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Críticas de Cornapecha
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Críticas 198
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
2
28 de enero de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas de las merecidas malas críticas que está recibiendo este bodrio de película hacen referencia a la desesperante corriente ideológica que domina el audiovisual actual. En ese esfuerzo desesperado por ser los más tolerantes, inclusivos, feministas, no binarios, anti-heteropratiarcado y anti-machistas y todas las furrias que se pongan de moda, el cine de este triste tiempo está perdiendo el norte y el sentido común. Hoy mismo he leído que planean una nueva versión de Blancanieves, pero sin los enanitos porque quieren "evitar estereotipos". En fin...

Y es cierto, hay mucho woke en este Bond moñas, que liga menos que Quasimodo y que llora más que si estuviera comiendo cebollas crudas. Pero es que hasta eso hacen mal, como veremos en spoilers. El problema es que más allá de todos esos problemas, la peli es mala, pero mala a rabiar.

Ojalá el problema fuese que Bond sea un moñas, o que el próximo 007 vaya a ser una mujer negra, y supongo que lesbiana. El problema es que esto no tiene ni guion ni ganas de tenerlo. Es un montón de incongruencias, de tópicos y de tonterías del tamaño del Peñón de Gibraltar. Hay tantas cosas que fallan que ya me cuesta hasta recordarlas todas. En spoilers resumo unas cuantas, pero hay decenas y decenas más.

Lo único aprovechable es la breve intervención de Ana de Armas, el resto da pena. Y para eso este churro tiene tres guionistas, incluido el propio director. Connery sería un violador, tú eres un mierdas de cineasta, Cary.

Postdata: A Daniel Craig se le ve muy mayor. Una cosa es humanizar, eliminar machismos y actualizar y otra que hay escenas en las que se le ve barriga al pobre Craig...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cornapecha
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5
14 de enero de 2022
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que no hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue. Y puede que Marvel haya empezado a entender el significado de este dicho. Hasta ahora la historia del MCU era la historia del éxito, con decenas de películas que se iban encadenando en una serie de buenos resultados de taquilla, en ocasiones magníficos, en una especie de más difícil todavía que le daba unos réditos estupendos y la convertía en una máquina de hacer dinero. No en vano, Kevin Feige y los suyos consiguieron meter cuatro de sus películas entre las diez más taquilleras de toda la historia (si contamos a ese extraño negocio que se traen con el Spiderman de Sony).

Pero el principio de la cuarta fase planteaba un nuevo desafío: ¿cómo renovar ese éxito ahora que el filón de los Avengers ya estaba agotado?. Además, una pandemia venía a complicar el tema de los rodajes y estrenos, así que el hecho de que Black Widow y Shang-Chi tuviesen una acogida bastante tibia se aceptó como gajes del oficio. En cualquier caso, eran películas menores, de las que se utilizaban antes para introducir nuevos personajes y situaciones e ir, de paso, manteniendo engrasada la maquinaria. Pero tarde o temprano, Marvel/Disney tenía que hacer la apuesta de verdad. Presentar al mundo la base de su nuevo proyecto, los nuevos héroes que venían a comerse la taquilla con patatas, el hilo desde el que tejer el nuevo futuro.

Y así, tras los consabidos retrasos por la pandemia, llegó Eternals. Esta ya no era una peli de relleno, de segunda división. Esta ya era una apuesta a lo grande, una superproducción para la que Marvel acudió a una directora tan prestigiosa como Chloé Zhao, con un curriculum corto pero un par de Oscars y Globos de Oro para justificar su estatus de autora, tanto más cuando incluso coescribió el guion de este caballo ganador.

Y, después de pasar por taquilla y ya estrenada en VOD, la sensación generalizada es que Marvel ha dado el primer paso en falso desde que hace catorce años estrenó aquel Iron Man que tanto ha les ha dado. La crítica ha sido desigual, pero bastante negativa, y la taquilla (que es lo que realmente les interesa) tampoco ha sido para tirar cohetes. No parece que esta fase vaya a empezar con demasiada brillantez, y puede que alguna alarma haya saltado en los despachos de Disney.

No es que Eternals sea el desastre que sus numerosos críticos proclaman que es, pero está claro que tampoco es una gran película. A Zhao le ha salido una historia demasiado larga y farragosa, que cuanto más nos quiere explicar más difícil de seguir se hace. Muchos dicen que es la peor peli de Marvel, lo que es mucho decir, pero si que es la menos Marvel y la más DC de todas la estrenadas hasta la fecha. Y con ello me refiero a esa terrible tendencia de su máximo competidor de no dar con el tono adecuado en sus producciones. A ese exceso de engolamiento, a esa pomposidad que tanto lastró películas como Batman vs Superman y que aquí sufre la directora china. Sus Eternals caen en el peor pecado en el que puede caer una peli de superhéroes, tomarse demasiado en serio a si misma, pretender ser más de lo que es.

Es respetable el intento de hacer cine de autor para todos los públicos con personajes que lanzan rayos por los ojos o convierten las rocas en agua, pero Zhao no lo consigue. A la cinta le sobra metraje y flashbacks repetitivos y le falta algo más de dinamismo. Incluso los breves apuntes de humor, marca de la casa desde el principio, resultan extraños, metidos con calzador en el guion. Se nota que alguien intentó aligerar un poco tanta trascendencia y tanto existencialismo light, pero le quedan a la peli como dos pistolas a un Cristo. Y con unos protagonistas un tanto absurdos, que llevan 7000 años arrastrando los mismos traumas y problemas y una narración confusa, en la que a veces parece que ni la propia directora entiende lo que nos está contando, la que debería ser la nueva Avengers se queda corta en demasiados aspectos.

A ver como sale Marvel de esta, porque un nuevo tropiezo en la próxima entrega de Dr. Strange o Thor puede poner la situación muy complicada...
Cornapecha
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4
26 de noviembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera de Venom fue una de esas pelis que empiezan a recibir palos por todos lados y después la ves y no es tan mala ni de lejos. Las malas lenguas dicen que pagó un precio muy alto por coincidir en su estreno con otra de Lady Gaga, pero en cualquier caso tuvo que pasar su via crucis particular. Sea como fuere, la película funcionó a nivel de taquilla tanto como para merecerse esta secuela.

E, ironías de la vida, Venom: Habrá matanza, es bastante inferior a la original. Tanto, que muchos de los supuestos problemas de aquella (y que no eran tales), sí que aparecen en ésta. Es una pena, porque tenía material para haber logrado una buena película de entretenimiento masivo, pero los guionistas se las arreglan para desperdiciar tanto potencial de una forma un poco absurda.

En primer lugar, se desperdicia la ventaja de que ya conocemos a Eddie y a Venom y su particular relación, que tanto juego podría haber dado. En lugar de utilizar esa baza asistimos a una interminable pelea de buddy movie entre dos compañeros que deben trabajar juntos pero no se llevan bien. Unos cuantos chistes repetitivos, y poco más. Hasta el espectador más torpe adivina desde el primer minuto cómo va a acabar todo y ni hace demasiada gracia ni resulta entretenido.

En segundo lugar, se echa a perder el enorme potencial de un personaje como Carnage y el talento de Woody Harrelson. Carnage/Matanza es una bestia asesina, un simbionte sin las limitaciones morales que Eddie impone a Venom. Con él se podría haber creado un personaje mítico, pero su aparición en la película es tan breve e insustancial que pasa sin pena ni gloria.
Algo parecido sucede con Harrelson, un gran actor que no acaba de lograr un psicópata convincente. A ratos parece incluso bastante aburrido y desconectado. Ya lo hemos visto interpretando a asesinos dementes antes, pero aquí en lugar de desasosiego transmite algo entre confusión y desgana. Su relación con Eddie es una especie de El silencio de los corderos de Mercadona, y entre esas caras que pone y los peinados que le cascan, está más cerca de un personaje de José Mota que de Hannibal Lecter. Y algo parecido le sucede a Naomi Harris, otra gran actriz que no acaba de cogerle el punto a su Harley Quinn particular.

A Hardy se le nota cómodo, pero no logra tampoco remontar el vuelo. De hecho parecía más convincente en la primera que en esta. Y el guion es flojo, incluso para una película de superhéroes. Recuerda a alguna de las peores cintas de Spiderman, es confuso y deslavazado y avanza a trompicones.

En resumen, tampoco es una catástrofe, pero del encuentro de dos personajes tan atractivos interpretados por un buen reparto se esperaba bastante más.
Cornapecha
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6
20 de noviembre de 2021
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A estas alturas es obvio que Marvel necesita como el comer encontrar una nueva vía de expansión, dado que los clásicos ya están amortizados. Y en esa búsqueda se encuadra esta película. No solo se trata de desarrollar nuevos superhéroes, también se busca ampliar mercados, y de la misma forma que Spiderman está pensado para atraer a los más jóvenes y las series de tv buscan un público un poco más adulto, está claro que con Shang-Chi se está explorando el inmenso mercado chino. Y de paso, a los occidentales a los que gusta el cine de artes marciales, que tanta pujanza tuvo en los años 90, pero al que la decadencia física de sus referentes dejó un poco alicaido.

En ese sentido, la película es un buen intento. Ignoro como lo recibieron en China, pero para los no orientales es una película entretenida, de un nivel inferior a otros blockbusters masivos, y en la línea de Black Widow, por ejemplo.
Marvel tiene el oficio y la soltura para producir productos asimilables, sea cual sea la temática. Se le puede reprochar cierta blandura y corrección política, pero a nivel técnico sus pelis son ya un producto redondo, tal vez con poca vida, pero irreprochables como productos de consumo masivo.

Aquí se hace una buena asimilación del cine de patadas giratorias al modelo de la casa. La película empieza bien, con ese toque de ligereza que tan bien maneja Marvel y que tanto le ha costado lograr a DC, por ejemplo. Acción, toques de humor para no resultar rimbombante, algo de drama humano para que empaticemos con los personajes, etc, etc...

La narración va fluyendo hasta una parte final un poco farragosa y que no acaba de cuajar. El espectáculo marvelita se acaba comiendo el terreno de las peleas y tampoco logra redondear el producto. Eso y que el conflicto familiar de los dos hermanos y el padre villano/cariñoso se hace un poco repetitivo y pesado, aunque intuyo que en esto pueda tener algo que ver el target chino.

Aún así es una película menor, pero bastante entretenida, aunque no acabo de entender cual es el criterio de Kevin Feige y los suyos para decidir qué es mejor que sea película y qué serie, porque en mi opinión este material sería mejor destinarlo a una serie. Pero esa es otra historia y no soy yo el que ha hecho millones de euros con historietas de superhéroes, como para ir dándole consejos a esta gente.

P.D. A los que dicen que es una película infantil me gustaría preguntarles que esperaban que iban a ver. Una peli de Marvel sobre un tipo que hace kung-fu y que tiene unos brazaletes mágicos que le permiten disparar rayos y luchar contra monstruos y dragones. A lo mejor se esperaban la segunda parte de El séptimo sello de Bergman...
Cornapecha
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7
17 de noviembre de 2021
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay actores que trascienden los límites de su oficio y se convierten en iconos de la cultura pop. Profesionales que han conseguido el difícil logro de que sus películas se publiciten y se conozcan simplemente como "la última de...". En Hollywood sobreviven unos cuantos, lejos ya del esplendor de su época dorada. Y uno de ellos es el bueno de Tom Hanks. A base de profesionalidad, buen olfato escogiendo proyectos y sentido común, Hanks se ha labrado una sólida carrera de casi 40 años de actor que le suponen el respeto de sus compañeros y el cariño de un público que sabe que si va a ver la última de Tom Hanks rara vez saldrá defraudado.

Y Finch es el enésimo ejemplo. Una peliculita para el VOD sin demasiada historia. Otra vez nos enfrentamos a las peripecias del último superviviente de una catástrofe mundial. Otra vez que seguimos sus idas y venidas en un mundo devastado y escaso de recursos donde el hombre es más lobo que nunca para el hombre. Supongo que es algo que está en el ADN de los norteamericanos, individualistas por naturaleza, y por eso vuelven una y otra vez a este tipo de relatos.

Para añadir más leña al fuego, estamos también en la exaltación de la familia y la amistad, otro tema recurrente y adorado por los gringos. Aquí, al menos, no estamos con la eterna cantinela del hijo/a y/o esposa adorado(s) y los sustituimos por un perro con nombre de neumático y un inverosímil robot más humano que la mayoría de los humanos.

Así que con estos ingredientes era fácil que el resultado fuese un mejunje indigesto. Pero alguien tuvo la feliz idea de contratar a Hanks para protagonizarlo y eso salva a la película. Finch es Hanks. No hay más. El ganador de un par de Oscars le da vida a su personaje y a toda la película, construyendo la tramoya que mantiene esto en pie. Su Finch es creíble porque lo viste él e incluso eclipsa totalmente al pobre robot, al que deja reducido a mera comparsa.

Para no alargar más esta reseña me van a permitir que me cite a mi mismo. Hace casi seis años subí aquí una crítica amateur de Esperando al rey, otra película sostenida completamente en su capacidad como intérprete, algo que resumí en este párrafo:

"Todo ello sostenido por un Tom Hanks que ya está más allá de las críticas, de las modas o de las películas que interprete. Ahora mismo es un clásico en vida, que insufla su magisterio a los personajes con una sencillez que asombra. Nos creemos su Alan Clay porque él nos lo ordena y nadie diría ni pío aunque de repente le saliesen alas y se pusiese a volar."

Pues eso, que Tom lo ha vuelto a hacer. Otra vez más.
Cornapecha
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