Leyendo otras críticas anteriores, me parece que no hay que insultar a los espectadores para expresar la opinión de uno... Pero está claro que esta serie escuece en ciertos sectores conservadores y algo pueblerinos de la sociedad, y por eso precisamente tuvo tanto éxito y tanta fama.
Sin ser una obra excesivamente original, la verdad es que sí es un increíble paquete de entretenimiento, realizado magistralmente por los maestros de la industria del entretenimiento, que han acertado de pleno con el estilo de la serie - algo, por no decir muy, superficial -. Por supuesto que se trata de una exageración de los estereotipos actuales de mujer, pero exagerando comportamientos es cómo logra una especie de análisis psicológico de la mujer de hoy, que reúne en sí misma probablemente varias conductas de los personajes.
Lo que más puede molestar es ese afán de pasarse todo el día de compras por parte especialmente de Carrie, aunque Miranda demuestre ser un personaje mucho menos consumista, con lo cual tampoco hay que generalizar y tirar piedras contra esta serie por fomentar el consumismo indiscriminadamente. Pero el caso es que refleja muy bien algunos comportamientos de la sociedad actual, y no solamente femeninos.
Una excelente serie, muy bien hecha desde el punto técnico y cuya mayor virtud es tenerte pegado/a a la pantalla durante toda la duración del capítulo.

Parece una copia de Minority Report, pero al revés: descifrando cosas en el pasado. Apasionante argumento, la verdad, y las interpretaciones son buenillas (sin pasarse, tampoco), sobre todo la de Denzel Washington. Tony Scott vulve con lo mismo, con un estilo de dirección tipo videoclip, con movimientos locos y absurdos de cámara, que te hacen muchas veces perder de vista el desarrollo de la peli. Este guión, con otro director, y hubiera resultado una muy buena peli. Aún así, no está mal.

Película lacrimógena, muy lacrimógena. Sin ser una obra maestra, logra atraer al espectador, ofreciéndole un pupurrí de miserias humanas sin igual: hijas enfrentadas con madres, racismo, pobreza, ambición, amor no correspondido, amores separados por la vida pero reencontrados después, el fracaso profesional y el posterior éxito, etc... En fin, una tal cantidad de temas se abordan en este film que está muy cerca de ser caótico. Al final, el mensaje más claro es el del amor de madre-hija, aunque en mi opinión la madre de la chica "negra" es un pelín demasiado entrometida y no logra entender los deseos de su hija de no cargar con la "peste" social que acompañaba en aquella época a los de raza negra. Por momentos incluso me irrita su obsesión con mantenerse cerca de la hija, aunque ésta no lo quiera.

Interesante, aunque la actuación de Lana Turner es demasiado melodramática por momentos, algo que podría resultar algo risible en algunas ocasiones.

Un embrollo incomprensible, una de las pocas películas en las que me he tenido que salir de la sala antes de caerme del asiento del aburrimiento... Una película tan pretenciosa, tan caótica, y con unas interpretaciones tan forzadas, sobre todo la de Dustin Hoffman, difícil de encontrar en el 2004, por aquél entonces todavía un buen año en materia de cine. No la recomiendo en absoluto.

Tan insulsa, tan falta de verdadero humor, aburrida, lenta, tópica, típica, vista ya un millón de veces en innumerables otras películas con mucha más sustancia y mejor guión.

El único que se salva es el inefable Hugh Grant: ver el repertorio de caritas que pone es impagable. Pero ni aún así aguanté más de media película. A Drew Barrymore es que no la aguanto desde siempre, me parece una personita sumamente irritante, y como actriz bastante mediocre, siempre haciendo los mismos papeles y de la misma forma.

No vale la pena desperdiciar el dinero de una entrada por esta película tan inofensiva. Mejor leer un libro.