Dentro del género Seinen, cada vez inventan excusas más disparatadas y fantasiosas para reunir al protagonista masculino con el correspondiente harén femenino en las típicas situaciones de este tipo de series: citas, salidas a la playa, piscina, baños públicos, etc.

Puro fanservice, despreocupado totalmente de la coherencia y la calidad de la historia (a diferencia de muchas otros animes del mismo género). Al final de la serie, alguien debió de acordarse de que había un argumento, y lo concluyeron de una de las maneras más torpes y sonrojantes que yo recuerde.

Puede llegar a entretener, pero no deja de ser una pérdida de tiempo, habiendo cientos de animes del estilo mucho mejores.

Fui a ver esta película impulsado por la curiosidad, sin grandes expectativas pero con la seguridad de ir a ver algo especial. Desde luego podemos ya coronar a Zack Snyder como el maestro contemporáneo de la estética y el postureo. Lo malo de Sucker Punch, es que da la impresión, y seguramente así es, de que toda la película está planificada para justificar las tres impresionantes secuencias de acción. Que por otro lado, son impresionantes pero insustanciales y vacías de toda emoción; al fin y al cabo colocan a las protagonistas en escenarios inverosímiles, y las ponen a luchar contra enemigos de los cuales no sabemos ni quiénes son ni cuál es su propósito.

La parte buena de la película, como no, es la estética, la escenificación y el montaje; que es lo que nos han vendido en el tráiler y son las razones por las que un servidor pagó 6.10€ en el cine. En ese aspecto, encontré lo que fui a buscar.