No hay que desviarse mucho para convertir la sinrazón de la guerra en comedia. Como hizo Kubrick o el mismo Gila. O como vemos en las noticias al escuchar los monólogos cómicos de George Bush, con sus complejos de almacenes de armas de destrucción masiva, con la justicia infinita, con la democracia dictatorial.

La mezcla de comedia y cine bélico es magistral, ya que no se trata de una mezcla de escenas cómicas con otras trágicas. Si no que hasta las partes más dramáticas tienen siempre presente su toque de humor. Y todo eso sin perder ni una pizca de tensión durante toda la cinta. Que le quiten lo bailao!

Nunca he estado en Derry. Pero al ver la muerte de inocentes en esta película, en esta historia, siento como me tocan directamente. ¿Por qué? Porque han contado la historia de una manera tan creible, que no me ha surgido en ningún momento la duda de si realmente es ese el verdadero modo en que todo ocurrió.

Me gustó el estilo casi documental, aportando la emoción siguiendo más de cerca las historias algunos de los protagonistas.

La aportación en directo de U2 para los créditos: emocionante.

Llamémoslo thriller, porque logra mantenerte una extraña tensión durante toda la película, gracias la locura y a las ideas estrafalarias del personaje de Robert De Niro. Una tensión que tenemos como resultado de la mezcla de la curiosidad por saber lo que intentará Rupert Pumpkin y vergüenza ajena por cada uno de los actos que la paranoia le provoca hacer en su camino para conseguir la fama en el mundo de la comedia.

Podría ser una comedia, por las risas nerviosas provocadas por las delirantes ideas de su protagonista y a las escenas provocadas por su mente paranoica.

Pero sobre todo es un gran drama, que narra el camino de Rupert Pumpkin hacia el éxito en el mundo cómico, al que intentará llegar a cualquier precio.

Gran actuación de Robert De Niro, que consigue ponernos nerviosos en cada una de las escenas, logrando en cada momento transmitir el desequilibrio de su personaje. No es una de las películas más conocidas de Scorsese pero realmente merece la pena verla.

Película bien contada, bien interpretada, buena banda sonora,... Pero que desarrolla una historia que no tiene interés alguno. Si Jacques Audiard consigue un buen guión, puede hacer un buen trabajo.

Extravagante, original, extraña, tierna, llena de locura. Aunque esto no fue suficiente para arrancarme más de una sonrisa. Hay quien dice que el humor es universal, pero el humor más cercano es el que nos hace soltar la carcajada con más facilidad. Pero merece la pena verla por su brillantez visual, es una película llena de magníficas postales.