Vaya por delante mi respeto y conmiseración por cualquier tragedia del tipo que en esta película se narra, y por supuesto mi compasión, hacia quienes se encuentran en tales circunstancias.
Aclarado lo cual, debo añadir que estas películas siempre me han producido, una fuerte desconfianza, al intentar conducir hacia los buenos sentimientos, basados en historias reales que presentan arquetipos tan falsos como ausentes de empatía real.

Gus Van Sant, presenta un trabajo cinematográfico con argumento y desarrollo de tarde de sábado televisiva. Personajes sin aristas, aburridos, cuajados en su propia obviedad notoria y evidente.

Pero participa en ella John Hamm y tiene una hermosa canción formando parte de su banda sonora: Crash Test Dummies – Mmm Mmm Mmm Mmm. Tan deliciosa como extraña y arrebatadora... ¡¡Que pedazo de recuerdos!! De los más hermosos de mi vida.

Al parecer está basada en una historia real, aunque a mí me parece que no puede ser que unos hombres adultos participen de algo así, y mucho menos el día de la boda de uno de ellos.

Perfectamente olvidable, aunque no sé si para alguien ha podido resultar divertida porque la media supera el 5 en unas décimas. Si podéis escuchar la canción, es algo mágico.

Fascinante, arrebatadora, deslumbrante... profundamente entretenida, abarrotada de planos secuencia reveladores, donde transcurren hasta diez minutos, para que una chica lea una nota y se coma su cena sentada en el suelo y con la espalda arrimada a los muebles.

Puestas de sol, con secuencias de exteriores muy extensas y bien fotografiadas... y hasta creí ver el carromato de la Casa de la Pradera, una serie muy vieja de hace muchos años, que están pasando de nuevo en un canal de televisión. A lo mejor, pensé en mi cabeza: "Es un homenaje" Bueno, no lo sé y de lo que no sé, o no entiendo no me gusta hablar, como os habréis ido dando cuenta a lo largo de esta crítica.

Casey Affleck aparece con barba, y se pasa un buen rato besando a su chica y metido en cama sin hacer nada más que contemplarla y disfurtar del simple contacto. Es que... veréis: Estamos muy acostumbrados en el cine a correr, a correr, a correr... a los salvajismos. Debemos adaptarnos a las nuevas películas lentas, moderadas, que se toman su tiempo para contarnos lo que sea... con mucha ternura y mucho cariño del amor.

Por eso y como resumen final, deciros que hay que ser comprensivos con las personas y la vida humana de los seres que habitan en el planeta de la Tierra, aunque sea después de muertos.
Y dejar, si es posible, de dar por culo.

Cuando tienes pocos años, no eres consciente de la importancia de vivir los veinte. Es mucho más tarde cuando descubres que las cosas a las que en ese tiempo dabas importancia, verdaderamente no la tenían. Entonces piensas en el montón de oportunidades que perdiste, cuando ya no pueden recuperarse.

Me gustan las series de adolescentes salvajes, no la de sentimientos de culpa y memeces vistas y escuchadas, sobre una sociedad más dispuesta a aparentar que a ser.

Las buenas intenciones, la crueldad con el débil, el acoso.... Todos temas maravillosos para ser tratados en el parlamento, donde aplicar leyes para el cuidado de los jóvenes evitando bulling, y todas esa cosas feas que conocemos y nos preocupan muchísimo, por la podredumbre en la que se encuentra la humanidad del mundo.

Pero en una serie de televisión actual, lo que apetece ver son a jóvenes que se alejan de la cotidianidad, para enfrentarnos a problemas de otra índole, donde la transgresión te haga despertar del letargo en el que nos estamos sumiendo.

La potencia interpretativa de Frances McDormand, es la que ayuda a la resolución de "NOMADLAND" pues, aún siendo ampliamente premiada y reconocida, presenta severas carencias en la consecución final del proyecto.

No resulta aburrida, aunque las vidas que relata, casi lo sean. Nos deja escenas bien ejecutadas y a la vez algunas de ellas carentes de significados, que no van más allá de un relato reiterativo, con situaciones muy similares, unas de otras.

El resumen final habla de la desesperanza de unas vidas donde el compañerismo rodea, ampara y amiga, sin que la soledad jamás los abandone del todo.