Esta serie danesa cuenta la intrahistoria de un invento danés que cambió el mundo de la belleza femenina en todo el orbe, a raiz del sueño alocado de un visionario emprendedor.

Como suele ocurrir a menudo, una cosa tan poco relevante en principio como los rulos eléctricos para el pelo, fue una autentica revolución y con estos mimbres, los guionistas han fabricado todo un universo sesentero de magnífica factura, desde el vestuario, los estilismos, la forma de vida que pasó en tantos países de la ruralidad a la atracción por lo urbano, la liberación de la mujer con su incorporación al mundo laboral, el machismo presente y latente.

Intérpretes de gran altura y una buena dirección a la que nos tiene acostumbrados la televisión de los países escandinavos, completan este cuadro costumbrista en el que nos podemos ver identificados los que conocimos esos años y vemos que, en el fondo, no eramos tan distintos los del sur y refleja que, aunque ellos tuvieran más libertad aparente, estaban tan sujetos como nosotros a las rígidas convenciones sociales de la época.

Para terminar diré que, no recuerdo donde, he leído que es una serie para jóvenes. Compro la idea si es para demostrarles lo bien que viven en estos tiempos, pero también se disfruta por parte de los ya maduros que solemos tener nostalgia de muchas cosas que no hay por donde cogerlas.

Esperaba ver esta serie británica porque me gusta la Historia y ellos suelen hacerlo muy bien en este género, pero me ha parecido decepcionante porque el guion es flojo. Hay muchos personajes y se pierde la profundidad en sus planteamientos personales, se cuentan historias intrascendentes y superficiales sin entrar en una época tan apasionante como la que vivió el Imperio ruso en el siglo XVIII.

Una figura como Catalina necesitaba más enjundia para intentar penetrar en su idea de país, de como europeizar una Rusia atrasada y campesina y llevarla al Siglo de las Luces aunque para ello tuviera que eliminar obstáculos tan descomunales como partir de ser sólo la consorte del zar y alzarse con el poder absoluto en un imperio tan inmenso.

Muy buena producción, sin duda, en cuanto a vestuario, decorados y movimientos de masas, pero parte de una premisa que chirría desde la primera escena, Catalina tenía 34 años cuando derrocó a Pedro III y Helen Mirren tiene "algunos más" y no los puede disimular con maquillaje e iluminación. Quizás si narrara los últimos años de la zarina podría colar, pero es muy poco creíble en su papel aunque como actriz esté espléndida.

He utilizado un título muy reconocible porque es lo me ha sugerido esta película, el ser humano en condiciones extremas es capaz de las mejores y las peores acciones y sobre eso va el guion. Usando como leit motiv una popular canción ucraniana, relata los horrores en la Segunda Guerra Mundial y la generosidad de quienes no veían enemigos, si no personas, derrochando amor sin esperar nada a cambio.

Se nota que no está hecha con grandes medios, pero su sencilla y dolorosa historia está contada con honestidad y cariño, así que se deja ver. Los actores, desconocidos para mí, hacen papeles irregulares, destacando las niñas por su corta edad y por sus voces maravillosas.

En resumen, una película para la Navidad aunque no sea pastelosa ni apta para todos los públicos, por la violencia que refleja.

Le he puesto un 6 porque me parece una serie entretenida, muy bien rodada y con buenos actores. Aunque la idea es brillante, la dificultad añadida de ser mujer jefa en un entorno masculino, y retrata con acierto el mundo yuppi, el guion a veces flojea un poco.

Supongo que, a la vista de los resultados ante la audiencia, habrá una segunda temporada que se verá con el mismo agrado que esta primera, porque quedan cabos sueltos suficientes para seguir la trama.

Hay que destacar las actuaciones en general ajustadas, sobre todo la complicidad entre Miren Ibarguren y Gracia Olayo, un tándem inseparable donde brillan las dos buenas actrices cómicas que son.

Después de ver la serie hermana española, me puse a ver las realizadas en los distintos países. De ellas, me parece que la más interesante es la francesa porque "sale" un poco de la sala de interrogatorios, llevando al primer plano las relaciones personales de los policías interrogadores.

La serie alemana también está bien llevada y nos pone ante los ojos las interacciones entre las generaciones de los alemanes de antes y después de la caída del Muro y de uno y otro lado de su país, que sigue siendo tan diferente a pesar de los años transcurridos.

En cuanto a la británica, creo que me sorprendió porque sus guiones son, a mi entender, los más flojos, siendo como soy, seguidora de las series inglesas.

En general, creo que es una fórmula acertada y novedosa, pues podemos ver un retrato de las diferentes realidades en países del mismo entorno, si bien es algo claustrofóbica y, para los que estén acostumbrados a superhéroes, cadáveres descuartizados y policías de cartón-piedra puede parecer lenta porque lo importante en todo momento no es lo que pasa, si no lo que se dice o se calla, en un juego donde brillan las excelentes interpretaciones en todos los países.