Haz click aquí para copiar la URL
España España · Granada
Críticas de Kikivall
Críticas 1.986
Críticas ordenadas por utilidad
8
20 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1800 fue encontrado en la región francesa de Aveyron un niño salvaje completamente desnudo, andando a cuatro patas y sin lenguaje. Sus comportamientos eran más propios de un animal que de un humano. Con el tiempo, se hizo cargo de su educación un médico de nombre Jean Marc Gaspard Itard, quien puso al jovenzuelo el nombre de Víctor. Itard, en aquellos entonces obtuvo del gobierno francés los medios óptimos para su labor reeducativa, para conseguir rescatar al niño de su condición animalesca y retornarlo al mundo de los humanos. Este es el caso más seriamente estudiado y el mejor documentado de todos los de este tipo.

Pues bien, François Truffaut dirige magistralmente esta película que bien parece un documental, con excelente guión del propio Tuffaut y Jean Gruault, basado en la documentación de Itard. Es realmente una película genial donde se pone en cuestión las interrogantes morales, antropológicas y educativas de un púber cuyas cualidades y rasgos son frontera entre lo humano y lo animal.

Fotografía de lujo en blanco y negro nada menos que de Néstor Almendros y la música de Vivaldi cubriendo las imágenes.

El reparto es de lujo, destacando el trabajo del mismo François Truffaut que sabe captar el espíritu de Itard en su concienzudo y paciente trabajo para educar a Víctor. Jean Pierre Cargol hace igualmente un trabajo muy meritorio en el papel del pequeño salvaje.

Es una película muy recomendable para quienes estudien ciencias sociales, sobre todo Educación, Psicología, Antropología, Sociología, etc. Quiero recordar aquí, que el equipo que trataba en Los Ángeles, en sentido equivalente, a la niña Genie, que había sido encontrada después de haber vivido más de diez años en permanente aislamiento, ese equipo compuesto de psiquiatras, psicólogos o lingüísticas fueron todos a ver el estreno de este film en su ciudad, por ver de aprender cara a su trabajo con Genie.

Es una película para quitarse el sombrero, que plantea interrogantes filosóficos, educativos y morales que a pesar de los mediocres resultados de Itard, vienen en concluir que no hay nada fuera de la civilización, fuera de la cultura, fuera de la socialización.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
18 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda e intensa comedia musical dirigida con pulso y ritmo nada menos que por Stanley Kramer con la guía de un libreto de mérito de William Rose y Tania Rose cuya trama resulta vibrante, muy divertida y que define más que mejor la naturaleza ambiciosa y egoísta del ser humano. Este aspecto de la avaricia es abordado con enorme crítica y sarcasmo por Kramer.

En la cinta un grupo de conductores van por el sur californiano cuando con motivo de un accidente y por un narizota moribundo, se enteran de que hay por algún lugar, oculto, el botín de un robo antiguo, con una importante suma de dinero. Ese botín está en el Parque de Santa Rosita y de ello se enteran: un marido, Sra. y suegra en singular trío; una pareja de cachazudos maduritos; unos melosos recién casados en viaje de novios; y un transportista de muebles. Y a partir de ahí: ¡¡A navegaaar a todo gas!! Loca carrera en pos de la pasta, iconoclasta galopada a por el tesoro.

La película, además de la diestra batuta de S. Kramer y el estupendo guión cuenta con una estupenda Banda Sonora de Ernest Gold y una fotografía de gran nivel de Ernest Laszlo, amén de gran puesta en escena.

Pero no se queda corto un reparto plagado de estrellas donde destaco nada más y nada menos que a artistas de la talla de Spencer Tracy (actor entrañable que se hace más entrañable en esta impetuosa carrera), Milton Berle, Jonathan Winters (nominado Globo de Oro), Etehel Meman (la manipuladora suegra), Sid Caesar (el marido ecuánime que no da pie con bola), Phil Silvers (oportunista y tramposo), Mickey Rooney, Terry-Thomas, Peter Falk, Paul Ford, (¡ojo!) Buster Keaton, (¡ojo!) Jerry Lewis, Smiler Grogan (el delincuente Narizotas), Sazu Pitts (espléndida), los geniales Three Stooges y otros grandes de la comedia de la época. Todos sobresalientes en una interpretación coral realizada al milímetro.

Es una comedia desternillante, chistes brillantes y situaciones jocosas que hacen reír a gusto. Película que repasa la tradición cómica del cine norteamericano, incidiendo sobre todo en lo puramente visual, pareciendo en ocasiones una cinta de animación; muy presentes el ‘slapstick’, o sea la payasada o bufonada y una sucesión de escenas cómicas clásicas de gran efectividad, tan presentes en el cine mudo, y que aquí tiene momentos cumbres que van in crescendo hasta los últimos minutos, donde uno puede reír a gusto por la inteligencia cómica sin par de que hace gala la obra.

La aconsejo, es como para no perdérsela. Aviso para quienes no la hayan visto.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
4 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la bonita ladrona-secretaria Marion Crane que huye con el botín, nadie le dijo que no tenía que parar en aquel Motel perdido en medio de carretera donde vive un tímido y excéntrico Norman junto a su madre: ¡madre mía la que le espera!

De esta película ya se ha dicho casi todo, pero como para mí es una de esas obras emblemáticas del GRAN Hitchcock, yo también quiero hacer mi aportación, aunque eso sí, de manera sucinta y lo más clara posible.

Nadie va a poner en duda que es una obra maestra del terror y de las pelis de crímenes con trasfondo horripilante. El miedo, la tensión o la intriga más desasosegantes no nos abandonan desde prácticamente el comienzo. Además, Hitchcock trazó con esta película una línea divisoria, un antes y un después en el thriller de terror, lo cual no poco. Nunca antes se había hablado de un personaje tan loco y psicópata como el que magistralmente interpreta en la cinta un Anthony Perkins que quedó ya para siempre como el maléfico Norman Bates. Incluso yo diría que el personaje lo apisonó para siempre y si lo veíamos en otra peli, mirábamos al inquietante Norman, al punto de interpretar otras secuelas como Psicosis: I, II, III o IV; amén de que a Perkins le afectó psicológicamente y de manera terminante este trabajo.

Y decía que hay un antes y un después tras “Psicosis”; efectivamente, con su obra Hitchcock da a luz al subgénero cinematográfico denominado “slasher” (que deriva de la palabra «slash»: «cuchillada» o «corte» en inglés); esta modalidad de cine de terror destaca por la presencia de un psicópata que asesina brutalmente a mujeres jóvenes que se encuentran solas. Pues bien, esto es Psicosis, y la escena de la ducha y ese sonido medio música terrible, medio onomatopeya chirriante, han quedado ya para siempre en los sentidos de cuantos hemos disfrutado y sufrido con esta escena, momento álgido en el cual muchos hasta se tapan los ojos.

Por cierto, es un film que puede verse varias veces y aunque sea la cuarta o la octava, la adrenalina sigue impregnando hasta la coronilla, pues su narración, su trama, sus entresijos conectan con nuestras filias y fobias más ocultas pero presentes, ese hilo de pánico que nos lleva como una vía regia a nuestras pesadillas y anhelos inconfesables, todo a la vez.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
2 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se estrenó “Enmanuelle” en España se produjo un fenómeno de expectación y curiosidad que excedió cualquier previsión. Grandes colas de espectadores aguardaban su turno en las ventanillas de los cines para conseguir entrada.

Estábamos en el invierno de 1978 en Salamanca. Mi novia de entonces, extremeña de pura cepa, Cáceres, y yo, nos dirigíamos prestos a visionar la que se suponía era una película cuasi porno, lo cual que entonces no era nada habitual. Por la calle Vázquez Coronado, una preciosa noche castellana, con ropa abrigada y también la ligereza de pies que da la juventud, nos dirigíamos prestos al Cinema Salamanca para evitar las colas. Una maravilla. Pero no por el morbo de la peli, sino porque era así ¡Qué puedo decir!

Y la vimos. Una cinta erótica dignamente dirigida por el francés Just Jaeckin, con un tinte estético agudizado, un director que luego se haría experto en este tipo de cine esteticista basado en idénticas premisas formales, tomando el erotismo como tema central. Tiene la cinta una gaseosa fotografía que va muy bien con los encuentros sexuales de una protagonista proclive al gozo lento y pausado en sus encuentros sexuales, afición que azuza su esposo diplomático. Un guión medianito, más bien pobretón de Jean-Louis Richard, adaptación de la novela de Emmanuelle Arsan “Enmanuelle, una mujer que se dedica a la exploración de su propia sexualidad en diversas circunstancias. Y muy bonita la holandesa Sylvia Kristel, aunque poco más. Eso sí, los suspiros, primeros planos, planos de cuerpo pleno (pleno de bondades), etc., para eso se las pinta sola la Kristel en el film. Y poco más, como actriz, lamentablemente, nada. Y la peli la recuerdo bien, pero por el tiempo y las circunstancias en que la vi. Por lo demás, un koñazo.

Hay que tener en cuenta que los años setenta fueron los del destape, la revolución sexual, la contracultura, los inicios del feminismo, etc. De esta guisa, “Enmanuelle” atraía a casi todo el mundo: a los hombres por el deseo de ver pubis y pechos al descubierto; a las mujeres liberadas para encontrar a una especie de lideresa dueña de su propio cuerpo y sexo; y otra importante porción de público iba por pura curiosidad. La cosa es que la película hizo época por su contenido erótico de alto voltaje, así como por la concupiscencia que emanaba de su protagonista, la ya fallecida Sylvia Kristel (1952-2012). Esta película tuvo siete secuelas oficiales, más un número indeterminado de series para TV.

Mi novia y yo cuando salimos, disfrutando de un cielo estrellado, nos fuimos al Bar Marín en la calle Prado a tomarnos unas cervezas con sardas. Gratos recuerdos. La película, lo de menos.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
2 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama narrado con la maestría de un director único. Una de las mejores obras de Eastwood sobrada de angustia y páramo, donde se dirime la camaradería y los entresijos de tres personajes que buscan denodadamente un poco de oxígeno para salir a flote y respirar ante tanto erial y vacío. Un entrenador de boxeo (Eastwood), un ex boxeador (Freeman) que busca redimirse en la religión y una muchacha con voluntad de hierro que anhela ser campeona de boxeo (Swank).

La dirección de Clint Eastwood escala peldaños con este film justamente multioscareado, que sabe llevar adelante un drama mayúsculo llevado al celuloide con pulso y probado magisterio. Un gran libreto de tempo mantenido y profundo de Paul Haggis, adaptación de una historia de F.X. O'Toole (seudónimo del entrenador de boxeo Jerry Boyd y conocido por ser el autor de la colección de cuentos cortos Rope Burns: Stories from the Corner, que alumbra esta cinta).

El reparto es de una calidad incontestable con un Eastwood que sencillamente sobrio y efectivo; Hilary Swank sencillamente magistral: con repertorio y expresiva; y Morgan Freeman perfecto, como el resto de sus compañeros.

Película sombría, pura angustia en elevadas dosis para el espectador que asiste atónito a una tragedia de dimensiones descomunales, con un final inesperado que se cierra con la lobreguez de una noche cerrada y si esperanza.

Película seria, clásica en su planteamiento y doliente a más no poder.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow