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Chile Chile · Santiago, Chile
Críticas de Jinx_888
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Críticas 178
Críticas ordenadas por utilidad
1
1 de junio de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pesque todos los cliches sociales, todos.
Todas las cosas terribles que azotan a la sociedad, todas.
Culpe a los responsables clásicos de todo: los poderosos caricaturizados (la derecha, los curas, los empresarios, etc)

Todo mega ultra caricatura, cero intención de darle profundidad, ni matices, ni realismo.

Eso es "La Jauría", una lluvia de cliches.

Nota: súmele una banda sonora desagradable.
Jinx_888
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7
19 de octubre de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los 80 es una serie que definitivamente va de más a menos. Su primera temporada es sensible, describe las relaciones cotidianas de una familia, las que, si bien no son un relato brillante, es un relato más que satisfactorio. Muchos podrían sentirse identificados con estos espacios anecdóticos, que con tonos melancólicos son descritos con mucho detalle. Una excelente ambientación, factura y fotografía, más que aceptable banda sonora acompañan la serie.

Pero a medida que las temporadas avanzan todo se empieza a podrir, la típica familia pasa a ser esa familia que justo su hija se mete con un tipo del Frente Patriótico, luego con un sapo de la Dina, que la CNI en pleno los empieza a perseguir, incluso a mandarles un sapo permanente. El hijo, como camarógrafo, justo filma momentos cumbre de la opresión dictatorial y bueno, de típica familia ya no queda nada. Poco falto para haber sido visitados por extraterrestres o seres de otra dimensión.

Los conflictos familiares, que con tanto cuidado se habían relatado en un principio, pasan a un segundo plano por los conflictos políticos. Evidentemente es una época hiper politizada, dejar de lado la política hubiese sido tan falso como lo que resulto al sobre explotarla. Se podría haber retratado todo con mayor pulcritud, no con caricaturas absurdas, propias de una serie panfletaria más que un producto de calidad.

Así descubrimos que el 44% de la población chilena que voto por el Si eran unos reales idiotas, tipo don Genero o bien unos reales desgraciados como en la fabrica donde se emplea Juan. Y bueno, aquellos que estaban por el NO eran todos nobles y correctos. Todo muy burdo y todo muy panfletero.

Las referencias a Patricio Aylwin, por ejemplo, son absurdas, en un capitulo que este habla como vocero del NO, el personaje de Claudia dice “debió haber pensado eso antes de pedir el golpe”. ¿Aylwin pidió el golpe? Esa es una nueva noticia. Luego al asumir el primer gobierno democrático, hablan como si todo hubiese permanecido igual, más propio del discurso auto flagelante del 2011 que del real discurso de 1990. En fin, se pueden ir detectando una serie de elementos sobre ideologizados de la serie, que no se condecían con la época que decían relatar. Más una opinión de los autores desde la óptica de cuando la serie se hizo, que una visión de la época que están retratando.

Y tal como la serie se va pudriendo, también se pudre la banda sonora, la versión de los Difuntos Correa (T1) es más que aceptable, como la de los Miserables (T3) y Aldo Asenjo (T4). La de FRAN Valenzuela (T2) deja harto que desear, pero la de Camila Moreno (T5) y C-Funk (T6) son horripilantes.

La última temporada, la 7ma, es para el olvido. Rayando en lo absurdo, realmente se hace larga de lo mala. La relación de Juan Herrera con una Hippie acomodada es más falsa que Judas, tan absurdo como varias de las cosas que van pasando. Para que vamos a hablar de la relación de paternidad de don Genaro con Petita, tiene menos credibilidad que Donald Trump.

Véala, pero sin entusiasmarse mucho, porque sino al final se va a desilusionar.
Jinx_888
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4
8 de febrero de 2020
13 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Paredes es uno de los guionistas de El Reemplazante, serie emitida en Chile al poco tiempo de las manifestaciones estudiantiles del 2011. A los pocos años después Pablo Paredes participaría de la Fundación de Revolución Democrática, partido de izquierda chileno heredero de dichas manifestaciones. Esto no es casualidad, El Reemplazante es una serie sutilmente ideologizada, con una fuerte carga de la visión de la izquierda a la sociedad chilena de aquellos años.

La serie cuenta con el crudo diagnostico de los estudiantes sobre la sociedad chilena y la marginalidad, pero también con la sobre caricaturización y simplificación que conllevo este análisis. Parte de este infantilismo se ve en que la serie claramente identifica a buenos y malos (cual serie infantil o bien tipo Star Wars -lo del lado de la fuerza y el lado oscuro está bien para una serie de ficción, pero plantearlo en una serie de denuncia social, bastante infantil-), idealiza a los personajes asociados a la epopeya reivindicativa y estigmatiza a los adversarios. Si bien, esta caricaturización siempre contará con la aprobación de las masas, y se verá como una acción de denuncia, siempre bajo la mirada aguda de un espectador más formado debe ser vista con desconfianza.

Dentro de está serie ideologizada, sutilmente el relato tiende a construir una visión de la sociedad: el sostenedor cumple con todos los estigmas de un mal sostenedor: ambicioso, lucra, engaña, desinteresado de los estudiantes, comete irregularidades ilegales, traiciona a sus lacayos, cínico, etc. Todos los elementos negativos, todos agrupados en una persona, sin una miserable virtud. Por el otro lado, todos los reivindicadores son personas de puras intenciones, incluso Carlos "Charlie" Valdivia, pasa de ser un tipo frío y frívolo a un tipo heroico al descubrir este nuevo mundo abandonar el sucio mundo de los negocios. Así de mágico. Vamos desglosando los personajes:

Ana, la profesora de arte, fue puntaje nacional y sacó 790 puntos en la PAA de matemáticas (¿Dónde existe esa profesora en Chile? Si la hay, puede que haya un par por ahí, son una cada 1000), pero se dedica a la pedagogía por pura vocación. Obviamente con semejante glorioso historial, tenía que apoyar todas las manifestaciones. En cambio, todos aquellos profesores que no apoyaban las manifestaciones, o bien se mostraban tibios ante estas, eran unos mediocres; desinteresados de sus alumnos, con poca pasión y en el caso Aníbal (encargado UTP) un ambicioso vendido.

Es decir, todos aquellos que estaban alineados con las demandas de los guionistas, aglutinaban virtudes, en cambio aquellos que se oponían eran una lacra social, derrochaban las peores virtudes de la sociedad. A tal punto llega el sesgo, que cuando se refieren a la madre de los hermanos Valdivia, muestran una foto de ella en una manifestación pro UP (gobierno de Allende) y hablan de ella como una mujer llena de virtudes. Es decir, todos aquellos que concuerdan con la postura de los creadores son virtuosos.

En cambio, en el mundo de los negocios, donde provenía Carlos antes de caer en desgracia, todos eran unos egoístas, se utilizaban mutuamente, se engañan. El único interés que hay del uno en el otro es la conveniencia. Esto queda de manifiesto en como Rosario le mentía a Carlos sobre la información que le necesitaba entregar a Abarzua, o como cuidaba a los hermanos Araya, sólo por atraer a Carlos para sus negocios.

Si seguimos en esa sutil línea, esta el tema de la violencia. Los manifestantes eran sumamente pacíficos, incluso cuando alguno de ellos quería salirse del camino de la paz, los otros lo reprendían (¿Cuándo se ha visto?). En cambio, carabineros (fuerza pública) hace un desalojo sumamente agresivo, sin provocación alguna, incluso agrediendo a una embarazada. Una clara muestra del sesgo con que los creadores ven la sociedad.

Podemos seguir viendo detalles de como tratan de ir introduciendo sutilmente posturas de los creadores. Es posible observar en la situación del embarazo adolescente de Flavia en el dialogo de la estudiante con su profesora Ana, está última al enterarse del embarazo le dice “tienes dos opciones (refiriéndose a abortar o tener la guagua) y yo no te voy a juzgar por la que escojas”, a lo cual Flavia le contesta: “no tengo plata para ni una de las dos opciones, ni para ir por un apendicitis (en Chile se le acusa a la gente con plata de operarse de apendicitis para simular el procedimiento del aborto) ni para comprarle los pañales (en caso de tener la guagua)”. En este dialogo, entrelineas, se le quita cualquier componente moral o ético a la discusión del aborto, para dejarlo netamente como una discusión económica (de recursos) y una disputa en este sentido (de posibilidades económicas) entre ricos y pobres. Es decir, una discusión completamente con sesgo ideológico. Luego Flavia perdería la guagua y el personaje sentiría pesar como 2 días, al tercer día parece que el tema nunca fue (postura completamente ideologizada, tratando el ser en gestación como un no humano, que no genera el dolor de la perdida de algo preciado, algo que es completamente discutible por las mujeres que han tenido pérdidas).

En fin, podríamos seguir enumerando y enumerando situaciones, donde en forma sutil los autores proponen su ideología en la forma en que observan la sociedad. Si bien, mucha de las criticas y descripciones de la sociedad son ciertas (por eso, pese a todo, la serie tiene su punto de interés), están muy sesgadas, tiene nulo contrapeso y tienden a la caricatura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinx_888
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6
19 de junio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es de lo mejor que le he visto a Fabula (productora de Pablo Larraín), sin ser brillante, es bastante bueno.
Miniserie técnicamente de alto estándar (como suele ser las producciones de Fabula) y artísticamente bastante decente (cosa inusual en Fabula, que suele ser de bastante pobreza artística).
La historia se relata con altas cuotas de realismo, acompañada por una fotografía muy sólida del sur de Chile, oscuro y nublado, como suele ser. Lamentablemente la actuación y el desarrollo de los personajes le falta solvencia para hacer una serie más redonda. Sin duda pudo ser mejor, pero es bastante sobre el promedio de las producciones chilenas.
Jinx_888
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7
28 de julio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jongsu es hijo de un ganadero, trabaja como mensajero y cuidando la granja de su padre (quien se encuentra preso). Jongsu sueña con ser escritor y está escribiendo su primera novela. Un día, cuando hace una entrega, Jongsu, se encuentra por casualidad con Haemi, una chica que vivía en una granja vecina durante su infancia. Ahí se empieza a retomar una amistad, que luego pasará a un romance.

Pero todo cambia cuando Haemi, en un viaje conoce a Ben, el cual le presenta a Jongsu a su vuelta. Jongsu representan la Corea pobre y rural, vive en una granja de mala muerte escuchando las consignas de Pyongyang. En tanto, Ben es todo lo contrario representa la Corea occidentalizada, capitalista y moderna. Sus estilos de vida son completamente disimiles, Jongsu sólo consigue empleos en trabajos poco satisfactorios para él, Ben lo tiene todo y puede hacer de su vida lo que él quiera.

El choque entre Ben y Jongsu nos llevaran a una historia donde nada es evidente, todo es lo que uno imagina o quiere imaginar, y los diálogos van enriqueciendo un choque cultural que es saber que es uno en este mundo.

Todo esto rodado con sutileza y una linda fotografía. Muy recomendada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinx_888
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