Nunca me había sentido tan vapuleado por una película. No te da cuartel. Es como una pieza de música clásica, que sin apenas darte cuenta, se transforma en heavy metal, cruel y terrible. Connelly demuestra su sensacional talento y los demás no desmerecen. El film nos habla de la futilidad de los sueños, sobre todo cuando no se sabe volver al mundo real, el cual, si no tienes suerte, puede ser como el infierno. Curioso el hecho de que una pieza manufacturada por la gran fábrica de ilusiones, como es el séptimo arte, nos recuerde tan vilmente lo que somos de verdad: seres confusos en busca de una felicidad esquiva o imposible. Maravillosa película que me dejó pegado al asiento y pensativo varios días. Cuanto más la recuerdo más impresionante me parece. Mención aparte la banda sonora, magnífica compañera de baile de esta cruel maravilla

Epica interpretación de lee marvin que roza la perfección en el papel de adorable borrachín y sorprendente la del amigo clint, demostrando al mundo que ser actor está al alcance de muy pocos. El film es un maravilloso canto a la amistad, el honor y la alegría de vivir, a pesar de la soledad y la muerte. Memorable el número musical de Marvin recorriendo lentamente la ciudad sin nombre y cantando con ésa voz rota una de las mejores baladas de la historia del cine. Imprescindible para los amantes del séptimo arte.

Algunos destellos en las escasísimas escenas bélicas y unas pocas paradas en el tren del aburrimiento, que son la sonrisa de la hermosa Keira. Una muchacha que se enamora sin darse cuenta, un soldado que vuelve de la guerra hecho un guiñapo, un putón desorejado y un poeta al que acabas odiando. Papilla aderezada de guerra y poco más. Nada que sea nuevo o siquiera original, sólo aburrido y vacío.

Sólo una mente enfermiza y poblada de pesadillas a lo Edgar Allan Poe puede ser capaz de unir la ominosidad del terror Más delicioso con la lujuriosa imagen más actual y cada vez más sorprendente. Las posibilidades de las 3 dimensiones son infinitas y, con joyas como ésta, esperanzadoras y llenas de futuro. Terrorífica y maravillosa película no apta para niños que no soporten dormir con la luz apagada, armarios profundos y muñecos hostiles.

Maravillosa. No tiene desperdicio, y mucho menos ése final tan denostado. Por supuesto, entramos en el quebradizo asunto de los gustos personales, y para mi gusto, ése final es el colofón perfecto, poesía hecha cine. El muchacho protagonista es un eslabón perdido hacia una evolución sorprendente pero creible. El hombre es el camino hacia unos semidioses preocupados en lo de siempre: ¿por qué?. Y es que ésta historia es algo más que una película perfecta, es una enciclopedia de emociones en imágenes, digna de un director incapaz de decepcionar.