Vendedores de hielo es un cortometraje portugués, nominado al oscar.

Es una historia sencilla, con un contenido mínimo, pero efectivo, minimalista, que narra la historia de un padre y un hijo que reparten hielo desde lo alto de una montaña. Parece una historia simple, hasta que el final te golpea en el corazón de forma maravillosa.

Rodada en clave positiva, pone por delante el amor, la vida, la muerte y la pérdida, pero con mucha dulzura y ternura. En escasos minutos, se desgrana una historia preciosa, con un final que causa una profunda emoción.

La belleza de las imágenes, con un dibujo sencillo pero muy eficaz, está al servicio de una historia trágica, que discurre de la cotidiano a lo extraordinario, hasta un final impactante e inesperado, rodado con sobriedad, elegancia y delicadeza.

Es un cortometraje, que arranca despacio, pero cuando despega lo hace con una fuerza, con emoción, con mucho sentimiento, y acaba de una forma emotiva y espectacular, que no te esperas, y que da sentido a todo el relato. Sencillamente espectacular. No me extraña que esté nominado al Oscar.

Estamos ante un western antológico en el que, como en las películas de John Ford, destaca ese concepto de engrandecer el oeste y los grandes espacios abiertos, con unas inmensas praderas y esas vistas infinitas e inacabables.

La película es además muy sólida en el desarrollo de los personajes, así como en la construcción de la historia. El único lunar, es el precipitado y flojo final, que desluce el resultado final.

Las únicas personas que critican este western, lo hacen por la forma de comportarse de McKay, el protagonista, al que tachan de falso y de ocultar su verdadera personalidad. Yo creo que es un error, y que el personaje McKay está bordado por un soberbio Gregory Peck. Se trata de un hombre tranquilo, que ya ha visto mucho mundo, que se intuye perdió a su querido padre por un duelo innecesario, y que rechaza la violencia como forma de vida. Eso no quiere decir que sea un cobarde. Al revés, es un hombre reflexivo y tranquilo, seguro de sí mismo, que huye de las fanfarronadas, que no necesita demostrarle nada a nadie. Su prometida, Patricia Terril (magnifica Carrol Baker), una chiquilla caprichosa y vanidosa, una niña de papá, se enamoró de ese mismo hombre, pero nunca llegó a conocerlo. De ahí que confunda prudencia, templanza y carácter, con cobardía. En ese sentido el guión está perfectamente definido. Es cuando afloran las tensiones, cuando la pareja se rompe, y se ve que McKay y Pat son incompatibles, quedando McKay cautivado con la personalidad de Julie Maragon.

Pero la película tiene un lunar. Falla estrepitosamente en el final, que carece de sentido y es precipitado y absurdo. Particularmente detesto la canallesca y facilona caracterización que se hace de los Hannassey, y toda la estupida trama que rodea al hijo mayor, Buck. Es ahí donde el guion no sabe sacarle partido a los dos magistrales primeros tercios de la película, que son una verdadera obra maestra.

Es difícil mostrar el marcado contraste entre este y oeste, entre progreso y barbarie, con la facilidad y rapidez con que William Wyler lo logra.

En todo caso la pelicula es un clásico incontestable y de gran belleza, que se disfruta una y mil veces.

Si visualmente esta película es asombrosa (y me quedo corto, pero no hay calificativos), argumentalmente no cabe duda de que no es ninguna novedad, y que el guión flojea estrepitosamente al final. Eso sí, si se puede, merece la pena verla en 3-D.

Cameron la ha vuelto a liar, y el resultado deja un muy buen sabor de boca, aunque esté entre los que piensan que la autocomplacencia del guión al final, raya en el ridículo. Me explico. Pensé que iba a ver una película de ciencia ficción, y acabé viendo un western en el espacio, lo cual no es ningún drama, pero se evidencia que Cameron, en el fondo, es un romántico, porque para salvar la historia de amor entre los protagonistas, sacrifica todo el guión en su parte final, dejando la historia deslabazada y un poco extraña.

Al igual que los grandes creadores (y Cameron lo es), en ocasiones el mérito no radica del todo en el resultado (la película), sino en lo que se crea. Esta película debería suponer un gran avance tecnológico y creativo, pero al mismo tiempo no llega a obra maestra por culpa del guión durante los últimos 40 minutos. Tecnológicamente Avatar es portentosa, megalómana, y de una belleza envidiable. Pero el guión al final hace casi tanta agua como el Titanic.

SIn embargo, la recreación de Pandora me ha dejado boquiabierto, por el esmero, la dedicación, el lujo en los detalles, y el acierto y la novedad que supone poner sobre la superficie terrestre del planeta multitud de detalles de las profundidades marinas. Es un acierto que redunda en beneficio de la película.

Es por eso que el final, previsible y poco trabajado, te deja un regusto amargo que aún no se me ha pasado. Es por eso que no puedo dejar de lamentar la oportunidad que Cameron nuevamente ha dejado pasar. No ha podido redondear la que habría podido ser quizás una de las obras más importante de este siglo, aunque sin duda será un taquillazo al nivel de Titanic.

Se está hablando de varias películas en las que se ha inspirado, lo que a mi no me parece mal en absoluto, pues la historia no por conocida y vista, deja de tener interés. En realidad la historia la hemos visto en infinidad de películas.

Al contrario, la película es tan portentosa técnicamente, que sólo por eso ya merece la pena de verse, aunque el guión flojee una barbaridad al final. Para mi el mayor logro de la película es su desarrollo técnico y visual, algo que yo nunca había visto en el cine.

Por último, un par de comentarios: La primera frase del protagonista me recordó a "Mar adentro", y la historia en sí misma a "Bailando con lobos" pero con final edulcorado.

En resumen, una película notable, con un guión flojito al final, pero muy agradable y muy digna. Técnicamente es formidable y asombrosa.

Conozco poco el personaje del comic. Fui a ver esta película con bastantes recelos, aunque pasé un rato entretenido y me encantó la primera parte, con sus brillantes contrastes.

El comienzo es impactante, y la primera mitad de la película raya a gran nivel, sin innecesarios alardes, pero con profundidad y simpatía que se agradecen. No obstante, en la segunda mitad de la película, especialmente al final, la trama se desmorona de forma inexplicable. La trama es sencilla pero efectiva, aunque previsible.

El inicio destila buen cine, con una aproximación lenta y tortuosa hacia el nacimiento del superhéroe, que tan buen éxito ha dado en el cine.

El guión, muy bueno al comienzo, es más bien flojo en la segunda mitad de la película.

¿De verdad era necesario acabar la película con Robert Downey diciendo eso de "Soy ... (ver expoiler)" ¿Porqué los guinistas se olvidan que los superhéroes se supone que son anónimos?

Para mi la película naufraga en el momento más inoportuno y por donde menos debería hacerlo. El villano (desafortunado Jeff Bridges) carece de carisma, lo que daña muchísimo la película, y su irrupción en la trama no sorprende lo más mínimo, haciéndose demasiado previsible.

Sorprende el actor Robert Downey Jr., genial. Le insufla vida al personaje, e incluso lo dota de una gracia y vida propia muy acertadas. Sólo un pero a su interpretación, acaba por convertir su personaje en una caricatura de sí mismo.

Jeff Bridges y Gwyneth Paltrow, acaban siendo un lastre, con forzadas interpretaciones que te dejan más bien indiferente. Se nota que han pesado más sus nombres (para reforzar a Robert Downey Jr., por el recelo que sin duda despierta por su cacareado pasado de "bad boy") que las virtudes cinematográficas que puedan aportar a la trama. No obstante, y por fortuna, no dañan excesivamente la película.

La aparición de Gwyneth Paltrow (que estropeada esta mujer, da pena), le da algo de equilibrio a la película, si bien esta actriz no está a la altura, y las partes en las que aparece evidencian demasiado la ausencia de química con Robert Doweney Jr., lo que daña una relación que debería ser entrañable (y parece forzada), y que aparenta demasiado fría y formal. A Gwyneth Paltrow le falta calor...

Magnífico el actor árabe que interpreta al compañero de secuestro de Tony Stark. De lo mejor de la película. Impagable la aparición de Stan Lee.

Cumple sobradamente, y destaca por ser una aproximación brillante al personaje.

Me alegro especialmente por el actor Robert Downey Jr., porque sin duda no se estaban recompensando sus meritorias interpretaciones.

Lo malo es que la segunda parte está algo lastrada antes de empezar, por los dos minutos finales de la película, cuando el protagonista dice eso de "Soy ... (ver expoiler)", para mi innecesario, aunque reconozco que desconozco si en los comics también sucede así, aunque me extrañaría.

Hemos ido al preestreno, con una invitación para dos personas. Pensé que iba a malgastar el tiempo y el dinero, y sin embargo, mi esposa y yo no hemos parado de reír. Ella más que yo. En cierto sentido, y salvando las distancias, me recuerda en muchas cosas a Airbag. Es una película que convierte el absurdo en humor negro y salvaje, pero del bueno e inteligente.

Una película muy recomendable para ver en grupo, y para disfrutar de un buen guión. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien y me reía tanto con una película española. No sé porqué no se hace más a menudo comedias de este tipo.

Me resulta imposible apartar la vista de la pantalla, y más aún parar de reír. Si no fuese porque llega un momento en que me dan pena las víctimas de esta jocosa historia, le pondría más nota.

La cosa empieza suave, pero va cogiendo impulso, y mala leche, cada vez con más desenfreno, y al final ya no sabes si reírte, o empezar a sentir pena por los dos sufridos bultos de la historia. Las situaciones a veces rozan el absurdo, pero siempre evita caer en el ridículo, con una historia muy bien instrumentada, con un magnífico guión, unos buenos actores (Ernesto Alterio es de lo mejor de la película), y una dirección que tiene muy claro lo que pretende, desde el principio hasta el final. Un agradable sabor de boca entre tanta mediocridad que nos rodea últimamente. Sólo un pero, pero con mayúsculas, ¿Qué hace el bueno de Andrés Iniesta en esta película? Su forzada estúpida mini-aparición sobra por completo, e incluso descoloca bastante.

En España siempre se ha hecho buena comedia, pero a veces, nos salen unas comedias desenfrenadas, escatológicas, salvajes, bárbaras, que no tienen nada que envidiar al mejor cine de este tipo. Si encima la historia está bien contada, el guión es bueno, y los actores lo dan todo, pues el resultado es excelente.

De todas formas, coincido con el comentario de que esta es una comedia que disfrutas más, si casi no sabes ni de que va. La sorpresa es tan grande, que te marchas del cine con una sonrisa imborrable de oreja a oreja.

Mira que me he reído, sin parar, toda la película. Sencillamente, magistral.