Recuerdo que cuando en el colegio un niño se tiraba un pedo había unos cuantos que se reían. Pasaba lo mismo cuando uno mencionaba las palabras caca, culo, pis, follar, puta, etc,...

Pensaba yo que eso era cosa de niños. Parece ser que no. Debe haber gente que le sigue haciendo gracia. Digo yo. Si no se harían este tipo de ... (perdón, iba a llamar a esto película)

Película muy creíble y con grandes actuaciones. Sin embargo, es un tipo de cine que a mi me pone nervioso. Cuenta la película tres historias sumamente desagradables, tristes y algo tétricas. Y las cuenta sin ahorrarnos una gota de sufrimiento, de amargura o de bajeza humana. El sonido de la película es una sucesión de gritos, ladridos, chillidos, insultos, golpes,... Un mundo sórdido y vil, que apesta. Las tres historias se unen con cierta gracia mediante el nexo común de los perros, y de un accidente que las enlaza. Pero tanta amargura y tanto grito, a mi no me generan más que crispación y ganas de marcharme a la calle. Así lo hice.

Pues para qué vamos a engañarnos, no me ha gustado nada. Mezclar género suele ser una apuesta valiente porque se asume bastante riesgo. Unas pocas veces sale bien pero casi siempre sale mal. En este caso se les ocurre mezclar un tontorrón cuento de hadas con un dramón para adultos repleto de escenas exageradamente crueles y sangrientas. ¿A qué viene tanto gore?
Los chirridos del guión se adueñan de la película y uno no se cree nada. Malísimos algunos actores y un tono general de sentimentalismo forzado nada convincente.
Remarcable la fotografía y el buen tono de los efectos especiales. Gracioso el final. Pero con eso no basta.

Pues sí, buena película. Sensibilidad, sentido del humor, ritmo... y por supuesto, mensaje. Qué gran mensaje. Si eres bueno y formal, trabajador incansable, sigues las normas, aceptas las injusticias sin más respuesta que corretear un rato y te dejas matar en las guerras sin preguntar el por qué, entonces, da igual que seas imbécil, te irá bien en la vida y triunfarás. En cambio si reacciones ante las injusticias, te vuelves rebelde, persigues tus sueños, protestas contra las guerras y te preguntas el por qué de las cosas, estás jodido, serás infeliz, terminarás en las drogas, bordearás el suicidio y pillarás enfermedades terribles. Qué gran mensaje. Como para salir corriendo y no parar de correr...

Profesor abuelete a punto de jubilarse, niño enfermo crónico, pueblo gallego. Toda la pinta de ñoñería infumable. Y en ciertos momento sí que se pasa un pelo de ñoña. Pero se deja ver. Poco a poco, en medio del acaramelamiento se va filtrando una crítica comprometida a la sociedad de la preguerra. Interesante. Y demasiado comprometida, pensarán algunos. Me quedo con los decorados y paisajes rurales y la agradable banda sona. Las películas fuera de la ciudad siempre se agradecen. Un diez para el niño protanista (raro que un niño actúe decentemente). El final, por cierto, está muy mal rodado, ¿no?