Insufrible tercera película del escritor transmutado en cineasta, que prosigue con sus manipulaciones de la realidad y el tiempo para contar una historia sobre un héroe de la Resistencia que no es tal, sino un traidor, o al menos eso parece. Con el concurso inestimable de la irritante interpretación de Trintignant (imagino que a instancias del director/guionista), L'homme qui ment es un tedioso ejemplo de lo que sucede cuando las pretensiones desbordan el talento del presunto autor. Interesante sólo porque, con la liberalización impuesta por el espíritu iconoclasta de los 60, Robbe-Grillet empieza a expresar con menos autocensura su querencia por el sadomaso, introduciendo incluso algún tímido desnudo. A ver con mucha paciencia.

Escrito en mi ficha (5/9/01): Tímida intriga de espionaje anticomunista, con dos estrellas en horas bajas. Roman y Hayden, en efecto, ¿qué demonios estarían haciendo ahí? Ganándose las judías, que diría un castizo. El director se pasó la vida haciendo teleflims, y la cosa salió de lo más flojita. Sólo para amantes de películas anticomunistas (que se rían con ellas, claro está).

FFG tiene dos obras maestras en su haber: El extraño viaje y Viaje a ninguna parte. Tal vez alguien aporte alguna otra. En Mambrú se fue a la guerra sobran alforjas para el viaje, que queda en poquita cosa. La rabia ciega la sabiduría, el humor grueso se impone a la ironía, la zafiedad vence a la reflexión y, en definitiva, nos encontramos con un esperpento desaforado que se le va de las manos al ilustre cascarrabias pelirrojo. Agustín González se pasa varios pueblos, Asquerino está patética, y la Cohen... Pero ¿qué demonios le vio esta chica a ese cerdo que arruinó su vida? En fin, misterios de la biología. Me ha frustrado mucho este film de FFG. Lo acabé de puro milagro. Ni siquiera está bien rodada. Hay tanta bilis, que emponzoña las imágenes y nubla la razón. Y podría haber dado mucho más de sí.