Película de tono predistópico en Hong-Kong, la última colonia asiática británica, quizás por ello lo desgarrado de su trama, puro detalle minimalista de la vida de un asesino a sueldo y su patológico entorno afectivo. Sin duda con una textura muy moderna para su momento, yo diría que es la vida de los ciudadanos de las ciudades terrestres de Blade Runner que no pudieron trasladarse a las colonias exteriores.

Una película que hay que ver desde la perspectiva de Michel Foucault en "Vigilar y Castigar". El vigilante cae al final en la obsesión de lo vigilado, el poder sube por osmosis de abajo arriba, y por mucho se vigiles siempre puedes llevarte una sorpresa. Suerte que el vigilante y el carcelero tienen consciencia y por tanto conciencia... pero puede que sea muy tarde para tomar partido.

Según la teoría del eneagrama, hay nueve tipo de personalidades básicas, yo diría que las que aquí se mencionan -Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición- corresponden a los tipos 6, 2, 4, 9 y 5 del eneagrarma respectivamente.

Según la película hay personas que combinan varias de estas personalidades y llegan a ser peligrosas para el "establishment", ¿podría postularse que en la evolución de la consciencia, los eneatipos son cada vez más complejos e intermezclados en una misma persona?

La producción USA nos enseña que con pocos actores y actrices se pueden articular grandes historias de la humanidad, sublimes historias, en las azoteas de los rascacielos de tu ciudad (Nueva York en este caso, terriblemente triste ahora tras el 11S). Lástima, que casi recién salidos de la caza de brujas y a poco menos de 10 años del asesinato de monseñor Romero, no fueron capaces de articular cómo muere Cristo, asesinado por los poderes de la época: curas e imperialistas.

...perdón, quizás no lo he dicho bien?

Una película que recrea la novela del psicólogo Irvim D. Yalom, fundador de la corriente de la terapia existencial. La película trata de plantear que la filosofía puede curar, sin embargo según se va desarrollando la cuestión se ve que tanto en el caso de Nietzsche como en el del Dr. Bruer, el problema son las relaciones sexuales de cada uno; por tanto Freud (que también aparece) sería el que se lleva el gato al agua...