Nos encontramos ante una cortometraje visualmente encandilador en lo estético de su forma y estructura que recoje la puesta en escena y los tonos que recuerdan a Kill Bill. Así avanza durante su recorrido dejando de lado la historia que sí parece que conecta de una imagen a otra, el final desmonta toda lógica posible dejando para la reflexión off record de los participantes en esta nueva aventura del compañero Eduardo Casanova. Quién busque un lugar común para el entretenimiento no va a tener suerte y puede perderse entre el imaginario de este autor si no se conoce los pilares que sustentan su manera de hacer cine.

La película diluye su atractivo por momentos hasta perderse en su propia historia. Nos regala una serie de buenos momentos fragmentados, con falta de continuidad en la acción, donde nuestra capacidad de atención se mantiene gracias a la complicidad que se crea con los personajes más que por el afán de resolver la trama. Empieza con una puesta en escena fuerte, mostrando mucho más de lo que luego llega a ser, pero de la que no queda ni rastro, cobrando una estética corriente típica de cualquier comedia y que no le permite adquirir una personalidad única.

Lo mejor, sin duda, es el elenco de actores que superan con creces el conjunto de la película que consiguen salvar el trámite sin complicaciones pero que no consiguen salvar el sentimiento de hastío que produce la falta de un drama continuado que puede llegar a ser agotador.

Lo peor es que pronto se convierte en una película del montón, sin nada nuevo que ofrecer, incluso la historia y el guión parecen no estar cerrados, abriendo interrogantes en la trama con resoluciones parciales que acaban de contentar. Si consigues aguantar hasta el final sin duda te quedarás con un buen sabor de boca rememorando cada entrañable momento pero con la sensación de haber visto algo de lo mismo y que no te ha aportado nada, el menos en lo que se refiere a tu pequeño mundo cultural cinéfilo.

A la película le falta soltarse el pelo, ser más gamberra, con más efecto, más pegada, ligando el drama y la comedia sin dar tiempo a respirar. Por todo esto en lo que falla creo que me encuentro ante un filme “regular”, pero que no la suspendo con la regla cuantitativa de filmaffinity que la establece en un 4, ya que juntar a este grupo de actores para ofrecer un momento entretenido bien merece el aprobado.

@capitanparidas
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David Navarro, creador de las series “Nada que celebrar” y “Oído Caníbal”, nos presenta con toda humildad un perturbador drama familiar donde la protagonista albaceteña Cristina Soria se sumerge en un periplo de ida y vuelta entre la soledad y la paranoia que le conducirán hasta el abismo de la locura.

La historia comienza fuerte, impactante, dando pié a la enmarañado juego de relaciones que escoltan a la protagonista principal hasta el desenlace. En el transcurso de las acciones da la impresión, en ocasiones puntuales, que se cuenta más de lo que podríamos considerar como necesario para entender el devenir de la trama y de qué manera se construye el personaje principal que carga con el peso del drama. Dirigiéndonos al guión, en los primeros minutos los diálogos no parecen congeniar con la interpretación de los actores, que están maravillosos durante la película, cosa que cambia en cuanto la trama se vuelve más enrevesada y compleja. Volviendo a los actores, éstos se han encontrado con una historia difícil con unos personajes complicados de interpretar, reto que han salvado con creces, destacando el papel de Cristina, a la que aprovecho para dar la enhorabuena por el premio al Creador Local por La Tribuna, y Ángela Boix, protagonista también de “La espera”.

David dirige con clase y efectividad su primer largometraje, dejando secuencias interesantes y sugerentes, bordeando los límites de la demencia de manera atrevida. Por ello subo “Fantasma” hasta el puesto 7 de mi lista personal, estamos sin duda ante una “buena” película que tal vez le ha faltado más mala leche, aunque tal vez no nos hubiese dejado el buen sabor de boca con el que nos levantamos de nuestras butacas.

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