Interesante propuesta dentro de nuestro cine, mucho mejor que la mayoría del mismo género de las que nos llegan del cine norteamericano. Al menos es original, y tanto Andoni Gracia y Mónica López están bien en sus papeles. Como anécdota decir que el habitante incierto no es otro que el director de cine Agustí Villaronga. Dentro de lo extraña que es la historia resulta creíble, al no presentársenos el típico hombre valiente que no mueve ni una ceja ante la situación que vive el protagonista. Los momentos de angustia que vive Andoni Gracia son los mismos que viviría cualquiera en su pellejo... ¿o alguien se quedaría a dormir en esa enorme casa tras saber que realmente hay un habitante misterioso dentro de ella?

Sé que estamos aquí para hablar de cine, y no de deportes, pero a los que amamos el tenis nos sonroja la falta de conocimientos del director y el resto de su equipo sobre esta disciplina. ¿De verdad una semifinal del torneo más emblemático del mundo se juega en una pista con tan sólo unas pocas gradas a ambos lados? No había pasado tanta verguenza ajena desde que Sir Hopkins explicara al retaco del señor Cruise lo extraño de las fiestas en España al quemar a nuestras vírgenes en plenas procesiones de Semana Santa.
Por lo demás, una historia de amor endeble, donde ambos protagonistas hacen lo que pueden, en especial Paul Bettany, que merece mejores papeles.

Agridulce cuento de acción de gracias, donde una familia decide celebrar tal día en casa de la rebelde hija mayor, la April del título, interpretada con atino por Katie Holmes, aunque la gran baza de la película sea la actuación de Patricia Clarkson, justamente nominada al oscar a la mejor actriz secundaria por esta película, y que compone maravillosamente el personaje de la madre enferma de cancer en busca desesperadamente de un buen recuerdo que la una por fin a su primogénita.

Me ha gustado esta adaptación de Peter Jackson sobre el gran mono Kong, aunque debo confesar que la acción que transcurre tanto en Nueva York (principio y final de la película) como en el barco, me aburrió un poco, más que nada por tener muy presentes en la memoria las dos versiones anteriores. Otra cosa totalmente diferente ocurre cuando llegan a la isla. El ritmo es vertiginoso, los efectos especiales maravillosos, las peripecias de los protagonistas tremendamente angustiosas. Desde luego no es una película para los más pequeños. Si yo hubiese visto el film con 8 o 9 años hubiera tenido mil pesadillas con la hechizera de la tribu, que aunque recuerda un poco a los orcos de la trilogía más taquillera de la historia, no deja de ser uno de los grandes aciertos de la película.

Es realmente frustrante darse cuenta de que películas españolas merecedoras de cualquier tipo de elogio no lleguen a nada, en el sentido de que casi nadie las ve. Y sin embargo, luego llega un director mediocre con un guión de chiste, y un grupo de actores, que más que interpretar parecen estar de reunión de amigotes, y consiguen el taquillazo del año. Me habían hecho comentarios tipo "si te gustó El Otro Lado De La Cama ésta te gustará más", lo cual era ya un acicate antes de verla, ya que la película de Martínez-Lázaro me aburrió soberanamente. Pues nada, ésta es peor, mucho peor. Sólo salvo a Pilar Castro, que no llega a brillar como en otras ocasiones. Pero al menos está mucho mejor que otros de sus compañeros. Alterio pasaba por ahí, San Juan mal, la Verbeke ofrece su peor interpretación desde siempre, la Esteve a mí no me gusta, la Santolaria está para desterrarla de Europa, y bueno... ¿qué decir de Fernando "un poquito de por favor" Tejero? Pues que sólo oírle me provoca dolor de cabeza, y que ojalá la maldición del premio goya al mejor actor revelación sea realidad en su caso, y pronto dejemos de verle en la pequeña y gran pantalla.