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España España · Barccelona
Críticas de EL ALBATROS
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Críticas 223
Críticas ordenadas por utilidad
5
28 de noviembre de 2017
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita historia de amistad entre un asesino a sueldo casi analfabeto y una niña promiscua, ambos seres solitarios que se necesitan mútuamente. Encarecido homenaje al Hollywood dorado y al cine de ación con un especial guiño a los musicales y unos actores míticos como John Wayne y Marilyn Monroe. Una recreación paródica de la violencia, desde una cierta ligereza poca y profundidad analítica, con sus rituales más escabrosos desde un punto de vista pretendidamente europeo y por tanto crítico con ese tipo de cine, pero que a la vez lo imita descaradamente. Nathalie Portman (Mathilde) en su primer papel importante, demuestra que iba para gran actriz como demostraría con su impresionante “Cisne negro”, un autentico recital en su mutación como bailarina de ballet. Jean Reno (Léon) cumple con el personaje aunque me recordó en muchos momentos a ese tosco, inexpresivo y taciturno actor de nombre Silvester Stalone, aunque el francés tiene más madera para la comedia. En cambio, Gary Oldman está totalmente histriónico e insoportable por la poca credibilidad que transmite su personaje, una pena, porque no es tan mal actor como luce aquí. Joe Mantegna (Tony) cumple discretamente como un rutinario mafioso sin matices a destacar.

De todo ello se desprende que Luc Besson, en mi opinión, es un director mediocre, pero con intuición comercial en el actual cine de evasión. Su estilo es aparatoso, que no brillante, atrevido, que no arriesgado y en el fondo algo vulgar, lo cual no quiere decir que aburra, sólo que nunca sorprende, todo su cine es previsible. “Léon”, su título original, es un film rodado en Nueva York, del que no termina de sacarle partido al escenario, un policíaco híbrido entre la estética del thriller americano y algunas pinceladas tonales de cierto nihilismo existencial, cercano al cine policíaco francés del gran Jean Pierre Melville, aunque muy lejos del Alain Delon de “Le samourai”. Todo ello destinado a reivindicar una cierta autoría europea. Nuestro Léon es taciturno y solitario como lo era Delon, metódico y con sus rarezas personales: solo bebe leche, lleva una vida espartana y ama a sus plantas, aunque reconoce que como él, debe echar raíces alguna vez.

Besson recurre excesivamente al sentimentalismo, mucho fuego de artificio, pero la historia conmueve a los que tenemos lagrima fácil, presentando a la Gran Manzana, especialmente Manhattan, como una ciudad inhóspita y deshumanizada. La versión recién editada en DVD muestra fragmentos no doblados al español, lo que me hace pensar que la productora amputó en el estreno en salas, quizás por la distribución en USA, ciertas escenas algo escabrosas con la menor. Pues se intuye un cierto guiño perverso en las relaciones de Léon y Mathilda. Lo mejor del film es esa relación paterno-filial que Besson no termina de profundizar con sobriedad y talento, resultando muy dulzón. Lo peor es el retrato del sórdido y corrupto policía que encarna Oldman, muy mal dibujado. Lo decía Hitchcock: “cuanto mejor dibujado esté el malo de la trama mucho más atractiva será la historia para el espectador”. Una película que se deja ver, pero excesivamente valorada por otros usuarios de esta web.
EL ALBATROS
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6
19 de octubre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he pensado que el guión forma parte fundamental de una buena película, sin él es muy difícil, por no decir imposible, conseguir realizar un film digno de ser admirado como tal. Resulta curioso que muchos suelen olvidarlo frecuentemente, hasta banalizarlo en función de otros aspectos de una producción. Me refiero a priorizar sus actores, estética o efectos especiales, por ejemplo. El talento del escritor, la calidad de un argumento no se puede sustituir por más dinero, u otros atractivos materiales supuestos. Es por ello que puede ser susceptible de ser un arma ideológica, utilizado en infinidad de ocasiones por estados y regímenes políticos, por lo que se me antoja nada baladí.

Como demócrata, pese a no compartir las ideas de los comunistas en Hollywood, jamás justificaré la ignominia del tribunal de McCarthy y sus secuaces contra un sector de guionistas conocido por los 10 de Hollywood. Me pareció un atropello a los derechos humanos y la libertad de opinión, pese a las circunstancias políticas que acontecieron en aquellos años de Guerra fría con la Unión Soviética, exportadora de dictaduras comunistas a todo el mundo. Es por ello que me ha conmovido la historia de Dalton Trumbo dentro de una estética de telefilm, cuya calidad es muy discutible artísticamente. Me ha seducido su lucha personal para adaptarse a las circunstancias adversas terribles que sufrió él y sus compañeros, digno de toda admiración.

La realización me ha parecido plana y sin matices, más allá de una buena ambientación y una gran actuación de Bryan Cranston. La película no aporta novedades a lo ya conocido en otras obras cinematográficas y literarias, yo recomiendo “La caza de brujas en Hollywood”, escrita por Román Gubern, editorial Anagrama, que leí de muy joven y muestra una amplia y detallada reflexión sobre lo ocurrido. Tras exponer mi alegato a favor de la libertad de opinión y conciencia en contra del fascismo, no es menos cierto, como el tiempo ha demostrado, que el comunismo ha sido una plaga totalitaria que ha causado muchísimo dolor y muchos millones de muertos durante el siglo XX y lo que llevamos del presente.
EL ALBATROS
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8
4 de octubre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el discurso contundente del jefe del estado Felipe VI anoche en televisión, la verdad es que me sentí emocionado y reconfortado ante tanto desatino de políticos timoratos, animando al pueblo español a no desfallecer, defendiendo a los perseguidos, apelando a ejecutar las democráticas leyes constitucionales ante los golpistas y sediciosos que han celebrado un referéndum ilegal de independencia en Cataluña el pasado Domingo, instigado por dirigentes políticos desleales y la turba violenta que se deja seducir por la manipulación y la burda propaganda dentro de un clima revolucionario, me ha parecido muy adecuado recuperar este excelente film que aborda unos momentos críticos en la historia del Reino Unido. Eran tiempos convulsos ante la ofensiva nazi mientras asistimos a, cómo el Rey acomplejado por su tartamudez, pero desde una firme determinación, se dirige a su pueblo para arengarles en el desánimo y la preocupación, trasmitiéndole esperanza y fortaleza ante el fanatismo nacionalista alemán.

Jorge VI (Colin Firth) es un hombre al que le invade sus miedos e inseguridades, al que los acontecimientos y la historia le han empujado a una situación límite para su pueblo. El film es también una sabia reflexión dialéctica sobre el dolor, la incomprensión, la superación personal, el triunfo, y una lección humana de cómo vivir y aprender a ser mejor. El pulso interpretativo ante su logopeda (Geoffrey Rush) es antológico, ambientada y fotografiada en la mejor tradición de los films británicos, e ilustrada con la majestuosa música de Beethoven: el 2º Movimiento de la 7ª sinfonía. Siendo una película sobre la dicción y la imposibilidad de hablar bien, el tratamiento del sonido, sobre todo por lo que a las voces se refiere (recomiendo versión original), resulta fundamental en su trama.

Y volviendo al motivo principal de mi reseña que de distinta forma afecta a ambos discursos en momentos críticos, la del monarca inglés era una amenaza externa y en cambio, la del monarca español es interna por desgracia para todos los ciudadanos españoles. El nacionalismo radical y populista es excluyente por definición y la mayoría silenciosa de la que formo parte es acosada por ese totalitarismo de pensamiento único, arengando en la desobediencia a la ley, que señala y amedranta al discrepante causándole preocupación y zozobra, en este caso lo que se produce es una lamentable fractura social difícilmente superable. Porque si no se respeta la ley no puede haber democracia, lo que se produce es la anarquía y los derechos de las minorías son pisoteados, cosa parecida a lo que perpetraron casi todas (si exceptuamos la francesa) las revoluciones para convertirse en dictaduras.
EL ALBATROS
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9
1 de enero de 2022
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine musical ha sido tradicionalmente un género carente de prestigio y de seguidores – por lo menos en el momento actual –, cuando no relegado a mero pasatiempo para nostálgicos. Buena prueba de ello es que apenas haya una trentena de reseñas sobre este musical, siendo un estreno navideño del aclamado Spielberg. Se trata, sin duda, de una reducción simplista que ignora, por comodidad y rutina, cuando no lobotomizados por la apabullante pirotecnia visual con dos lineas de argumento para todo el film. Mientras se desprecia el esfuerzo creativo, la búsqueda de nuevas soluciones espacio-temporales y, por qué no, la vivacidad, la imaginación y la fantasía inherentes al género. Una verdadera fiesta para los sentidos, la magia de sus imágenes y su poder de fascinación.

La nueva versión del musical West Side Story de Spielberg es una relectura económica y social con la perspectiva de los años transcurridos. Más allá de la romántica historia de amor emanada del clásico de Shakespeare, se detiene en mostrarnos un realismo despiadado. La situación del Upper West Side (subiendo por la Avenida Broadway hasta central Park a la izquierda), un área que estaba a finales de los 50, en liquidación por derribo para reformular la zona expulsando a sus moradores, pobres y desarraigados en constantes conflictos sociales para dar paso a un nuevo proyecto urbanístico de la zona. No es baladí que aparezca en un primer plano el diseño del complejo cultural Lincoln Center (Teatro de ópera, sala de conciertos y danza, escuela de música, etc.) y le acompañaran casas y apartamentos para ricos, mientras la pobreza será trasladada fuera de Manhattan. Los Jets y los Sharks se enfrentan por un territorio que ya han perdido como muy bien lo apunta el sargento responsable del distrito, son mera escoria que pronto será erradicada.

La música incidental, la letra y las canciones, sobradamente conocidas por los amantes del género, se mantienen intactas, imposible mejorarlas, pues describen las situaciones de forma apabullante. Pero sí que hay cambios sustanciales en el comportamiento de los jóvenes que aquí no son meros gamberros pendencieros y mal educados, ahora los vemos como seres agresivos que llevan el odio en sus ADN personales, es la visión pesimista que plantea Spielberg. Ha cambiado la película de Estudio por una historia físicamente urbana decorada por escombros y ruinas de una zona en descomposición que va a ser demolida en su integridad. Los actores cantan, bailan y actúan de forma impecable, se nota la preparación de los jóvenes de hoy en una sociedad tan exigente en el tema del espectáculo musical, lo competencia es muy dura, sólo hay que ver los castings para cualquier musical en teatro. No creo que esta película sea mejor o peor que la anterior de Wise, pienso que es distinta en su planteamiento artístico y de aspecto dramático. Una puesta en escena muy realista y desoladora, alejada del glamour y los estereotipos que se pretendían transgredir a principios de los sesenta. Los cambios son mínimos y siempre en beneficio de la trama, la coreografía asombrosa y descriptiva en todo momento. La fotografía me parece deslumbrante por la dificultad de rodar en la calle de día o de noche, el ritmo es trepidante porque no te suelta en ningún momento, los 150 minutos pasan volando. He de reconocer que iba con algunos prejuicios y me ha sorprendido favorablemente el trabajo de Spielberg que llevaba años tras un proyecto musical y creo que lo ha hecho muy bien. Película muy recomendable dentro de la mediocridad en la oferta cinematográfica navideña.
EL ALBATROS
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5
31 de octubre de 2019
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras leer algunos comentarios sobre el film no salgo de mi asombro al comprobar, cómo se critica de forma tan reduccionista y absurda. Cuando uno ve un film, no tiene porqué conocer el libro en el que dice basarse, otra cosa es censurar el guión por no estar bien escrito para el film, cosa muy cierta y lamentable en esta ocasión, dejando cabos sueltos. Puedes objetar sobre cualquier aspecto de lo que has visto en pantalla, actores, fotografía dirección excepto compararlo con algo ajeno al cine y sus heterodoxas reglas. Jamás se debe despreciar por el mero hecho de no ajustarse fielmente al relato del libro, por ello me permito hacer algunas precisiones con el fin de aclarar algunos conceptos. Ambas artes forman un binomio difícil de conjugar. El lenguaje literario es absolutamente diferente al lenguaje cinematográfico, sus reglas y su técnica son antagónicas. Cuando has leído el libro, acudes a la película con una idea preconcebida en tu mente, esperas una traslación literal y fidedigna a la pantalla, y habitualmente suele decepcionar porque es imposible complacer a cada lector.

En cuanto a otras peregrinas apreciaciones como que, el asesino lo conocemos muy pronto, se pierde el misterio y bla, bla, bla. Olvidan que la caligrafía en cine la elige el director, él decide si lo narra de forma lineal, en flash back o cualquier otro orden. Hitchcock fue el más destacado creador de nuevas formas narrativas en sus películas: "Vértigo" y "Psicosis", son dos muestras narrativas al respecto que explico en spoiler. En el famoso libro “El cine según Hitchcock” de Truffaut, el maestro inglés explicaba cómo crear el suspense por el que sería siempre recordado: se trata de dar la información al espectador para crear tensión, ya que nosotros sabemos lo que los personajes desconocen y por tanto, el riesgo que corren, porque el maestro del suspense detestaba precisamente el desenlace sorpresa, ya que todo se subordinaba al minuto final, siempre que alguien con mala leche no te contara quien era el asesino, con lo que todo el film carecía de interés al despejarse la incógnita.

Tras este obligado preámbulo, que no pretende molestar a nadie, “El silencio en la ciudad blanca” me pareció entretenida, aunque no muy original si eres cinéfilo, el público no tiene porqué conocer algunas premisas que voy a citar, pues recurre a muchos elementos siniestros sobradamente conocidos de films pretéritos: el sadismo de “Seven”, lo escabroso de “El silencio de los corderos”, incluso su título coincide en parte. Calparsoro se muestra sin personalidad en un cóctel de situaciones recurrentes, asesino con doble vida y despiadado con rituales ancestrales, personajes con traumas que esconden su verdadera identidad, persecuciones y situaciones arquetípicas y poco trabajadas, el montaje de lo más acertado y el ritmo trepidante. La puesta en escena es como una visita turística por la Vitoria en fiestas, intenta reflejar la idiosincrasia de la tierra vasca que en contadas ocasiones funciona con su trama. Los protagonistas no transmiten empatía, hay como una desafección hacia sus vidas, todo lo que ocurre parece artificioso e impostado. En definitiva, no aporta nada nuevo más allá de las influencias de Alfred Hithcock y David Fincher, por el misterioso lado oculto del ser humano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
EL ALBATROS
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