No puedo bajarla de 6; no la ví en el cine, no la alquilé, ni la descargué, pero la ví como 17 veces en la televisión. Y si la pusieran hoy mismo otra vez, allí estaría yo delante de la tele como un gilipollas o especie de seguidor de una secta, atraído por una especie de fuerza misteriosa e indescriptible.
Y soy consciente de la pobreza argumental de la obra, pero el Stallone me cae simpático por alguna razón, (será por Rocky I).
Es igual que Vandamne, peli que echan, peli que veo.

Con Seagal y Norris no me pasa; deben de desprender una especie de aura negativa a su alrededor que me evoca a cambiar de canal.

Ya, ya... es una película del 82, de efectos malos pero de un género (fantasía con marionetas)poco tocado, lo que puede ser un aliciente para perdonarle un suspenso.

Lo que consiguió esta cinta, una mezcla entre los "Aurones", los "Fragel rock" y "Star Trek", es revolverme el estómago unas cuantas veces, aparte de aburrirme hasta el infinito ya que cuando empiezo una peli, la termino.

Muy válida para que los más jóvenes se caguen de miedo por la noche... y por el día.

Entretenida película que se desenvuelve en torno a un crimen que enfrenta a dos mentes superdotadas.

La trama parece que la controlamos desde el principio y pensamos que somos capaces de conocer el final más o menos por anticipado, pero no, la historia es más complicada de lo que creemos y es capaz de sorprendernos de verdad.

El amor, irracional por naturaleza, es tan poderoso que es capaz de poner a su servicio cualquier ciencia racional.

El mundo de Beakman es un desván desordenado lleno de trastos, que habitado por un científico loco, una chica y una enorme rata de laboratorio reparte leves conocimientos de ciencia para un par de pingüinos y chavales inteligentes o curiosos.

Deberían de sustituír toda la pijería amoral del Disney Chanel por series como esta.

Para una película sangrienta en la que la muerte está trivializada, qué mejor que contar con la participación de David Carradine como malo, y es que el tío hace bien el papel de viejo feo cabrón con coleta.

La historia de la niña mezcla humor, tiros y muerte a lo Tarantino y a lo Kill Bill para presentarnos cuatro vidas de sicarios peculiares, que aunque cojeen un poco como actores no te hacen bostezar.

Lo mejor es el dueto negrito-extranjero; y bueno... ver al blanquito desayunando huevos crudos a la cerveza en una sartén también mola, y es que la película tiene una serie de escenas cómico-absurdas que metidas dentro de un argumento de cine negro te hacen preguntar: ¿pero que cojones estoy viendo? A lo que te haces responder: pues una buena idea del un tal Saghizadeh.