Sin llegar a ser una mala película, más que nada porque los clásicos para mí parten con ventaja, es inexplicable el prestigio alcanzado por esta película que más bien parecen dos películas de tesis contrarias cuyas escenas han sido mezcladas. Multitud de escenas inexplicables y rozando lo ridículo (por ejemplo los dos crímenes, o Lana Turner fregando platos con un turbante y un traje blanco), una estructura deslavazada, y la historia de un amor que cambia de sentido y lealtades con cada escena hacen de esta una película de visión interesante, pero muy alejada de los parámetros de una obra maestra. Disfrutadla en su justa medida, pero que el prestigio adquirido por sus componentes míticos no os ciegue.

El argumento: "el libro siempre es mejor que la película" tiene su excepción en esta adaptación de la novela de Agatha Christie a cargo del genial guionista Anthony Shaffer. Eliminando subtramas, combinando personajes y aclarando la historia, se ciñe al misterio principal, consiguiendo, con permiso de Testigo de cargo, la mejor película basada en una novela de la reina del misterio.

Mención aparte merece el excelso reparto, junto con la música de Nino Rota, la fotografía de Jack Cardiff, la dirección artística de Ackland Snow, el vestuario de Anthony Powell y la elegante realización de John Guillermin (nunca los zooms han sido tan bien utilizados).

Lo mejor:
1) Va al grano y no se entretiene en escenas innecesarias (como ocurría con profusión en Rocky II).
2) La pelea final es la mejor de la saga (la mejor rodada y la mejor boxeada).
3) Salen Mr. T y Hulk Hogan dando hostias como panes.

Lo peor: Te ves venir a la legua lo que va a ocurrir en cada momento.

Los Holmes y Watson interpretados por Plummer y Mason, respectivamente, son una de las mejores recreaciones en celuloide del universo Sherlock Holmes. La película no adapta ninguna novela o relato de A. C. Doyle, sino el ensayo de Stephen Knight "The final solution" sobre la verdadera identidad de Jack el Destripador (una de tantas teorías, aunque se trata de una de las más aceptadas).

Sherlock Holmes versus Jack el Destripador. ¿Qué más se puede pedir? Pues quizá un desenlace más tipo whodunit... pero no se puede tener todo.

Sorprendentemente, el director Bob Clark, que consigue una lograda y misteriosa atmósfera, es también el director de Porky's, radicalmente opuestas a este film.

Destacar que Holmes ya se había enfrentado al Destripador en la película "Estudio de terror" (1965).

Esta película es un flagrante caso de "quiero y no puedo". Quiero ser Sospechosos habituales 2 y me quedo a mitad de camino. Quiero comprarle un buen peluquín a Bruce Willis y me quedo sin presupuesto.

En fin, la peli sigue el siguiente esquema: Willis te saca completamente de la película, provocándote un ataque de risa cuando mira a una anciana dormida y dice convencido: "Está buena, ¿eh?". Después, sin quedar muy claro a qué género pertenece (no es una comedia, como podría colegirse de la escena de Willis que acabo de describir) una enrevesadísima historia, protagonizada por personajes raros de narices, aporta toneladas de datos que serán unidos en plan puzzle en el sorprendente final. Lo que pasa que el final sorprende, pero no tanto, porque no han sabido preparar al espectador para ello. Te encuentras con una peli "de final sorprendente", valga la redundancia, bastante cogido por los pelos y encima con trasfondo chungo y dramático, cuando creías que estabas viendo una simpática peli de mafiosillos y chuletas que se toman demasiado en serio a sí mismos.

Le pasa lo mismo a la película: al final se toma demasiado en serio a sí misma.