Si esto es todo lo que el cine de terror actual puede ofrecer, mejor nos aficionamos al cine iraní. No son más que 90 minutos de metraje, y que largo se hace.
Una vez presentada la historia en los primeros minutos de película, todo se estanca en una sucesión de posesiones, espasmos, chillidos y no se cuantas cosas más, sin que todo ello aporte nada al argumento.
Al final, como siempre, nos "sorprenden" con un malo inesperado y se quedan tan contentos.
Donal Sutherland y Sissy Spaceck no consiguen elevar el tono mediocre de la historia, y es que me imagino que gente tan ilustre también tiene que ganarse la vida de alguna forma.

Hace ya unos días que vi Los dos lados de la cama y ya no recuerdo mucho de ella. Recuerdo la sensualidad de Lucía Jimenez sobre el piano, el estupendo trabajo de Alberto San Juan, la gracia de Pilar Castro, y también recuerdo que en algún momento me reí, pero no sabría decir cuando. Del frívolo y superficial argumento creo que ya me he olvidado. De la cargante gracia de Ernesto Alterio y Guillermo Toledo también. Tampoco recuerdo haber visto ni una chispa de simpatía en la actriz Verónica Sánchez.
En definitiva, que una vez superado el efecto sorpresa de la primera parte aquí ya se ha perdido toda espontaneidad. Hasta el punto de forzar numerosas situaciones y diálogos para así poder incluir un número musical (decepcionante en la mayoría de los casos).

Y no es que me parezca mala, pero con un 6 creo que ya es suficiente. Y me fastidia, porque era una de las películas de este otoño que más me apetecían.
Dicen que es la más accesible de Jim Jarmusch, pero me aburre más que Ghost Dog por ejemplo. La historia sobre el papel es interesante y hasta graciosa. Pero vista en imágenes resulta monótona y sosa. Después de Lost in Translation (esa sí que era buena) a Bill Murray te lo sabes de memoria desde que aparece en pantalla. Gracias a Dios hay un desfile de actrices maravillosas que son las que le dan a la película el punto gracioso y un tanto excéntrico que sin ellas no tendría. Y también está Lolita, sencillamente inolvidable. Y el final? Pues cada cual que se lo monte como quiera.

Hasta ahora no había visto Full Monty. Han pasado casi diez años desde su estreno, y puede ser que hayan pasado dos cosas. Que el pasa del tiempo no le haya sentado bien, o que directamente ya fuera sobrevalorada en su día. No lo se, pero a mi me ha parecido simpática, moderadamente graciosa, bien interpretada y poco más. Que incluso llegara a ser candidata al Oscar como mejor película del año no deja de ser una muestra más de que con una buena promoción a los Oscar llega cualquier película.
Full Monty parte de una base común a la de cualquier película de Ken Loach. El cierre de una fabrica deja en el paro a un grupo de hombres que tiene que buscarse de la noche a la mañana una nueva forma de ganarse la vida. Solo que al contrario de Ken Loach, el guión de la película se inclina por el lado cómico de la situación, y a partir de ahí los equívocos y gags resultan divertidos pero bastante previsibles, hasta llegar a un final propio de cualquier película americana.
En Full Monty el humor y la comedia esconden el drama, cuando yo creo que no deberían ocultarlo, solo ayudar a sobrellevarlo.
La dirección de Peter Cattaneo (también candidato al Oscar!!) es discreta, y el reparto hace un trabajo espléndido con mención especial para el siempre excelente Tom Wilkinson.

Como siempre pasa con cualquier película que tenga mas de cincuenta años, la puntuación media obtenida en esta página es exageradamente alta.
Me da igual que la dirija Frank Capra, o que la interprete Gary Cooper, pero Juan Nadie es una larguísima exaltación de valores trasnochados y bastante rancios, para la que el tiempo no ha pasado en vano.
Buscando el éxito, un periódico crea un personaje de la nada, un héroe anónimo que representa los valores mas tradicionales de la sociedad de la época, lucha, tenacidad, sacrificio, etc, generando una corriente de ilusión popular sin precedentes. Cuando se descubra que todo esto no es mas que un burdo montaje de desencadena el drama. Y la cosa acaba como todos nos imaginamos que va a terminar.
La película empieza con energía y gracia, impulsada por el brío de la espléndida Barbara Stanwyck. Mantiene el nivel con la aparición del personaje central, Juan Nadie, que interpreta de forma correcta Gary Cooper. Y a partir de ahí los tópicos sobre los buenos sentimientos y la lucha de los pobres de buen corazón frente a los poderosos sin alma, se adueñan de forma previsible de la historia, que se alarga hasta las dos horas de forma innecesaria.
No es que tenga manía a Frank Capra, pero esta película en concreto, pese a mantener muchas de las virtudes de su cine, me resulta bastante cargante en la obviedad de su mensaje.