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Críticas de Cinemagavia
Críticas 4.030
Críticas ordenadas por utilidad
7
24 de marzo de 2019
54 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia de palabras

En pleno siglo XIX el Profesor James Murray (Mel Gibson) finalmente es acreditado por la Universidad de Oxford para comenzar de manera formal la formación del “Diccionario de Oxford de la lengua Inglesa”. El profesor Murray decide que hará que la gente de todo el país participe mandando palabras del uso común. El proceso es difícil, pero inesperadamente comienzan a recibir miles de cartas con palabras. El inesperado colaborador es el Doctor William Minor (Sean Penn) un ex soldado del ejército norteamericano que tiene una peculiaridad: es un paciente en el hospital Psiquiátrico de Broadmoor.

Ah, pero antes…

Antes de hablar de The Professor and the Madman, es interesante comentar algunos puntos con respecto a su producción. Porque de hecho, esta cinta estuvo a punto de no ver la luz jamás. Está basada en un libro publicado en 1998 titulado “El cirujano de Crowthorne” en el que se narra la historia verdadera. Mel Gibson adquirió los derechos, con el proyecto de realizar la cinta después de que el suceso de Corazón Valiente lo colocara en uno de los puntos altos de su carrera. Pero… Todo el propósito comenzó a tener uno de los incontables descalabros que sufriría hasta su conclusión.

Unos entran, otros van saliendo…

A Mel le gustó el proyecto desde el principio, pero al paso del tiempo otros trabajos se atravesaron y este se fue relegando. Directores entraron y salieron, estrellas entraron y salieron y total, nunca se llegaba al set. Gibson siguió ocupándose dirigiendo diversos films como La pasión de Cristo o Apocalypto, o actuando en diversas películas. Y el proyecto flotaba en el éter.

De esta manera, la producción y escritores fluctuaban. Todo acabó cuando Safinia, quien ya había colaborado con Gibson en Apocalypto, finalmente entró a la silla del director. Safinia básicamente había ocupado el área de guión y aquí arma un equipo con John Boorman, Todd Komarnicki, y Simon Winchester para escribir y después toma la dirección.

Se llama a Nathalie Dormer para hacer el papel de Eliza y Sean Penn como el atribulado Dr. Minor, y Mel se queda con el papel coprotagonista.

La cinta se realiza en el 2016 y los problemas no terminan ahí. Tiempo después enfrenta todo un caso en la corte y finalmente sale a la luz hasta este estreno.

No todo lo que parece un muermo…

Aparentemente ir a ver una cinta relacionada con investigaciones lingüísticas sonaría de entrada un muermo. Pero no es así. De hecho, lo que hay detrás de lo que vemos en pantalla es aún más interesante que lo que alcanza a decirnos la película.

Minor en efecto fue un convicto, acusado de asesinato y demencia y realmente contribuyó de manera excepcional a la recopilación de las palabras del diccionario. Penn esta convincente en su papel de psicótico, lleno de amargura y resentimientos, pero a la vez poseedor de una inteligencia privilegiada que le había permitido ser un lector voraz y poseer una mente fotográfica para recordar dónde había visto tal o cual palabra (en libros, novelas, poesía, ensayo) y el significado de las mismas.

Los opuestos se atraen y otros, simplemente llegan a amargar

Entreverado a la trama principal está un ligero avistamiento a la vida familiar del profesor James Murray y a cómo, siempre, hay quienes hacen lo imposible por truncar el camino de otros que consideran competencia. Murray había tomado en sus manos la elaboración del diccionario y esa tarea, pese a todos los contratiempos le llevó, en la vida real, el resto de su existencia.

La extraña relación amistosa entre Murray, un hombre de familia y erudito del lenguaje y Minor con todo y su demencia y sus cargos de asesinato, es un pivote que funciona bien para comercializar la cinta. Aún más cuando se le agrega el ingrediente amoroso de la tortuosa relación entre Minor y Eliza.

Adaptación contra original. La batalla

Evidentemente, el verdadero placer de la novela original es internarse en la selva ignota de las palabras, en la pasión de los que (a la sombra de la razón) se devanaban el seso buscando los significados; por ejemplo de “arte” y el entrecruzamiento entre las diversas maneras de usarlo y dónde y quién lo había utilizado por primera vez. Esa sed de investigar, comparar, replantear y seguirse adentrando en los lugares infinitos del lenguaje y su evolución, no son patentes del todo en la película, es una lástima. Pero al mismo tiempo, haberlos explotado hubiera reducido aún más sus posibilidades de ser exhibida a nivel masivo.

Cómo hemos cambiado

El tema del tratamiento psiquiátrico empleado en el S. XIX también es dado de forma colateral y sin embargo podemos apreciar cómo en la búsqueda de penetrar en la mente humana, ha habido a lo largo de la historia tantos caminos errados o que ya están en desuso, como la frenología y los experimentos mayores, como la lobotomía.

Conclusión

Se puede decir con razón que The Professor and the Madman sufrió muchos descalabros en su crecimiento y formación y que finalmente es una puesta donde se trata el tema de manera muy sencilla, sin entrar en grandes confrontaciones ni discursos retóricos y esto traiciona o “modifica” en un cierto sentido el espíritu original, aunque se entiendan perfectamente las razones de llevarla por el camino simple. Sin embargo, sí tiene el mérito de, a quién le interese y no haya leído la novela original, se acerque y entre de manera más profunda al fascinante y siempre expansivo mundo de las palabras.

Todo esto nos lleva a la pregunta que se ha llegado a repetir innumerables veces: ¿llegará el hombre algún día a tener el conocimiento absoluto de algo? No ha terminado de descifrar su mente y ha creado inteligencias artificiales, viaja ya al confín de la galaxia, y no ha terminado de conocer su planeta.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/professor-and-the-madman-pelicula-critica/
Cinemagavia
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9
10 de octubre de 2020
70 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una serie muy cinematográfica

La serie Antidisturbios es increíblemente cinematográfica. Había leído varias entrevistas al director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, diciendo que merecía ser vista en pantalla grande. Tras tener la suerte de verla en el Kursaal, entiendo a qué se refería. Son cinco horas que se pasan volando. Se nota que Rodrigo Sorogoyen y todo su equipo han afrontado los capítulos como si fueran parte de una película. Tienen el mismo ritmo narrativo y una estética visual similar a la que encontrábamos en trabajos anteriores como El Reino o Que Dios nos perdone.

El punto de partida de la serie es mostrarnos el día a día de un equipo formado por seis policías Antidisturbios, pero acaba yendo mucho más allá. En el primer capítulo, los iremos conociendo al tiempo que son enviados a ejecutar un desahucio de riesgo. En el piso donde deben proceder, encuentran gente de una plataforma antidesahucios esperándolos. Enseguida vemos que no va a ser fácil. Este primer capítulo es el mejor de todos y consigue unos índices de tensión acumulada magistrales. Las consecuencias trágicas que tendrá el alzamiento, derivarán en una trama mucho más compleja con implicaciones políticas y sociales.

Cada capítulo de Antidisturbios, tiene como título el nombre de uno de los integrantes del cuerpo. Se buscará profundizar en la psicología de cada uno de los personajes implicados, combinándolo con la investigación del incidente por parte de unos policías de asuntos internos. Y es que, aunque la serie lleva el título de Antidisturbios, el punto de vista principal lo tiene una policía metódica y obsesiva encarnada de forma sorprendente por la actriz Vicky Luengo. En la primera escena que aparece, la veremos jugando al Trivial Pursuit con su familia. Un momento de apariencia banal que servirá para describirnos a ese personaje magistralmente.

*La corrupción como mal endémico

Antidisturbios es pura adrenalina. Prepárate para asistir a un espectáculo de primer orden que combina acción y thriller policíaco, sin descuidar nunca la concepción de sus personajes. Tiene un reparto espléndido donde encontramos a Raúl Arévalo, Álex García, Hovik Keuchkerian o Roberto Álamo. Todos están magníficos, protagonistas y secundarios. Para hilar todos los episodios y no perder el interés, Sorogoyen, Isabel Peña y Eduardo Villanueva, urden una trama compleja con buenos giros, donde se incide en algunos temas que ya estaban presentes en El Reino. Se describe la corrupción como mal endémico de un país y la necesidad de las cloacas del Estado de buscar chivos expiatorios para salvaguardar el status quo de las instituciones.

A veces sobrevuela un discurso ventajista que se mira en el espejo de hechos recientes acontecidos en España, pero nunca acaba siendo tan adoctrinante para que moleste. Más allá de algunas pequeñas licencias de guion y pequeños excesos innecesarios en la caracterización de los personajes, la serie funciona como un tiro. Estoy convencido que va a reventar audiencias al tratarse de una de las mejores ficciones para televisión que se han hecho jamás en este país.

La realización y el montaje están llenos de garra. Nos deja sin respiración y con los ojos como platos durante todos los capítulos. Hay que destacar las escenas de acción de los episodios 1 y 5 (el desahucio y el control policial de un partido de fútbol). Son secuencias de pura tensión verdaderamente antológicas, nada que envidiar a los mejores blockbusters norteamericanos. En el resto de la serie se apuesta más por una intriga policial clásica que mantiene siempre la carga dramática, gracias a la sólida construcción de unos personajes poliédricos. Los buenos y los malos se confunden. Los prejuicios y los estereotipos se matizan.

*Conclusión

Antidisturbios es una miniserie española de 6 capítulos de unos 50 minutos de duración cada uno. Está creada por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, que llevan trabajando juntos desde Stockholm. Combina intriga policíaca y acción frenética, con un trasfondo social muy reconocible. Pero por encima de la trama, está la concepción de los personajes, todos muy bien interpretados. Si tuviera que elegir, me quedo con el trabajo de Vicky Luengo y de Hovik Keuchkerian. Pero todos están geniales y muy bien elegidos para cada rol.

El tratamiento visual es poderoso y espectacular, siempre subrayado por la música de Olivier Arson. Sorogoyen se luce como nunca y demuestra que es el cineasta español actual con más talento, junto Alberto Rodríguez, para poner en imágenes este tipo de secuencias. Antidisturbios tiene un concepto curioso con el uso de las lentes de cámara. El primer episodio está filmado con muchos grandes angulares, sin embargo, a medida que avanzamos por los siguientes episodios irán desapareciendo. Ya en el último capítulo no se utiliza ninguna lente angular.

Con esta concepción visual, se busca sumergirnos dentro del cuerpo de Antidisturbios, como si el espectador fuera uno más en plena acción. Luego, se propone un distanciamiento progresivo para que evaluemos la situación desde una posición más lejana y analítica. Para entonces, ya conocemos los hechos y quién es quién. Es un recurso inteligente que nos sirve para abstraernos y liberarnos de todos los prejuicios iniciales con los que afrontemos la serie. Por cierto, el productor ya ha confirmado la intención de realizar una segunda temporada si se encuentra una trama suficientemente interesante. Yo os adelanto que no me la perderé y vosotros tampoco deberíais. Antidisturbios es la mejor serie española del año.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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6
1 de febrero de 2020
61 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Del terror al drama adolescente

El cómic es una obra que mezcla el terror clásico con el género de aventuras, además de reflexionar sobre el drama con el que se encuentra la familia protagonista. Las aventuras corren a cargo de Tyler, Kinsey y Bode, los hermanos Locke, pero la obra se va introduciendo poco a poco en lo terrorífico.

En la serie, el tono de aventuras juveniles pasa a ser de drama adolescente. Especialmente durante sus primeros episodios deja la sensación de avergonzarse, en cierta medida, de su cara fantástica y de terror. Aunque con el avance de los episodios la inclusión de estos géneros es bastante más clara, el drama de instituto no cede en importancia. Casi todo el desarrollo de los personajes se muestra a través de las relaciones con sus amistades estudiantiles.

Los personajes protagonistas arrastran ciertos traumas desde el comienzo de la serie. Esos traumas se resuelven en pantalla con un par de malas caras del personaje en cuestión y una nueva amistad o una salida con las ya conocidas. También podemos ver como la narración trata cierta adicción de una forma demasiado ligera, casi obviándola durante parte de la temporada.

La violencia es otra característica muy destacada de los cómics, y que se ve muy recortada en pantalla, probablemente con la intención de obtener una calificación por edades que haga optar a mayor cantidad de espectadores potenciales. No es que haya desaparecido por completo, pero de la violencia cruda y explícita de las ilustraciones pasamos a unas imágenes que intentan no mostrarla de forma directa o rebajando la parte cruenta.

Por expresarlo de un modo más rápido y directo, el tono de Locke & Key está más cerca de Élite que de La maldición de Hill House.

*Ritmo acelerado y exceso de aclaraciones

Las tramas lejos de ser desarrolladas a un ritmo adecuado y con las justificaciones necesarias, se van sucediendo y atropellando entre ellas. El ritmo narrativo es altísimo a la hora de justificar las acciones de los protagonistas. Al mismo tiempo se suceden las explicaciones sobre lo que ha ido ocurriendo, para que nadie se pierda en la narración.

Se da por hecho que el espectador es perezoso y la solución es no remover esa comodidad, sino perpetuarla. El episodio final de Locke & Key es buen ejemplo, la duración del mismo es la más corta de toda la temporada, y la resolución se da en el primer tercio, gran parte del metraje restante se dedica a aclarar de forma repetitiva lo que ha ocurrido.

*La dificultad de las adaptaciones

Trasladar de formato una obra no es una tarea sencilla, si se hace de forma muy literal acaba desaprovechándose lo que puede ofrecer el nuevo medio. Si por el contrario hay un distanciamiento muy grande, la obra original apenas quedará plasmada. Los problemas de Locke & Key no están relacionados directamente con el hecho de ser una adaptación. De hecho, como adaptación es bastante correcta, muy apegada al cómic en lo icónico de ciertas imágenes, y con las variantes suficientes para resultar atractiva a los lectores de la obra original.

*Conclusión

El problema es que nos encontramos con un producto cuyo resultado final está demasiado cercano a esas series cómodas y que aportan muy poco. Es otro de esos productos que parecen estar concebidos para consumir mientras estamos realizando otra tarea, esos excesos explicativos y las repeticiones constantes apuntan en esa línea. Se nota que hay un cierto nivel de producción, pero tampoco la dirección aporta demasiado en lo visual. En cuanto al reparto, tampoco está a un gran nivel, más bien al contrario, ciertas actuaciones no favorecen la empatía con los personajes.

En definitiva, Locke & Key es un producto muy enfocado a cierto tipo de espectadores y que por ahora no apunta a convertirse en una gran serie. Como decía Kurt Cobain, «apesta a espíritu adolescente».

Escrito por Juan Avilés Torres
Cinemagavia
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6
27 de mayo de 2023
56 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Almodóvar siempre había querido hacer un western queer

Pedro Almodovar declaró que en su momento tuvo en sus manos el guion de "Brokeback Mountain", película a la que volveremos más tarde, pero rechazó dirigirla por el miedo a perder el control artístico sobre la cinta. No es de extrañar ya que sabemos que es algo habitual en Hollywood. Finalmente acabó dirigiendo la película Ang Lee. Pero la espinita se quedó clavada en el director español y ha inspirado este cortometraje que se diferencia en varios aspectos de la cinta de Hollywood.

“Me ofrecieron Secreto en la Montaña, pero tenía muchas dudas. Pensándolo bien no sé si cometí un error o no (por no haberlo hecho). Me prometieron total libertad artística y corte final, pero era una historia tan física, no es sólo que los personajes se acuesten juntos una vez. Creo que Ang Lee fue tan lejos como pudo y me gusta mucho su versión. Pero yo siempre la imaginé de una manera diferente.” comenta.

“La forma en que entendí el sexo entre los personajes fue casi como este acto sexual animal. Hubiera agregado muchas escenas de sexo y no creo que realmente me hubieran dejado” dice Pedro Almodóvar.

"He querido hacer una película del Oeste centrada en el deseo sexual compartido entre dos vaqueros; estamos en 2023 y hasta ahora no se había hecho algo así" asegura el director de Extraña forma de vida en la rueda de prensa posterior a su estreno en Cannes.

*Mucho sexo pero poco contenido

Extraña forma de vida dos tramas principales. Por un lado tenemos la relación entre los personajes principales, Jake (Hawke) y Silva (Pascal), dos conocidos que compartieron dos meses de relación durante su tiempo como cowboys hace 25 años y que se reencuentran cuando sus vidas han cambiado totalmente. En este reencuentro se nos deja clara su relación y con dos pinceladas nos dejan muy claro como han sido sus vidas.

Por otro lado tenemos la trama de suspense en la que se nos desvela que el encuentro no ha sido nada casual. Silva necesita algo del Sheriff Jake. El problema es que pese a que conectaron mucho en un momento de sus vidas ahora se han distanciado y son dos personas muy distintas de las que eran hace 25 años. No voy a incidir en esta trama para evitar los spoilers. Funciona bien, sabe solucionarla y termina de una forma brillante.

Hasta aquí todo bien. El problema de la película Extraña forma de vida es que no hay más contenido que ese. Puede que Almodóvar no le encontrase la gracia a no tener casi sexo entre vaqueros en "Brokeback Mountain" pero tampoco es que él muestre tanto sexo en su corto. Y por otro lado creo que la gracia de la película de Aang Lee es algo más que el sexo entre dos hombres, es como dos hombres que viven donde viven y en la sociedad en la que conviven intentan aceptar y vivir con su homosexualidad. Sí, evidentemente, compensa tener escenas más o menos eróticas (reincido en que tampoco es para tanto) entre Ethan Hawke y Pedro Pascal, pero eso no justifica que no sea un producto bastante vacío porque Almodóvar no va más allá.

*El carisma del los actores salva el corto

Si bien es cierto que no soy muy de Pedro Almodóvar y no he visto su obra entera voy a juzgar el corto por lo que es. A mi me parece que la película Extraña forma de vida con otros dos actores no tendría gracia alguna. Incluso creo que el mismo corto lo demuestra en su flashback en la que podemos ver una versión más joven de los dos protagonistas que lo único que aporta es un chiste y una escena de "sexo" apasionado entre dos jóvenes. Nada que no hayamos visto antes ni nada que nos deba sorprender en pleno 2023.

Pero por suerte Pedro Almodóvar es un tipo inteligente y tiene buenos contactos. Ethan Hawke es uno de esos actores que siempre cae bien. A mi me encanta y veo cualquier cosa que haga. Pedro Pascal es el hombre del año, el "internet daddy" y seguramente el actor más "hot" del momento. Solo con ellos ya tienes el corto vendido y gracias a ellos se sostiene esta historia. Tienen carisma en pantalla, tienen mucha química juntos y saben hacerse con el papel para que a los dos minutos sepas que tipo de personaje son cada uno.

*Conclusiones

Pedro Almodóvar no ha innovado tanto como quiere hacerle creer a todo el mundo. Extraña forma de vida es un western queer, sí. Pero no deja de ser menos profundo que "Brokeback Mountain" o "El Poder del Perro", dos películas donde si se explora la homosexualidad y su represión en un mundo profundamente masculino y heterosexual. Aquí solo tenemos sexo entre dos hombres. Sexo entre escenas, repito. Que ni tan solo es tan explícito como para resaltarlo.

Escrito por Daniel Buron
Cinemagavia
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8
4 de abril de 2024
49 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Scott demuestra que ha nacido para interpretar a Ripley

No cabe duda de que Patricia Highsmith creó un icono de la literatura universal y de la cultura moderna con el personaje de Tom Ripley en su novela El talento de Mr.Ripley (1955). Un referente de asesino con mentalidad de psicópata, pero que todos conocemos y con el que todos podemos empatizar. Es precisamente eso lo que destaca de esta adaptación en formato de miniserie de ocho capítulos. La interpretación de Andrew Scott es algo que no habíamos visto antes en Ripley.

Llena de matices, prestando atención a todos los detalles, incluso la forma de firmar de Ripley, y le dota de humanidad. Un hombre que pertenece a la clase obrera neoyorkina y que encuentra la forma de buscarse la vida. Un gran ejemplo del género eat the rich, que hemos visto mucho recientemente en el audiovisual en El triángulo de la tristeza (2022) o Saltburn (2023), entre otros proyectos.

La mayor diferencia con la adaptación para la gran pantalla de Anthony Minghella de 1999, en la que veíamos a un Ripley mucho más sobrio interpretado por Matt Damon, es su fidelidad. Aquí vemos la adaptación perfecta de la primera novela, vemos representada la sexualidad y moralidad ambigua de Ripley. Así, Steven Zaillian se ha mantenido fiel al espíritu del original y ha creado un guion abierto, en el que vemos como la sensación de culpa y las mentiras se van apoderando del personaje principal. Porque, al final, el sentimiento de no ser visto y marginado por la sociedad es algo que todos podemos llegar a sentir en algún momento.

*Decadencia y lujo italiano a partes iguales

Además, otro elemento destacado de la miniserie son las localizaciones. Nápoles y Roma se convierten en dos elementos esenciales. Se integran en la historia y que añaden aún más sensación de decadencia y melancolía a la atmósfera y la imagen. El director y creador ha declarado que quería que la atmósfera recordará a La dolce vita (1960). Aunque, también tiene referencias a la emblemática saga de Bond. Lo consigue a la perfección con el uso de los espacios y la imagen en blanco y negro. Y, nos hace darnos cuenta de que lo que no se dice es igual de importante que lo que escuchamos.

*Conclusión

En conclusión, Ripley supone una adaptación brillante y una vuelta a los orígenes de la novela de Highsmith. Un homenaje al material original en el que Andrew Scott nos reafirma su capacidad para convertirse en un camaleón de la interpretación. El actor despliega todas sus capacidades para hacernos sentir miedo, ternura, melancolía, interés y empatizar con un personaje que, teóricamente, se convierte en el villano. La historia y las interpretaciones te atrapan y hacen que el viaje de los personajes se sienta como algo desconocido.

Escrito por Maria José Cánovas
Cinemagavia
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