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España España · Cinecittà
Críticas de Xavier Vidal
Críticas 640
Críticas ordenadas por utilidad
5
18 de febrero de 2012
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo pasa cuando el cine español lleva años y años aprovechándose de la fórmula del llamado thriller erótico sin conseguir un título de referencia de ese género. Cuesta elegir una cinta de Vicente Aranda, aunque las más célebres sean La pasión turca y Juana la Loca. Intentos recientes como El juego del ahorcado o La cara oculta tampoco llegaron a conseguir la solidez deseada. Lo mejor de Eva retoma una herencia llena de lastres y desastres, y si bien no fracasa vuelve a quedarse a medio gas.

Barroso, un director de actividad intermitente y desconocido para el gran público, rubrica una película con vocación popular y una clara apuesta por el thriller judicial. Lo mejor de Lo mejor de Eva está en la sorprendente química de sus dos actores: Leonor Watling convence como jueza dura expeditiva en sus formas, y Miguel Ángel Silvestre supera su Duque televisivo recordando incluso la fisicidad y el magnetismo del primer Javier Bardem (no por casualidad en otros títulos de alta tensión sexual como Las edades de Lulú y Jamón, jamón).

Aunque a ratos el espectador pueda pensar que está ante un largometraje bajo el influjo de productos policíacos televisivos, Lo mejor de Eva defiende su naturaleza de autor y fracasa. La trama deja demasiados detalles a la libre intuición de la audiencia, no aprovecha los secundarios interpretados por Adriana Ugarte y Nathalie Poza, resulta demasiado evidente en su desarrollo de la trama y se muestra excesivamente oscura a la hora de describir las complejidades de sus personajes. Y es precisamente la intención por aunar sus dos constantes, la de entretenimiento banal y la de relato familiar, lo que arroja a Lo mejor de Eva hacia un final precipitado y aparatoso. Como resultado, el film no acaba de ser todo lo trepidante que precisa el género (hay misterio, otro cosa es que haya sorpresa) ni todo lo incisivo al querer explorar la ambivalencia, las frustraciones y la personalidad de la Eva del título (de ello da prueba el desubicado flashback de Eva en su habitación de pequeña).

Pese a su premeditada estructura circular con el uso de la voz en off, durante su hora y media de metraje Lo mejor de Eva alcanza ciertas cotas de descrédito que a su resolución la llevan a la más absoluta inverosimilitud. El tráiler destripa el secreto que late en Lo mejor de Eva pero deja intacto el verdadero atractivo del film, el logro que justifica su visionado a ratos anodino a ratos apasionante: el trabajo de unos actores que sortean los baches del guión y que nos obligan a replantearnos qué haríamos nosotros en su lugar, bien acogiendo la rigidez de la ley, bien sucumbiendo a la carnalidad más primitiva.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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6
6 de febrero de 2012
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras el thriller europeo copia la estética rápida de las películas estadounidenses, casi siempre con vistas a la taquilla no solo local, la belga Rundskop sorprende más por su historia que por la manera de abordarla. Rundskop es lo más parecido a un thriller rural con una premisa de traca: una red de narcotraficantes negocia con granjeros belgas para extender el negocio ilegal de hormonas para engordar a los animales. Y en paralelo, nos acerca la historia de Jacky Vanmarsenille, un ganadero que arrastra un secreto del pasado. Jacky es el antihéroe y la víctima de una trama de corrupción que le salpica aunque en verdad sea un peón y no un ejecutor del negocio fraudulento. La película sorprende por la eficacia de su hilo argumental y capta en seguida la atención del respetable. Rundskop no deja de ser un ejercicio de estilo y una ópera prima, podría considerarse que el segundo tramo de película es una variación descabellada y atropellada de la excelente presentación inicial de personajes. Aún así, el conjunto de Rundskop no solo resulta atractivo sino novedo, en parte gracias a la gran interpretación y el físico rotundo de Matthias Schoenaerts. Algo me dice que el debutante Michael R. Roskam no tardará en trabajar en Estados Unidos, y no solo porque Rundskop haya sido bendecida con la nominación al Oscar: hay que reconocer que sabe aunar el compromiso del cine social (hablamos del país de los hermanos Dardenne) y la adrenalina (a base de hormonas) del mejor thriller. Con sus más y sus menos, pero bastante apreciable.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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6
21 de octubre de 2011
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hombres pueden eructar en la gran pantalla y no pasa absolutamente nada. Las mujeres acompañan a sus parejas a ver Resacón en Las Vegas y otras comedias insufladas de testosterona. Las mujeres no quieren que se las traten como objetos decorativos y reivindican un prototipo diferente de comedia para ellas solitas. Eso debieron pensar los responsables de La boda de mi mejor amiga, que viene a ser lo mismo pero con un intercambio de patrones, parejas y sexos: aquí la mujer es la ruda, la que no se deja enamorar. ¡Pero cuidadín! No quiere casarse... pero se casa. O sea: se hace la romolona para llegar al altar. Pero llega. Y pisa fuerte. Y está a gusto.

Definitivamente hay que desconfiar siempre de lo que dice la crítica norteamericana: La boda de mi mejor amiga no es la historia rompedora que nos habían vendido. Bien pensado, parece muy difícil rediseñar un género (la comedia), un subgénero (la romántica) e incluso un 'subsubgénero' (las bodas) cuyos patrones están más que claros: son reconocibles tanto para el productor que financia como para el público que paga la entrada. Se trata de ver lo mismo pero con ligeros cambios. En resumidas cuentas, La boda de mi mejor amiga falla más por contexto que por texto: sabemos la historia de cabo a rabo.

¿Qué diferencia esta de otras propuestas de trama y título similar? Seguramente el gancho de un guión más televisivo que cinematográfico (un piropo: mucho mejor una serie norteamericana de corte cómico que un film aparentemente divertido, ¿no les parece?). El problema es que la jugada llega a las dos horas y diez minutos, algo totalmente innecesario pese a sus pequeños momentos de aislada brillantez (la pelea de speeches, la partida de tennis, el momento en la tienda de ropa, el monólogo del avión o los intentos por captar la atención del policía). Ahora bien: pido una nominación al Globo de oro para Kirsten Wiig: cuando se desata la película gana puntos y llega a recordarnos esa otra comedia yanki que de momento nadie se ha atrevido a hacer.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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6
15 de octubre de 2012
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a decirlo ya: Aftershock es mala pero entretiene que da gusto. Entra en ese grupo de películas tan chorras que hasta tienen su qué. Es cinéfila. Hace gracia. Tiene alguna escena de terror puro y duro bien conseguida. Y lo mejor de todo: no se toma en serio ni a las películas que utiliza de referencia ni a sí misma. Es más: se mofa de su propia sombra y se sitúa a propósito en lo inversemblante, surrealista, 'extreme' y gore. Tiene descaro pero no engaña. Va pasada de vueltas desde el minuto uno, y lo demás es como una resaca o un exceso de psicotrópicos mezclados con sangre. Un engendro como Aftershock es un caramelo para el fan del género: no traiciona las bases del terror y del cine de catástrofes y al mismo tiempo rehuye de todo academicismo. ¿Qué tiene de malo ser cutre si el director y sus actores asumen desde el primer minuto que lo que están haciendo es un entretenimiento de palomitas? A juzgar por las imágenes de Aftershock la película se hizo entre amigos, y es esa intuición de buen rollo y locura desatada la que eleva el film a lugares donde títulos de mejor factura casi nunca llegan. Entre productos que se creen la más chula de la clase como Monstruoso y obras más pequeñas que van de cara como Aftershock... nos quedamos con la segunda opción. ¿Posible inconveniente? Verla en Sitges tiene todo el sentido del mundo, pero pedir una distribución convencional es casi un acto suicida. Hay que ser muy friki y tener una tarde muy tonta para encontrarle su punto, pero de disfrutarla garantiza un orgasmo constante de carcajadas, amputaciones y giros de trama tarados. Película de culto desde 'ya'.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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8
7 de abril de 2012
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la escena más famosa de Persona de Ingmar Bergman los rostros de Liv Ullman y Bibi Andersson aparecían en un primerísimo plano creando un efecto dramático y terrorífico. En Daisy Diamond la influencia de Persona es evidente y en algunas partes se convierte en homenaje explícito a la obra del maestro sueco. El rostro de Noomi Rapace centra la mayoría de los planos dando una sensación de claustrofobia: la actriz se enfrenta al papel más duro de su carrera, el cineasta Simon Staho la violenta hasta límites insospechados y los espectadores son los espías de una tortura de gran carga emocional.

Daisy Diamond entronca con Bergman, y de hecho comparte con Persona cierta intención por realizar un ejercicio de cine dentro del cine: la historia de una actriz que ha perdido su voz es aquí la ficción que mira en el cine una aspirante a actriz cuya recién estrenada maternidad le impide concentrarse en la preparación de castings y audiciones. Pero las intenciones de Staho van mucho más allá: si Bergman creaba una sensación de acecho sin apenas recursos técnicos, el director de Daisy Diamond se empeña en retratar la parte más ingrata del séptimo arte acompañando a su sufrida protagonista en todo su periplo de entrevistas y ensayos.

Daisy Diamond habla de los límites de la representación: en ningún momento el espectador sabe si la protagonista está hablando en serio o está recitando una línea de guión. También habla de la maternidad en su vertiente más gótica y ambigua. Y sobre todo expone la degradación de una persona que no encuentra su espacio en el mundo. Todo ello con un estilo teatral, con Noomi Rapace mirando a cámara, desnuda en la bañera o haciendo el amor con desconocidos. Con la cámara a escasos centímetros de la acción, aunque realmente Daisy Diamond se construye sobre una sucesión de diálogos extraños, espacios oníricos y un juego de espejos en el que nunca sabemos qué es verdad y qué es mentira. Con un tono feísta, explícito, ingrato, incluso desagradable, a ratos pornográfico. Una apuesta visualmente arriesgada, marca del estilo de Simon Staho que también está emparentado con el teatro experimental, otros autores nórdicos como Lukas Moodysson o directores de sello surrealista como David Lynch.

Daisy Diamond es una película incómoda, cruda, punzante, desquiciante. Una historia que pesa como una losa, que en ocasiones nos obliga a huir la mirada de la pantalla, y que aún así funciona por su atmósfera absorbente, malsana, bien construida. Un cuento no apto para menores ni para cinéfilos de estómagos débiles sobre los límites de la realidad y la ficción, los sinsabores del camino hacia el estrellato o la soledad de quien no cesa en su intención por ser actriz a pesar de los pesares.

Y sobre todo: Noomi Rapace se convierte aquí en una de las actrices europeas más importantes de su generación.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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