Cuando la vi por primera vez me pareció estar ante el retrato más auténtico del momento, reflejado en una película... Es descarnada y dura, difícil como los tiempos que se vivían. Hay mucha verdad al reflejar los miedos y las dudas, hay mucha sinceridad en lo que se contaba y también mucha miseria oculta, que a través de ella salía a la luz por primera vez, en el final de aquellos convulsos años setenta.

¿Hemos visto el mismo largometraje?

Explicarme que existe de extraordinario en esta película, filmando a una criatura en su nuevo hogar tras ser adoptada, haciendo todas esas cosas comunes que son habituales en cualquier infante de su edad. La niña en apariencia parece contenta, no sufre, y es bien acogida.

Yo he visto a una niña desayunando, subida a un árbol, corriendo, jugando con sus muñecas y a la madre adoptiva preparando comidas y demás labores del hogar. Me ha recordado a esos videos familiares que se guardan, para que veamos como éramos pasados algunos años.

Un 2

Las chicas de oro están unidas en mi recuerdo a los mejores momentos vividos. Con ellas gocé, me reí, llegando a soñar con esas cuatro deliciosas mujeres que se resistían a dejar de ser chicas.

Esta crítica la hago desde el corazón, aquí no rige la cabeza, no podría hablar de sus fallos, y sé que existen, porque mi cariño es tan grande que no lograría objetividad.

La mejor serie de humor de todos los tiempos jamás regresará con nuevos episodios, y la melancolía que eso me produce no compensa los buenos momentos que me hicieron pasar.

Conservo episodios grabados en aquellas viejas cintas de VHS, algunas las he transferido a DVD porque para mí son auténticos recuerdos familiares...

Adios chicas, nunca os olvidaré.

Imparable, avanza como el propio tren protagonista. Durante el tiempo del metraje te vas metiendo en el interior del vagón e intentas ayudar a controlarlo. Es de esas películas que te atrapan y pasas a ser uno más de sus personajes. Me divierto al recordar cuando yo mismo me inclinaba en mi sofá para que el tren no descarrilase.
Muy bien filmada y con un ritmo trepidante. Para una agradable tarde de acción.

Su director David Michôd, ha conseguido actualizar un texto clásico para convertirlo en un atractivo relato visual. Los imperativos de las plataformas streaming mandan, y Netflix busca productos comerciales, al gusto de un espectador que ha progresado hacia nuevas apetencias cinematográficas, y desde luego aquí se ha conseguido.

Timothée Chalamet, es un actor al que debemos observar de cerca. Pese a su juventud 23 años, su carrera evoluciona satisfactoriamente. Tras actuar en series de televisión, fue el protagonista de Call Me by Your Name en 2.017, en un brillante papel alejado totalmente de la producción que nos ocupa.

En The King, realiza un cometido, dotado de cierta complejidad, al que además aporta ese aire majestuoso requerido, sin que se resientan por ello las variantes del guión. Su versatilidad será una importante baza que podría asegurarle futuros proyectos en importantes producciones, si evoluciona como hasta ahora eligiendo tan acertádamente sus trabajos.