina de creer. Su personaje está ausente y ella también.
Tercer punto negativo. Gael García Bernal. De verdad, de verdad, que pareciera que estaba en un patio de colegio representando una obra en la que se esfuerza, pero la sobreteatralidad le quita veracidad. Cachis.
Cuarto punto: El director, por hacer que estos dos magnificos actores me hayan parecido que estaban en un ensayo más que en una película para ver en pantalla grande. La idea parecía buena, pero no se salvan de esta película más que ciertos actores secundarios. Bravo por ellos.

Otra vez Hollywood nos la ha vuelto a colar. Marketing y más marketing. Pseudo musical, vestimenta vintage y romance prepúber. Con eso ha bastado para ganar y ganar premios imposibles de justificar.
Película tan tan soñadora que no puedo comprender que nadie que no sea adolescente o en imberbe pueda creer que es merecedora de todo el bombo y platillo que se le está dando.
Que sí, que el cine es para soñar, pero llegados a una edad... ¿en serio estos son los sueños de la mayoría de adultos? Y, ¿no habéis visto una y varias veces esta misma historia en mejores películas?
La nota que le doy se la doy a la realización de cámara, fotografía... En fín, parte técnica, porque ni los actores consiguen salvarla. Emma Stone hace una buena interpretación, pero es tan encorsetada que hay momentos imposibles de creer. Ryan, por su parte, lo que mejor hace es tocar el piano, que por lo visto lo llevaba más preparado que el diálogo.
En definitiva, una infantilidad de las ñoñas que gustan tanto a los estadounidenses y que a golpe de publicidad acaban por martillear nuestras cabezas.