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Críticas de Alvaro Zamora Cubillo
Críticas 924
Críticas ordenadas por utilidad
6
21 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Das Blaue Licht” (1932) de Béla Balázs & Leni Riefenstahl con Leni Riefenstahl, Mathias Wieman, Beni Führer, Max Holzboer, Martha Mair, Franz Maldacea, entre otros. Película de fantasía y suspense alemana, donde toda la historia está encerrada en un “flashback” sobre una mujer que es marginada por el pueblo por defender una montaña llena de gemas preciosas. El título se traduce como “La Luz Azul” debido a que la protagonista vive en esa montaña, cuya cumbre brilla de luz azul por las noches de Luna Llena, y que los habitantes del pueblo, temerosos, creen que ella es una bruja. Con guión no acreditado de Carl Mayer, basado en una leyenda del mismo nombre, compilada por los hermanos Grimm en 1810, y luego popularizada por los nacionalistas pre-hitlerianos de la década de 1920; se encasilla dentro del “Bergfilm”, algo así como “cine de montaña”, según algunos, es a los alemanes lo que el western a los estadounidenses; donde en un período de tiempo en que un “ethos pangermánico” estaba barriendo el país, era muy probable que el público estuviera familiarizado con la antigua leyenda y, en consecuencia, esperaba que la película lo siguiera de cerca; sin embargo, la película comparte muy poco con la leyenda original; y eso le cobra factura, porque la historia no es muy sólida, divaga por momentos, y en ocasiones uno no sabe en qué lugar de la historia se encuentran los personajes, de ahí no es extraño que haya sido recortada y reditada en múltiples ocasiones. Pero destaca desde lo técnico, siendo una de las primeras películas de sonido filmada completamente en locaciones, innovadora en ese momento, y a pesar del sonido, no abundan los diálogos, ni tampoco son especialmente necesarios, pues lo determinante son las imágenes del espectáculo grandioso de la naturaleza, que tiene relación con la proximidad cronológica y conceptual de la autora con el cine mudo, donde los actores se expresaban mediante la postura y la expresión facial. Por tanto, el filme es pura belleza pictórica, que concierne al tratamiento legendario y místico, de gran belleza en los paisajes naturales, mostrados por las innovaciones derivadas de los intereses etnográficos y antropológicos de la directora, con la hermosísima fotografía, especialmente en relación con los efectos de luz, el empleo equilibrado de los planos y el virtuosismo en el manejo de la cámara, puede parangonarse como las mejores realizaciones alemanas del turbulento periodo de entreguerras. Se dice que la estética de la película, particularmente la descripción de la naturaleza, llamó la atención de Adolf Hitler, y posiblemente contribuyó a su decisión posterior de encargar a Riefenstahl que hiciera películas de propaganda para él. El filme constituye, pues, la deslumbrante presentación de Leni Riefenstahl como realizadora, en donde ella misma encarnó, con notables dotes interpretativas, a la protagonista, que obnubila con su inocente, hermosa y salvaje presencia a todos los demás personajes. Nunca el inicio de la leyenda ha quedado mejor retratado.
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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Alvaro Zamora Cubillo
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6
19 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Where The Day Takes You” (1992) de Marc Rocco con Laura San Giacomo, Dermot Mulroney, Sean Astin, Balthazar Getty, Will Smith, Kyle MacLachlan, Christian Slater, Adam Baldwin, Alyssa Milano, David Arquette, Lara Flynn Boyle, entre otros. Drama y crítica social sobre un grupo de jóvenes de la calle, y adolescentes fugitivos tratando de sobrevivir en las calles de Hollywood. La historia está basada en la experiencia del guionista Michael Hitchcock, cuando trabajó en un refugio para adolescentes fugitivos en Hollywood, donde logró conocer la consecuencia de los peligros de la calle, la violencia, las drogas, la prostitución, las armas, etc. De la dirección, el relato está contada de manera episódica, tomando de base una entrevista al personaje principal, y haciendo cortes en “flashback” para conocer las diversas historias que lo tienen a él en común con un grupo de jóvenes. Ese estilo narrativo le pasa factura a la producción debido a que muchos personajes quedan por fuera, y no se vuelve a saber de ellos a discreción del guión, como sucede con el personaje de Will Smith, el único que está 100% trabajado desde la caracterización, pues los demás siempre mantienen la buena salud aparente, muy a pesar que se pasan drogas, se prostituyen o vivan debajo de un puente. Aquí no se muestra ese sentimiento de soledad, desamparo y necesidad, sino más bien, parece un grupo de revoltosos que quieren todo fácil, tragarse el mundo, no crecer y jamás trabajar. Sin embargo, con el bajo presupuesto de la producción se logró reunir un elenco de estrellas en ascenso y con un currículo de vida muy particular; de quienes se dijo, trabajaron contra el consejo de sus agentes por un pequeño salario, y se prepararon para sus papeles al pasar días con fugitivos adolescentes reales en el distrito de Hollywood. La película funciona porque es amena y estimable, pero no hay desgracia dramática, más por la esperada como si fuera una bola de nieve, lo que la hace previsible, y no tarda en arruinarse y caer en un mar de tópicos, moralina barata y lugares comunes, como el sacrificio del líder, el estereotipo de los personajes, etc., donde el tratamiento moral de las acciones brilla por su ausencia, pues desconocemos cómo y por qué llegaron hasta allí. Si bien la historia aparenta dureza y rebeldía, no lo logra porque se contiene en mostrar lo que se quiere prevenir, y se mantiene en su tufo conservador y domesticado, muy probablemente para llegar a la TV, y por ello se opta en muchas ocasiones por suavizar su contenido por lo que al final, todo se monta dentro de los forzados límites. Hay escenas buenas, dentro de lo episódico, como la secuencia final en la estación de autobús, ya que contextualiza de manera perfecta el personaje de Dermot Mulroney. Del reparto destaca por ser la primera película de Will Smith, en una historia muy aclamada por la crítica en su momento, pero su personaje dura solo unos minutos en pantalla. Dermot Mulroney está bien como el personaje principal, y uno no se espera el giro que da debido a las grabaciones de las entrevistas. Sean Astin como un adicto a varias drogas, no está muy bien trabajado su personaje, pues es demasiado “dulce” para un drogadicto, y uno no se lo cree, pero se aprecia que busque darle un giro a su carrera con personajes oscuros. Y Balthazar Getty como Little J, como un joven agresivo al que no le importan las reglas, y que llega a los límites de venderse por nada, es el mejor personaje de todos y el único que logra la “redención” aunque el final es ambiguo, pareciera que no hay vuelta atrás, pues sin padres, no hay reglas, y estos brillan por su ausencia. Si quieren ver cine de realidad, les recomiendo el cine de Larry Clark. Nos queda la canción de Buffalo Sprinfield que resume toda la película, pieza que inicia y acaba el relato de manera circular, como la vida misma: “Stop what's that sound, everybody look what's going down”
RECOMENDADA
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Alvaro Zamora Cubillo
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8
2 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “The Disaster Artist” (2017) de James Franco con James Franco, Dave Franco, Alison Brie, Josh Hutcherson, Seth Rogen, Zac Efron, Sharon Stone, Bryan Cranston, Kate Upton, entre otros. Comedia ganadora de La Concha de Oro/Mejor Película del Festival de San Sebastián que sigue a un par de actores que buscan la fama en Hollywood, por tanto, con mucho esfuerzo y dedicación, lograrán “El Sueño Americano” La película es LA SORPRESA del año, debido a que los últimos trabajos de James Franco han sido horribles, sobre todo dedicándose a su figura como homosexual; pero aquí, que repite su protagonismo, es comedido en un personaje tan patético como esperpéntico, que se le toma cariño, y para mejorar la valoración, es un personaje real. La película es un “making of…” es decir, es un rodaje de un proyecto cinematográfico por donde pasan todos los procesos en pantalla, lo cual es algo muy bien hecho, que refleja muy bien una idea de lo que es la producción, “casting”, libreto, rodaje… TODO. La película es rica en entre líneas, tiene muchos momentos que se prestan para interpretación y lecturas, de cómo Hollywood es actualmente, desde los famosos casos de acoso sexual, hasta la cutrez de los filmes “blockbusters”, pasando por la dura crítica al público complaciente en filmes para nada artísticos. En ese sentido, Franco crea una OBRA MAESTRA, que rinde culto al Hollywood más implacable, al tiempo que eleva un tributo a unas de las peores películas de la historia; con una ambientación correcta, el buen uso de la cámara en mano, la banda sonora, y unos títulos de crédito y post créditos muy divertidos. El final es INCREÍBLE. Del reparto, una delicia descubrir los cameos de actores “de segunda” con buenas líneas, por lo que debo decir que todos están a la altura, pero 2 se llevan las palmas: James Franco con un personaje para la historia, y su hermano Dave Franco, en el papel de su vida. Ambos tienen una química en pantalla que va más allá de la sangre. Nos queda el misterio de “la conducta humana”
RECOMENDADA
PRONTO una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas.
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Alvaro Zamora Cubillo
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5
30 de diciembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Skinwalkers” (2007) de James Isaac con Jason Behr, Elias Koteas, Rhona Mitra, Kim Coates, Natassia Malthe, Matthew Knight, Shawn Roberts, entre otros. Película de terror, acción y fantasía que sigue a un niño de 12 años y su madre, cuando se convierten en los objetivos de 2 manadas de hombres lobos, cada una con diferentes intenciones. La película cuenta con varios factores positivos: Está bien rodada, las escenas de acción son buenas, y tiene una historia con buen giro dramático, y cuenta con buenos efectos especiales artesanales del estudio Stan Winston. El problema está en que la historia es previsible, no aporta nada nuevo al género, y posee algunos puntos cuestionables dentro de la mitología licántropa. Del reparto, Jason Behr no ha logrado una película sobresaliente en años recientes, pues lo considero un buen actor; Elias Koteas está bien como siempre; Rhona Mitra como la madre en otro filme cuyo papel le va muy bien; y el niño Matthew Knight no resulta repelente. De los personajes sorprende lo bien que se trata la ambigüedad, no se sabe quiénes son los buenos y los malos hasta bien entrado el metraje, por lo que juega con el suspenso de buena manera, aunado a que tiene una ideología muy atractiva, pero lamentablemente no la mantiene, pues se supone que los Skinwalkers eran nativos americanos, entonces: ¿Por qué hay hombres lobos blancos? Ese trasfondo racial pudo jugarse de manera más satisfactoria y crítica, porque fue un hecho real que “para que ellos vivan, debemos morir”
RECOMENDADA
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6
14 de diciembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Mudbound” (2017) de Dee Rees con Garrett Hedlund, Carey Mulligan, Jason Clarke, Jason Mitchell, Mary J. Blige, Rob Morgan, Jonathan Banks, entre otros. Drama rural y bélico, nominado a mejor actriz de reparto (Mary J. Blige) y mejor canción; basado en la novela/debut homónima de 2008, escrita por Hillary Jordan, que aun siendo ficción, se inspira en personas y hechos reales; concretamente, el personaje de Carey Mulligan, está basado en la abuela de la escritora; por lo que aquí tenemos 2 familias de diferentes razas en “La América Profunda” en tiempos en que los EEUU ingresa en La Segunda Guerra Mundial, y cómo ambas familias sufren la guerra y el conflicto racial; además de temas como el machismo de la época y la prisión personal de cada esposa, limitada a ejercer de ama de casa, madre y amante, y en ocasiones puntuales, demandadas por el marido. También plasma la pobreza y los problemas de la vida en el campo, e un clima tan asfixiante como “claustrofóbico”; y en el fondo, la película hace un paralelismo entre ambos eventos, el campo y la guerra; y pone el dedo en la llaga en la historia de un país que se considera “emblema de libertad y justicia” cuando revisando su pasado “glorioso”, se descubren podridas costumbres que lamentablemente han sido revividas por el presidente supremacista blanco y xenofóbico, Donald Trump; por lo que la película llega en un buen momento para promover un cambio en la marea. También tira sus dardos hacia los veteranos de guerra, tratados como basura; así como el Estrés Post Traumático, que no se logra transmitir porque la tensión, el horror y la locura de la guerra no se muestran; y es lamentable que el póster oficial promueva esa estructura racial que se pretende combatir; no obstante, la historia principal queda como una bonita historia de amistad interracial entre un joven blanco y uno negro, en un entorno racista durante la posguerra. Pero la estructura de lo narrado es el mayor problema; presentado como un largo “flashback” donde nos enteremos cómo los personajes llegaron al comienzo de lo que vemos al inicio; al tiempo su desarrollo se hace largo y agotador, pues el clímax se va cociendo lentamente, en algo que ya se presume, que quita suspenso y no lo hace ágil en la narrativa. Del reparto, Garrett Hedlund protagoniza este filme de manera solvente, demostrando carisma y empatía; mientras Carey Mulligan en parte principal protagonista femenina, está casi dejada de lado, pues la película se centra en la relación no de ella, sino del personaje de Hedlund con Jason Mitchell, que lleva el protagonismo más dramático, y con quien cierra la película, aunque su intervención no se siente protagónica; y Jason Clarke sale y entra del relato al mismo tiempo que Jonathan Banks, solo para antagonizar la narración. Por último, Rob Morgan hace un buen papel como el padre de la familia negra, pero está mal desarrollado; y Mary J. Blige como la esposa, no es tan relevante, por lo que considero que su nominación es excesiva, salvo por un detalle: Resulta que la experiencia de Mary J. Blige en el filme se dio mientras estaba pasando su divorcio, eso alimentó el dolor y la pesadez de su actuación; y ella misma se relacionó estrechamente con su personaje, ya que tenía una tía que había trabajado y criado a un grupo de niños en una familia blanca que la amaba; además, ella vio a su personaje también en las experiencias de su abuela. En fin, nos queda una historia de los “Estados Fangosos de América” donde a los libertadores, aquellos a que la gente arrojaba flores y vitoreaban, empujan arados en Mississippi.
RECOMENDADA.
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