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España España · san sebastian
Críticas de Izeta
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Críticas 1.434
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
18 de mayo de 2024
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Tremenda, impactante y angustiosa.
El increíblemente infravalorado Anthony Asquith realiza una soberbia incursión por el interior de las conciencias humanas en tiempos de guerra y analiza con precisión de cirujano las tremendas heridas que ocasionan en los soldados. Heridas que muchas veces no se ven porque son internas pero que mutilan y marcan de por vida a los hombres con mucha más fuerza que si hubieran perdido una pierna, un brazo o incluso a un ser querido.

Durante la II Guerra Mundial en los años de la ocupación en Francia, los cuarteles de Boston son alertados de que varios de sus agentes participantes en La Resistencia han sido aniquilados. No tardan mucho en descubrir al traidor. Se trata de uno de los suyos que actúa como agente doble para los nazis. Hay que eliminarlo cuanto antes.
Para ocuparse de esta tarea es preciso reclutar un nuevo agente. Pero a sus mejores hombres en Francia ya les tienen destinadas misiones mucho más importantes que la simple eliminación de un traidor. Sin embargo, recientemente han incorporado a un soldado a sus oficinas. Se trata de un muchacho que vivió varios años en París y habla un fluido francés. Un joven piloto que ha sido desmovilizado de su cargo por agotamiento y lesiones, pero que ha dado muestras de sobrada valentía participando en múltiples bombardeos desde el aire cumpliendo con eficacia sus misiones. Con un poco de entrenamiento el soldado podrá ejecutar la labor, piensan sus superiores.

Es magnífico cómo conduce Asquith este film. Como si fuera un tren que se pone en marcha, primero, despacio, tomándose su tiempo. Quiere trazar un perfecto bosquejo del protagonista Paul Massie, porque todo el film va a pivotar alrededor de él, de cómo es, qué es lo que siente, cómo piensa, cómo se ve a sí mismo, qué supone para él esta nueva misión. Porque el muchacho ha visto la guerra desde el aire e incluso ha soltado muchas bombas que habrán dado en el blanco pero esta nueva orden es diferente. Será la primera vez que vea el rostro del enemigo a batir. Y tal y como sucederán las cosas, el muchacho descubrirá horrorizado que incluso aun puede ser peor cuando su conciencia y su sentido del deber entren en conflicto.
Una primera parte, la que transcurre en Boston, estará dedicada al entrenamiento del joven. Eddie Albert y James Robertson le prepararán para el trabajo y toda esta parte está destinada a que los espectadores conozcamos bien al chico y nos metamos en su piel a fondo.
Una vez en París, comienza la misión y los espectadores ya estaremos sintiendo exactamente todo lo que siente el protagonista que va a ir evolucionando de manera notable, en un desasosiego creciente, nerviosismo, temor y finalmente una angustia difícil de soportar. Es soberbio el clima de dureza que transmiten las imágenes de Asquith, sostenidos sólo con la increíble actuación de los personajes y los tremendos diálogos del impresionante guion. Con este tipo de películas nunca, nunca, siento que les falta nada. Ni acción, ni efectismos ni efectos especiales. La tensión y la adrenalina se me dispara igual igual o mejor y siento la dureza de la guerra casi tanto como si hubiera estado en primera línea en el frente de batalla.

No puedo irme sin dejar de destacar el papelón con que nos regala Irene Worth. Tiene unas líneas de diálogo realmente potentes e impactantes, reflexivas, de las que no se olvidan.
Y por supuesto Leslie French, el traidor. Un hombre que permanecerá en nuestra retina junto con su gato.

Una película muy buena. Anthony Asquith cada vez está subiendo más en mi estima. Todavía no creo haber visto una mala película de él.
Izeta
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8
17 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
!Deliciosa comedia! e inexplicable la completa oscuridad bajo la que se encuentra sumida, "Así vivo yo", "The magnificent Dope"- "La magnífica droga", no sólo es una inteligente comedia, mitad romance, mitad sátira que recuerda en mucho a aquellas que cultivó el maestro Capra sino que su discurso sigue pleno en vigencia y actualidad, a las que les añaden unas gotas de cinismo no exento de amabilidad que casarán muy bien con el pensamiento y la idiosincrasia del espectador de hoy.
Para mi, es como si Lang hubiera tratado de mezclar aquí a Capra con Lubistch. Y el resultado, no se crean, resulta de lo más satisfactorio.

- "!Vendo humo, señores!". Podría ser el lema de Don Ameche. Un empresario fracasado al borde de la bancarrota cuya empresa se dedica paradójicamente a dar cursos para enseñar a los demás a tener éxito en la vida. "Cómo ser un triunfador en diez sencillos pasos". "Esto es lo que necesita para ser feliz". "Desde nuestra empresa al infinito y más alláaaa".
Desgraciadamente, últimamente los alumnos escasean (estarían en un periodo en el que no se darían cuenta de lo fracasados que eran) y las facturas sin pagar se agolpan en su buzón. Es preciso hacer algo para revitalizar el negocio.
La secretaria y novia de Ameche (Lynn Bari) tiene una brillante idea. Convocarán un concurso a nivel nacional para todos los fracasados y holgazanes del país que habrán de presentarse por carta exaltando sus mejores credenciales improductivas. El ganador optará a un premio de 500 dólares en metálico y a uno de los cursos para alcanzar el éxito gratuito, cortesía de la empresa, lo que significará una gran campaña publicitaria para la empresa. Si logran hacer de ese vago un hombre de éxito, todo el país se hará eco de ello y lloverán los clientes ávidos de emularle.
El ganador resultará ser Henry Fonda. Un sencillo joven de Vermont que vive con su madre y subsiste alquilando botes a los turistas en los meses de verano y que en invierno no tiene nada mejor que hacer que pescar, leer y dormir. Es el candidato ideal para el curso porque, !manda bemoles!, el paleto ese no se da cuenta de lo infeliz que es y está muy contento con su estilo de vida y no desea cambiarlo.

La premisa es fantástica e incluso brillante.
Porque a la, ya a menudo, contraposición que se ha hecho en el cine sobre las ventajas de la relajada quietud de la vida en el campo frente a la estresada vida de la ciudad o la crítica a la perenne insatisfacción que produce perseguir quimeras impuestas por otros (nunca nacidas de uno mismo), como puede ser la noción de dónde radica el éxito, qué se necesita para ser feliz o dónde se encuentra la clave para alcanzar la verdadera autoestima ( y que este film parodia con indudable acierto en todos estos gurús mercachifles estafadores vende motos de los que estamos rodeados), la película también reflexiona sobre si no es el propio sistema ( aquí la empresa de Ameche y Everett Horton) la que primero se encarga de hacer creer al posible consumidor de que se encuentra lleno de carencias e imposibilitado para ser feliz. Uno no va a desear algo de lo que no se da cuenta de que carece. Crear la necesidad, el anhelo, la insatisfacción es el primer punto para sostener la máquina. Y eso es lo que pretenden hacer con Fonda mostrándole las maravillas de la ciudad.
La película cuenta con muchísimos momentos jocosos, reflexivos e irónicos como la peregrina y curiosa teoría que Fonda sostiene frente a Lynn cuando ella le reprocha que con tipos como él el progreso se detendría.
-"Nada de eso"- replica él- "Son los holgazanes los que lo sostienen. Si la necesidad es la madre de los inventos, el holgazán es el padre"- sostiene- Y a continuación defiende la idea de que los inventos necesariamente nacen de mentes holgazanas que queriendo ahorrarse esfuerzos inútiles y laboriosos, aplican su ingenio para producir mejoras, tales como el invento de la rueda que descargó a los hombres de costosos esfuerzos.- "Un hombre productivo y trabajador no lo hace. Se aplica en la tarea y punto".
Así que, !Hombres creativos del mundo!. !Sois unos holgazanes!. ¿Lo sabíais?

Es curioso comprobar como Fonda, al que se le desprecia por paleto en múltiples momentos cuando defiende sus ideas firmemente al comienzo, mientras que nosotros lo vemos íntegro y perspicaz, se va convirtiendo en un paleto a nuestros ojos a medida que va entrando en el juego. Esto también hace reflexionar. Sabemos que nos engañan. Entonces, ¿Por qué nos dejamos engañar?.

Además de todos estos momentos cabe también añadir que la historia es un delicioso romance, lleno de momentos divertidísimos, (Ameche y Everett Horton están en su salsa y sus respectivos papeles les sientan como un guante), los diálogos son ingeniosos, hay lugar para el enredo, Fonda demuestra su capacidad para la comedia y Lynn está igualmente deliciosa en su papel.

Sólo un pero se le podría poner a esta película. Y es que nos hace un poco de trampa.
Es decir todo el discurso que defiende Fonda sobre lo bonito que es vivir una vida relajada y todo eso. Sin ambiciones, sin competencias, sin apenas dinero, es muy fácil de sostener aquí. Nosotros los espectadores no vemos cómo paga sus facturas, su casa, su comida, ni si le falta lo más básico. Se supone que con lo que gana alquilando su bote en verano ya le llega para sobrevivir todo el año. !afortunado!. Que tampoco se trata de pedir el oro y el moro pero en la realidad, un joven de hoy con ese tipo de trabajo no le llega ni para comer tres meses. ¿Se puede vivir así?. Pero la película huye sabiamente de mostrarnos eso. Será porque sabe, en el fondo, que tampoco puede sostenerlo. Una pena.
Izeta
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8
15 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considero éste un film bastante infravalorado y semi incomprendido por los aficionados a juzgar por las escasas visitas que recibe por parte de los votantes cuando en su esencia, esta película cuenta con casi todos los ingredientes a que podemos aspirar los fanáticos del género.
Y creo que la principal razón por la que se valora así es por su condición de película de transición, es decir, los años 60 trajeron una novedad a este tipo de cine. Atrás quedaban las películas de atracos oscuras, de temas negros y personajes turbios. Lejos quedan cintas como "La jungla de asfalto" 1950, "Rififí" 1955, "Atraco perfecto"1956 u otras similares. La nueva década iba a traer una revitalización del género pero en su aspecto más lúdico y ligero. Ciertos aires de comedia se apoderarían de él y le prestarían un tono algo más desenfadado. Sírvase de ejemplos "La cuadrilla de los once", de este mismo año 1960, "Topkapi" 1964, "Cómo robar un millón y..." 1966, entre otros... Definitivamente, el arte de dominar cómo agenciarse de lo ajeno había entrado en otro nivel.
Y el gran Henry Hathaway, ese ninguneado director al que debemos no pocas grandes películas de "rutina" jojojojojojo es uno de los artífices de esa transición, mucho más que con la, en mi opinión, fallida "La cuadrilla de los once" ya que en este film, sin abandonar todavía el drama de las grandes películas de atracos de los 50, ya da un paso hacia delante hacia la ligereza en su tratamiento aunque sin llegar a abordar todavía la travesura abierta que podrían restarle todo el suspense y la tensión al que ese gran hombre no quiso renunciar. E hizo bien.

Así, la película comienza con una cita en Montecarlo entre dos hombres. Edward G.Robinson y Rod Steiger (menudo par, ¿eh?). El segundo desconoce la razón de la cita. Los espectadores sólo conocemos que son amigos del pasado y que el primero (un erudito y ya viejo científico exconvicto) le necesita para llevar a cabo un elaborado plan para asaltar el gran casino de la ciudad. Para ello habrá reclutado a cinco personas que parecen idóneas para el puesto pero necesita que su amigo forme parte del plan ya que sólo en él puede depositar su plena confianza en que sabrá mantenerlos a raya y así no le puedan traicionar.

La primera parte del film discurre casi como si fuera una entrevista de trabajo. El dueño de la empresa (Robinson), el recién nombrado director (Steiger), tipo duro y adusto donde los haya y los aspirantes al cargo que serán puestos a prueba por el director que les tomará las medidas a todos ellos para ver si realmente cumplen con los requisitos. Iremos conociendo a los demás participantes de los que se hace un dibujo muy completo en su carácter, las razones por las que están allí y las posibles cualidades o defectos que los caracterizan. Una vez pasada la entrevista y con la aprobación del encargado, la plantilla está completa y se puede empezar a trabajar.
Toda esta parte del film no contiene nada de acción pero, ¿es necesario?. Vamos a conocer muy bien a los personajes que presentan su currículum intachable y !oh, cielos!, ¿Quién no ha mentido un poquito en el currículum?.
Joan Collins, Eli Wallach, Alexander Scourby, Michael Dante y Berry Kroeger son los agraciados para el puesto. El infalible plan del gran cerebro Robinson se pone en marcha.
En la segunda parte del film que es el atraco propiamente dicho comienza lo bueno. Hemos conocido tan increíblemente bien a estos hombres que estaremos de su parte y eso que no nos van a caer particularmente bien ninguno de ellos pero ese es el mérito de describir tan profusamente a los personajes sin que nos lleguen a resultar planos. Que el espectador se habrá adentrado en ellos por completo y nos importará lo que les ocurra.
Y aquí Hathaway nos dará una lección de maestría y saber hacer en cuanto al manejo de la tensión y el suspense. Nos va a colocar ante una serie de tesituras, siempre al borde del abismo, saltarán los imprevistos y habrá que sortearlos, no me creo que aquí hayan quedado impávidos los espectadores, el maestro conoce como hacer saltar nuestros nervios, !pero qué bueno era el cabrón!.
Y aún nos reserva unos cuantos giros más hacia el final por si habíamos tenido poco que también contiene cierta ironía.
Y vale que la cinta tiene ciertos quiebros no muy afortunados como ciertas concesiones sentimentales que sobran o la sombra moral obligatoria con la cual estas cintas de la época debían transigir pero el conjunto me parece muy bueno. Una cinta de género sin aspiraciones como la mayoría de las que realizaba Hathaway pero muy divertida y absorbente. Para pasarlo realmente bien.
Edward G. Robinson, Rod Steiger y Joan Collins están de muerte. !No me digan que no!. ¿Y el aprovechamiento de los recursos que hace Hathaway en ese pedazo casino que da la impresión de que en la cinta se han gastado mucho más dinero de lo que realmente este tipo dispondría?. Porque no olvidemos que Hathaway era un director modesto. Pasta la justa y a correr.

PD: Quiero agradecer a mi colega, a mi amigo, a mi suministrador y a mi "camello" de pelis, el usuario chulucu, la inmensa alegría que me proporciona trayéndome tantas y tantas películas, algunas de ellas verdaderas rarezas imposibles de conseguir. Un auténtico cazador de joyas, furibundo rastreador y coleccionista y, sobre todo, camarada. !Cuánto he aprendido de él!. Muchas gracias.
Izeta
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6
13 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extrañísima cinta a cargo de Joseph H. Lewis, reputado director de joyas tales como "El demonio de las armas" o "Agente especial" que aquí nos sorprende en una deriva bastante desconcertante pero con algunos aspectos ineludiblemente fascinantes.
Lo que comienza siendo una peli de cine negro del género carcelario o de evasión en seguida adquiere tintes más personales y aventureros. Una persecución policial a la búsqueda de un reo evadido que se inicia en Los Ángeles, se irá adentrando por los territorios del "corazón de las tinieblas" a medida que el acoso deba trasladarse a las localizaciones salvajes de los pantanos de Louisiana, lugar de procedencia del preso fugado.

Una zona inhóspita y hostil, llena de peligros y altamente peligrosa que Lewis recrea en atmósfera magistral. Es ahí donde se desarrollará casi toda la acción y el extraño duelo entre el evadido y su captor ya que, al contrario que en muchas de las películas de persecuciones similares, el desafío estará teñido de una singular relación, casi una historia de amor entre los dos hombres, dos almas que desde el principio se reconocen como iguales, con el mismo sentido del honor, comprensión mutua y valores compartidos.

Al mismo tiempo Lewis no deja de sorprender en esta cinta con extrañas licencias creativas que no sé si serán plato del gusto de todos (del mío tengo que confesar que no) al introducir ciertas escenas oníricas que, para mi gusto, pretenden dar cierta carga de profundidad al aludir a la situación de obsesión y temor que asola al protagonista aspirando con ello a mucho más de lo que esta pequeña cinta puede ofrecer, o al también extraño encuentro con esa nativa espeluznante que parece salida de un cuento de terror fantástico y que no sé yo si casa muy bien con el aroma semi funcional con el que se había manejado hasta entonces.

Todos estos toques, le prestan un aire de lo más extraño. Por una parte, los personajes que giran alrededor de Sullivan, el policía, son de lo más comunes y funcionales.
El alcaide de la prisión. Encarna al funcionario acomodado, completamente abandonado de sus funciones, su mayor interés en la vida es el golf.
William Conrad. A este siempre da gusto verle. Policía ambicioso de métodos expeditivos, espera su oportunidad pacientemente para subir en el escalafón.
Polly Bergen. Esposa de Sullivan. La pareja representa a un matrimonio feliz, tradicional y bien avenido. No se le da más cancha a esta historia. Yo creo que la han representado para hacer de contraste con la imagen de la esposa de Gassman, que es el preso. Su mujer Mary Zavian es todo lo contrario que ella. Es una digna habitante del corazón del pantano. Asilvestrada y pasional. En realidad, en estas dos relaciones matrimoniales se tira de tópicos pero las dos quieren representar la armonía conyugal. Una, a la manera educada y civilizada y la otra, salvaje y algo más "accidentada" (bofetón ocasional incluido) pero feliz, al fin.
Y luego está la relación entre Sullivan y Gassman. Los dos actúan de manera excepcional, todo hay que decirlo. Pero resulta también extraño ese mutuo respeto y afecto que se tienen casi desde el principio, que no les impedirá pelearse y perseguirse para cada uno lograr su objetivo (las peleas son muy buenas) pero que tampoco podrán evitar que la compasión les condicione y afecte a su situación.
Creo que esta relación, los momentos de acción y el clima del pantano, es lo que prestan esa singularidad al film y al fin nos resulte interesante de ver.
Por contra, tiene otros muchos momentos sin pies ni cabeza que la trastornan. No me parece un film bien rematado. Tiene muchos altibajos.
Izeta
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7
11 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad las grandes películas de Doris aun estaban por llegar a pesar de que ya se había erigido en la novia de América y de que sus canciones ya se hubieran convertido en éxitos internacionales.
Es por eso que esta peli se siente un poco como una transición, un musical luminoso y efervescente, digno de la gloriosa época a la cual representa y excelente vehículo para el lucimiento de una actriz que aquí resplandece más hermosa que nunca.
Porque verla pasear por las calles de la soleada Miami vestida con ese modelazo años 50 que ni Balenciaga oyes, ya presagia el tono y el estilo del film. Este es un musical ligero de los que hacían soñar. De color luminoso y apabullante. Alegre y dicharachero igual que nuestra rubia y en un formato cinemascope ofreciendo panorámicas de la ciudad tan hermosas que con la proyección del film en las salas ya debían de agotar las reservas turísticas para los próximos cinco años.
Un argumento bastante predecible en su estructura, por aquello de que Doris interpretó papeles parecidos en más de una ocasión, a esta trama de equívocos y engaños se le suma la construcción de un personaje bastante hilarante en la persona de Doris. La muchacha es una aspirante a estrella del show business que viaja con su troupe en busca de oportunidades pero tiene un "defectillo"...Es increíblemente supersticiosa y las situaciones que provoca destinadas a sortear la mala suerte, indefectiblemente ocasionan la mala suerte en los demás. Tal es el caso de Dick Carson (Robert Cummings), compositor teatral de gran éxito con el que tendrá algún tropiezo cuando esté intentando evadir sus propias aprensiones.
La cinta claramente va de más a menos.
Un inicio bastante simpático con la presentación de la compañía con la que forma un cuarteto da lugar a escenas y momentos bastante hilarantes con las situaciones de picaresca que deben afrontar en su condición de bohemios trotamundos (habrán de trabajar en las cocinas del hotel por no poder pagar la cuenta) pero luego la cinta va derivando a un enredo más manido tras la aparición en escena de Robert Cummings). Un juego de engaños de identidades como los que protagonizaría luego con Huston aunque sin tanto empaque y tampoco en esta ocasión podemos decir que los secundarios refuercen con brío la historia ya que apenas se les da ocasión de lucimiento fuera del que se le otorga a Phil Silvers que en ocasiones resulta estridente.
Los números musicales son siempre agradables y placenteros de escuchar. Doris fue una voz grande y si bien de aquí quizá no salió ningún superventas eso no significa que no vayamos a gozar con las que aquí se interpretan. Doris fue Doris y no hay un sólo tema en este film que no cause un magnífico placer escuchar.

Una película transitoria e intrascendente quizá pero altamente agradable y simpática de ver. Para sus fans muy recomendable y para los amantes del musical también.
Izeta
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