No me parece una gran película, pero te mantiene en vivo y tiene una interpretación soberbia de Chritopher Plummer.
Si la analizas más despacio, es posible que Egoyan haya banalizado con un tema tan cruel como el del holocausto nazi.

No he entrado en esta película. Situaciones absurdas que en mi caso intento seguirlas, pero en cualquier momento estoy dispuesto a abandonar la sala.
No me termina de enganchar y me parece un corto alargado.

Con una primera parte interesante, intenta estirar la historia y al final no sabe como acabarla.
Todo genio tiene su día tonto. Me ha parecido la más floja de Ozon.
Además, no es fácil imitar a Almodóvar, y eso parece que le pasa a Ozon, que riza el rizo demasiado.

Esperaba con ganas verla, pero la decepción ha sido absoluta.
No conseguí entrar en la historia que cuenta. No me motiva lo suficiente y me descoloca.
Todo parece un sinsentido que ni Grandinetti consigue levantar.
Pretenciosa y aburrida es la conclusión que yo saco después de soportar su metraje.

No me suelen gustar las películas donde aparece el fantasma de algún fallecido, pero en esta tiene tanta sensibilidad que te conmueve.