Último cortometraje autoral inscrito en la Japan Animator Expo (sin tener en cuenta los poco memorables Cassete Girl y Patlabor Reboot realizados a posteriori como extras promocionales) a manos de Hiroyuki Okiura, director de animación reconocido por dirigir largometrajes como «Jin-Roh» (1998) o la entrañable «Una Carta para Momo» (2011), redevuelve para clausurar el proyecto con esta curiosidad.

Con una animación cuidada en ambiente rural, acompañamos a Robowo, un robot autoestopista, en su viaje de perversión y pervertimento de chicas jóvenes a las que fotografía en momentos íntimos haciéndose pasar por un senil e inofensivo robot. La primera de sus víctimas es la pobre Mina, benevolente conductora de una autocaravana que le acoge abiertamente para su desgracia.

Una historia que funciona como un gag corto y simplón y que resonó en su día con la filtración de fotos de celebridades tras el masivo hackeo de datos personales. Pues el infame Robowo podría ser la misma nube de plataformas de Internet siempre ansiosa de contenido erótico y sexual que brindar a sus usuarios. Todos somos vulnerables y estamos expuestos a que violen nuestra privacidad, así que mucho ojo con todo lo que publicamos y a quien compartimos según qué contenido. Robowo está al acecho esperando en esa carretera tan física como virtual...

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Y con esta última crítica completo mi particular revisión de los cortometrajes más recuperables del AnimatorExpo. Sin descartar alguna posible incorporación futura, la lista queda así:

1) Teaser encubierto (AnimatorExpo I):
https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/263852.html

2) SkyTV 6,99$ al mes y su power-up (AnimatorExpo II):
https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/393917.html

3) Yo! Yo! ¿Yo? (AnimatorExpo III):
https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/688695.html

4) Pequeñas dosis de un Kill Bill animado (AnimatorExpo IV): https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/481228.html

5) Empatizando con una cucaracha (AnimatorExpo V): https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/540295.html

6) The Creation goes wrong... again... (AnimatorExpo VI):
https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/380595.html

7) No entres dócilmente en esa sombría noche... (AnimeExpo VII): https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/534369.html

8) La genésis de Yuri!!! on Ice (AnimatorExpo VIII):
https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/348316.html

9) Un mundo de imágenes sin contexto (AnimatorExpo IX): https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/3663243/754349.html

10) Guía del autoestopista fototetástico (AnimatorExpo X)

Sayo Yamamoto es una directora de animación japonesa que vale la pena seguir y reivindicar. Ha trabajado con los más grandes autores de la industria desde que reconociera su potencial el mismísimo Satoshi Kon, auspiciando un proyecto sobre samuráis centrado en el mítico Yojimbo de Toshiro Mifune que, lamentablemente, nunca llegó a ver la luz, siendo sustituido por Eureka Seven, la curiosa serie de mecas snowboarders.

Tras trabajar codo con codo con Masaaki Yuasa en Kemonozume, Shinichiro Watanabe en Samurai Champloo, crear la fantástica serie Michiko to Hatchin y realizar storyboards para Evangelion 3.0 junto con Hideaki Anno, este último le propuso unirse al plantel de animadores de la Animator Expo, un proyecto de promoción de cortometrajes animados.

Yamamoto aceptó la propuesta y la aprovechó para explorar un concepto que le apasionaba desde hacia tiempo: el patinaje sobre hielo. Así nació, Endless Night, el germen de la futura Yuri!!! on Ice, sobre la evolución de un chico que desea patinar con toda sus fuerzas, desde que contempla las competiciones en la televisión de niño hasta que participa él mismo en ellas de adulto. Todo el esfuerzo de los ensayos, la entrega y la pasión sobre la pista que veíamos en Yuri!!! On Ice condensada en apenas cinco minutos a ritmo musical y con la elegancia de las coreografías de Kenji Yamamoto, ex-campeón de patinaje artístico que colaboró íntegramente para el proyecto.

La dirección dinámica que nos brinda Yamamoto con movimientos pulcros y sincronizados resulta toda una experiencia gracias, además, a una animación solvente que emplea el coloreado para destacar elementos y momentos en el tiempo. No es de extrañar tampoco que detrás de la dirección artística y el diseño de personajes esté un mangaka consumado como es Atsushi Kamijo, completando un equipo creativo que trabajaría de inmediato en una propuesta de serie cosechando un gran éxito. Un bonito cortometraje sobre una idea en expansión que tuvo la suerte de poder expandirse.

The Dragon Dentist fue el cortometraje con el que dio inicio la Japan Animator Exposition (o AnimatorExpo para abreviar). Un proyecto creado por el aclamado director Hideaki Anno en colaboración con varios estudios para promocionar las obras de diversos animadores japoneses. Desde noviembre de 2014 hasta octubre de 2015, estrenaron directamente en Internet cortos animados que exploraban ideas visuales cerradas u historias expansivas de futuro desarrollo. El caso que nos ocupa es el segundo, pues se trata de un cortometraje que sentaría las bases para la película homónima, a estrenar dos años después por el propio equipo de Gainax (Neon Genesis Evangelion).

Por tanto, la historia aquí es más bien escasa y no llega a desarrollarse en absoluto. Vemos como entrenan a un grupo de dentistas de dragones, pero apenas vemos al dragón. La escasez de la historia se debe a la escasez de presupuesto con la que abrían el proyecto, apostando asimismo por una animación solvente sin grandes despliegues visuales, pero efectiva en sus diseños y grafismos. El dragón boquiabierto del final tiene su interés y acaba siendo tan sugerente como el contexto bélico manteniendo una voluntad críptica en su universo que, sin embargo, no acaba de funcionar de forma autónoma. Si bien las ideas se desarrollaron correctamente en la película, el cortometraje por sí solo carece de interés, resultando más bien en un teaser trailer encubierto que avanza el largometraje. Una apertura pasable que anunciaba la capacidad expansiva del proyecto, pero que podría haber aprovechado bastante mejor los 8 minutos escasos que dura.

Segundo cortometraje de la Japan AnimatorExpo, proyecto semanal de promoción de cortometrajes animados estrenados directamente en Internet. Para esta ocasión Azuma Tani, animador conocido por sus miniseries de humor absurdo (como la recomendable Thermae Romae) nos trae una historia lamentablemente simplista y mediocre.

Una chica enamorada de las bicis y del equipo inglés de ciclismo SKY TV 6,99$ al mes compite con un chico para ver quien llega antes, pero siempre pierde. Tras visionar una carrera del equipo inglés de ciclismo SKY TV 6,99$ al mes se pondrá como una moto, digo como una bici y se lanzará a por todas al día siguiente. Bradley Wiggins, miembro destacado del equipo inglés de ciclismo SKY TV 6,99$ al mes hará acto de aparición imaginaria para motivarla en su empeño y ganarse el corazón del chico. Una animación fluida que alterna correctamente los momentos de CGI para aportar dinamismo en la carrera se queda en un mensaje superfluo de motivación bastante barato concretamente 6,99$ al mes.

Sigue en spoiler para un listado de grandes animes sobre ciclismo que te sacarán a pasear a tu amiga de dos ruedas, pues la animación japonesa ha brindado cortos y series mucho mejores anteriores a este sin necesidad de contaminarse de publicidad foránea:

Tercer cortometraje y, sin lugar a dudas, el más popular de la AnimatorExpo, proyecto impulsado por Hideaki Anno y el estudio Gainax para promover cortos de diferentes animadores japoneses.

Desde su viralización en Internet causó furor por su animación de ritmos frenéticos y de estéticas destacadamente psicodélicas. Variando de un punto a otro entre animación 2D y CGI consigue un aura absorbente que bombardea tus sentidos y te lleva a un recorrido muy intenso gracias a la dirección de la perspectiva con planos aberrantes y estéticos a un mismo tiempo. La historia se abre a múltiples interpretaciones desde una relación amorosa recordada y transfigurada en la mente corrompida de un adolescente en plena descomposición hasta una obsesión por el mundo virtual llevada hasta el LSD.

Sea como sea, lo que es indudable es que su autor, Hibiki Yoshizaki, despliega todo su talento y dedica un curioso homenaje a la cultura otaku que le arropó. Él mismo habla de su inspiración en los AMV (Anime Music Video), que comenzaron a popularizarse en Internet a mediados de los 2000, pero que ya eran habituales expresiones artísticas en el mundo nipón («Extra» de Koji Morimoto y Ken Ishii o el mismo fenómeno Vocaloid).

Así como del mundo de los videojuegos, pues recoge el frenetismo rítmico de «OSU» o «Beatmania», con referencias explícitas a los «First Person Shooters» y a los simuladores. Muestra un mundo virtual tremendamente absorbente y adictivo, donde el protagonista se evade entre el salvaje erotismo de los bailes y el desenfreno de la música dubstep, resultando en un combo de dimensiones alucinógenas de formidable nivel visual. Fundiendo sin remedio recuerdos y fantasías, realidad y ficción hasta la autodestrucción.