Magistral los personajes de Chambelain y de Hitler. El primero tan flemático rayando en la inocencia y el segundo muestra su faceta misántropa.

El director logra mostrar de forma paralela a los protagonistas en cargos que están directamente a los gobiernos en ejercicio, hasta el punto que llega a convencer de su lealtad a su gobierno.

La película inicia plana para ir elevando su ritmo a un suspenso inesperado, para cautivar esperando los desenlaces históricos conocidos, pero que en cada momento dan la sensación de cambiar ese rumbo.

Destacable la música, la banda sonora como las canciones, así como la fotografía, la ambientación deleitan las tramas.

Cuando los niños hacen personajes de niños y los representan como niños, es mérito del director fijarse en ello. Aquí vemos que todos los niños representan magistralmente su papel, diría, incluso los extras, con sus gestos, miradas, forma de caminar y hasta de hablar.

Otro punto para el director es como enfoca la cámara con primeros planos, de frente, de espalda, pero la genialidad es cuando enfoca las partes bajas, sin rostros pero que claramente se entiende lo que se quiere mostrar.

La banda musical un gran acierto en todo momento.

Por supuesto el guión rompe con todos los íconos preconcebidos que se suele tener, de los héroes, de los salvadores, de las religiosas, del cuidado infantil, de la precisión militar y hasta de la desgracia que sufrieron los Judíos, pues hay una frase que incluso se les culpa de su desgracia "... por no aceptar a jesucristo..."

Aunque la protagonista es destacable, pues logra mostrar los cambios de faceta del personaje, al director le faltó sacarle mas de su potencial histriónico.

Por momentos es plana, casi lenta y quizá es por el guión o le podemos echar la culpa a que la vida real no es tan dinámica como quisiéramos.

Novelarla daría mas velocidad a la trama.

Un gran aporte del cine Polaco que vale la pena ver esta historia real, convertida en un musical.

Bonita fotografía, la ambientación, el vestuario y la banda sonora son muy apreciables.

Bastante equilibrado el género musical con el relato.

Pequeños detalles que el director logra encajar magistralmente, como cuando se le cae la ceniza del cigarrillo a uno de los personajes, basta ver que el gesto es bastante realista.

Buenas actuaciones, incluso los niños cuando hacen el papel de niños y no sobreactúan es un mérito indudable del director.

Los personajes hacen vivir la historia y el protagonista la hace sentir en medio de un bello vestuario de época, hermosa fotografía y la ambientación costumbrista realzan esta genial historia.
Destaco el personaje de los niños, porque es obra del director que los niños sean niños y no sobreactúen y aquí vemos gran desempeños de ello.