Por muy profundas que sean las metáforas que la película INTENTA hacer llegar al público, por mucho Nietzsche que metas a paladas en la obra, ésta no se alza por encima del vacío si no hay algo sobre las que apoyarlas.
Las grandes ideas caen aplastadas por la estupidez de las situaciones en las que Conan se ve involucrado, sin apenas relación lógica entre secuencias seguidas. Los personajes se conocen por que sí, se hacen amigos porque no hay nada mejor que hacer, van al rescate los unos de los otros sin saber cómo llegan al punto correcto... ¿Y encima debemos creer que la película es profunda porque el malo es capaz de doblegar la voluntad de miles de estúpidos? Que os quede claro que si Conan no cede no es porque porte una verdad más profunda o su carencia de fe en los Dioses y el hombre le hagan más fuerte; es inmune a la palabrería de su enemigo porque a lo único que dedica más de diez segundos de atención es a los pechos que se cruzan en su camino.
Cuando todo lo que ves en la pantalla es estúpido no prestas atención a la filosofía que flota en el fondo, a no ser que te aburras lo suficiente como para tener que buscar en las profundidades para pasar lo que dure la tortura.

En general, la acción es barata, la aventura no es tal, el amor es poco más que un fugaz enamoramiento y la filosofía es de panfleto.

P.S.: La actuación de Schwarzenager no es buena; es tan mala como todas las demás, pero su inexpresividad se adapta al demente (sin mente) de Conan casi tan bien como al desalmado T800.