Recién salido de uno de los comics más originales (y sobrevalorados) de los últimos tiempos nos encontramos con Scott Pilgrim, muchacho en la veintena que retrata a ritmo de beat ´em up esa etapa de inicio de la madurez con la despedida de la adolescencia.

Como todo niño de Nunca jamás, Scott representa a ese grupo de edad con sus problemas de amoríos, trabajo y diversión. La película es fresca, saliéndose de lo que habitualmente podemos encontrar tanto a nivel narrativo como a la hora de introducir efectos especiales que le dan un tono divertido y surrealista a esta cinta. Abundan los guiños a la cultura de videojuegos de finales de los 80 y principios de los 90 (era de los 16 bytes), la del mundillo musical indie (con el retrato de multitud de grupos que ‘’pelean’’ entre si y que no los conocen ni en su casa) y en definitiva como ser un veinteañero en Canadá (con bastante deformación de la realidad).

No busques ir a verla con la intención de que te resuelvan el misterio de la existencia o encontrarte con una obra de arte, pero puede llegar a convertirse en unos años (dependiendo de cómo la trate el paso del tiempo, en una película de culto, no por su calidad sino por la originalidad con la que cuenta una historia de lo más simple y a la par inverosímil).

Si has vivido el mundo de los 80 y 90, si has tenido alguna vez veinte años, si te gustan las pelis originales y divertidas esta es tu película

Recomiendo verla no solo por ser un clásico, sino por los momentos divertidos junto con el retrato de una época de España y de un especial tipo de funcionario, esto es, los verdugos (y de cómo estos eran repudiados por la sociedad).

Como mensaje que podría dejar la película es como el individuo, en su debilidad y como consecuencia del entorno, acaba convertido en lo que no quiere ser introduciéndose en un círculo vicioso del que le es imposible salir.

Antes de nada conviene aclarar que no nos encontramos ante una película bélica, la guerra no es sino parte de la historia que sirve de hilo conductor en el desarrollo de la misma.

Es una película que trata de valores tan simples y humanos como son la amistad, el amor o la compasión y de como la guerra solo produce estragos en aquellos que la viven.

Cabe añadir la notable banda sonora, cuyo tema principal compuesto por Stanley Myers contiene una gran carga emocional, hecho que ha producido su uso en buen número de campañas publicitarias asi como en televisión.

Ghost Dog es una película peculiar, original y distinta a lo visto hasta 1999. Mezcla filosofías obsoletas, rap, coches de lujo, palomas mensajeras y otros elementos tan dispares que en conjunto consiguen un buen resultado. Aun así la recomiendo.

Hablar de La vaquilla es hablar de la dicotomía existente entre los de Villa-arriba y Villa-abajo, que son dos caras de la misma moneda y ellos mismos no se dan cuenta. Esa dualidad de pareceres que en ocasiones llegan a situaciones dramáticas como la vivida con la Guerra Civil española es lo que retrata este largometraje.

En clave de humor, haciendo uso de los tópicos que podían achacarse a los bandos contendientes (especialmente al llamado bando nacional, por transcurrir buena parte de la trama en el territorio controlado por los mismos) se muestra un grupo de hombres, totalmente alejados de los estereotipos de heroicidad que residen en el género bélico, más interesados en vivir que en morir.