De mi top de recursos vomitivos del cine El club de los poetas muertos hace uso de uno, de uno clásico, el que uno se levante, diga algo sentimental y que luego lo siga otro y otro y otro mientras la música sube y sube...puaggg.

Pero mira tú que esta precisamente es la escena icónica de la peli y, además, se ha convertido en historia del cine.

No me gusta cuando un personaje se recicla y cambia de sexo. Es decir, no me gustaría un Robin Hood mujer, un Forrest Gump mujer, un Maximo Meridio mujer, un Poirot mujer, un Scrooge mujer, un Dorothy hombre, un Clarice hombre, un teniente Repley hombre, un Pippi Calzaslargas hombre, un Lisbeth Salander hombre, ni un Anna Karenina hombre. No es que no me guste, es que lo odio.

Pues bien, ¿a Enola Holmes le di una oportunidad? Sí, ¿mereció la pena? No.

La historia es una chorrada, de la que ya casi no me acuerdo. La madre desaparece, no me acuerdo por qué, y Enola la intenta buscar, no me acuerdo cómo. Por el camino se encuentra con un chaval, un conde o algo así, al que le pasa no se qué que hace que Enola tenga ahora 2 casos, el de su madre (que no me importa nada) y el del pollo este (que me importa menos).

Ah, y el romper la cuarta pared es un recurso que queda bien si se usa en el momento adecuado y con la dosis correcta. Abusar de él es zafio y vulgar.

Lo de los cortos de animación es algo curioso. Hay algunos que son obras maestras y otros que no dicen absolutamente nada. Los dibujos podrán estar más o menos bien, pero si al final, en los 3,4,5,6 o 30 minutos que dura la breve historia que te están contando no hay nada, ese corto está condenado a olvidarse en los siguientes 3,4,5,6 o 30 minutos.

Los que hayáis visto La navidad de Ángela sabréis ya a qué grupo de cortos pertenece.

Padrastro, madrastra, hijo natural, hijo adoptado, niñera, amante, vecino, animal, muñeco... creo que no hay ninguna variante nueva de este género, en el cual un cuerpo externo jode la vida a la buena familia protagonista.

Propongo una: Que no sean tan predecibles.

Vi esta película un poco por casualidad.

Fiesta del cine, absolutamente todas las salas ocupadas y solo quedaban unos pocos sitios para esta película. Yo que ya tenía el día planeado con cena y cine con mi chica dije ¡pues venga! que sea lo que dios quiera.

Y Dios quiso que fuera un coñazo de campeonato. Y cuidado, que en cuanto me senté en la butaca empecé a buscar info de esta película, vi que era de Costa-Gavras, de la crisis griega, de un libro de Varoufakis y me dije a ver, no es la cinta perfecta para una noche romántica... pero igual tengo suerte y es una buena peli. La historia, la trama, es atractiva, y más si en su día hiciste un seguimiento activo a todo lo que estaba pasando.

En definitiva cogí este imprevisto con optimismo, sin embargo a medida que los minutos pasaban más me iba dando cuenta de que, por mucho que te interese el tema, la forma de contar los hechos, la forma en cómo Costa-Gavras te plasma esa realidad, hace que la película te resulte un tostón monumental (y no es corta que digamos).