Pero en este caso, al final de la película, se me ha quedado cara de idiota. ¿Y este era el maravilloso final? Bueno, la verdad es que durante toda la película yo ya sentía que no me estaba enterando de nada. Que si uno se va, que si no, que se queda, que se encuentra, que se reúne, que si muere, que si revive, que si por qué, que si uno pregunta por lo mismo todo el rato... Y respecto a la pareja protagonista es una de las con menor química que recuerdo haber visto, no exagero para nada en mi afirmación de que los protagonistas de un mediocre, aburrido y repetitivo serial como 'Bones' presentan más carisma y atractivo.

Ni entendí las motivaciones de ningún personaje, ni me importó en ningún momento. Todo me pareció absurdo y un tanto teatral en el peor de los sentidos. Una trama muy simple que se embarra sin motivo. Por otro lado la banda sonora invita a abandonar el mundo. Propia de una parodia o de una comedia de bajo presupuesto, uno no termina de entender porque aparece en los momentos de mayor gravedad.

El personaje de la hija adolescente arisca y cruel, Aronofsky ya lo había trabajado en 'El luchador', de hecho aquí lo calca. Se ha vuelto así debido al abandono paterno, que se había enamorado de un estudiante suyo cuando ella tenía ocho años. Es antisocial y su virulencia se ve aumentada gracias a las redes sociales, estableciendo el director una acertada crítica a como éstas permiten y fomentan agresiones psicológicas, debido a la facilidad de escupir una ofensa a distancia, por la espalda, y que la burla sea viral. En el fondo es buena persona pero está muy herida por ese abandono paterno y de ahí su mal carácter.

Su progenitora es alcohólica (tiene que asimilar y explicar a la gente que su marido la ha abandonado por un hombre) y no se ha puesto en contacto con Fraser porque pensaba que es una mala madre que no había sabido criar a la niña, puesto que se ha vuelto un demonio. No quería que él sufriera sabiendo eso.

El novio del protagonista se ha suicidado (tenía problemas psicológicos o relacionados con la aceptación de su condición sexual) y a este lo invade un inmenso sentimiento de culpa que se traduce en la adición a la comida, siendo el impulso autodestructivo el principal motor. Tiene dinero ahorrado que quiere dejar a su hija que ha abandonado y no lo emplea en tratarse, puesto que lo único que desea es que no le falte de nada. Su vida no vale nada, se quiere morir, piensa que es la única forma de la que le puede ayudar a su hija. ('Yo la he criado y tú la vas a dejar dinero, cada uno hicimos su parte', dice la madre antes de despedirse del que fue su esposo.)

Tiene una amiga enfermera (una interesante asiática madura, buena actriz) que lo viene a cuidar (no sabe que tiene dinero) y que es condescendiente con su problema, pues ella misma le trae comida rica en grasas que con ansia devora. Puede parecer algo cínico y carne de dramatismo impostado, y por un lado es así, pero por otro como ella misma dice, 'No se puede curar a nadie', lo cual es verdad. No es posible curar o salvar a alguien que se quiere morir, autodestruir y para estar al lado de alguien hay que aceptarlo tal y como es.

Si sumamos todo eso, queda un circo considerable, que busca lo que busca, y habrá otros que lo encuentren risible y detestable del todo, el crítico Nando Salvá tiene razón, está película es "miserabilismo disfrazado de obra humanista", pero a mi no me parece una muy mala película porque promueve algunas reflexiones de interés, como por ejemplo que cuando alguien está en una situación muy vulnerable tras haberlo perdido todo, se vuelve débil y se queda totalmente solo y roto, está dispuesto a comprar a cualquier precio algo de afecto, de perdón y de compasión, porque en realidad ya no le queda otra cosa que hacer. Pero cuando uno se encuentra bien nunca busca eso, no lo necesita o tiene otras prioridades, hace su vida, algo natural al fin y al cabo. Ese amor en realidad es dependencia egoísta que aflora cuando se está en horas bajas, es una necesidad de sentirse útil. Necesita hallar la redención por haber elegido vivir una vida que quería y a mí parecer no hay nada más estúpido que arrepentirse de una decisión que tomaste en un momento determinado de tu vida, ya que en ese momento pensabas que era la correcta. Como cambiamos de parecer constantemente, vivir así es muy difícil y estúpido, hay que tratar de ser más consecuente con las decisiones que toma uno.

El tema de la religión (creencia) está introducido como remedio la desesperación que supone la incapacidad de hallar una solución al problema del sufrimiento y de la enfermedad por una vía racional y científica, ese no poder hacer nada por una persona, es por eso por lo que se plantea que se necesita una solución pasional para que el individuo se salve, al no poder la lógica y la ciencia brindar una solución. Pero él ya tenía muy claro lo que quería hacer.