Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Martes Carnaval
<< 1 2 3 4 10 12 >>
Críticas 56
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
28 de noviembre de 2015
61 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película original, compleja, arriesgada, meritoria y hermosa.

Tiene varias vertientes, no todas igual de caudalosas en cuanto a su aporte líquido.

1 ) Vertiente histórica.

Nos da una idea de lo que fue la odisea de los exploradores polares a principios del siglo pasado.
Los personajes que protagonizan la cinta: Josephine Diebitsch Peary y, en ausencia, Robert Edwin Peary, existieron. A Robert Peary se le atribuye la conquista del Polo Norte, aunque con muchas dudas pues el estado de la tecnología en aquellos tiempos impedía la confirmación de su supuesta gesta. Lo más probable, a tenor de sus registros, es que se aproximase mucho, pero que lo que él tomó por el Polo Norte estuviese a unos 40 Kms. del auténtico. Para mayor confusión, otro explorador, Frederick Cook, reclamaba, sin fundamento, ese honor para él, y los partidarios de uno y otro pionero (Peary y Cook) se pasaron la vida echándose los trastos a la cabeza y buscando los puntos débiles de la presunta proeza del rival de su ídolo en aquella aventura. Existió también una Allaka (la protagonista esquimal), aunque mucho más joven y sin que, muy probablemente, su vida de cruzase con la de Josephine, como documentaré en el "spoiler".

2 ) Vertiente artística.

Aquí sí que hay que aplaudir a Isabel Coixet. La fotografía de los parajes helados noruegos, que hacen las veces de los polares, es una verdadera maravilla. Creo que es poco discutible que el Director de Fotografía, Jean Claude Larrieu, ha hecho un trabajo excepcional.

3 ) Vertiente argumental.

Hay mucha diferencia entre la primera parte que finaliza con la llegada de Josephine al refugio donde tendrá una larga estancia, y la segunda. Es cierto que la claustrofobia obligada de esta última impide una acción trepidante, pero es verdad también que la segunda mitad de la historia se hace en ocasiones pesada porque resulta reiterativa, porque hay escenas en las que no se sabe muy bien qué pasa pues la larga noche cuando se filma arroja poca luz y, sobre todo, porque falta tensión dramática.

4 ) Vertiente militante.

Tanto Coixet como Binoche son mujeres comprometidas. La sinergia entre ambas no podía dejar de serlo. El mensaje de la película puede sintetizarse en una afortunada frase de Binoche:

"Hay que saber bajarse del pedestal de la supremacía de la cultura blanca occidental para poder conocer la experiencia de la Humanidad".

La contraposición de dos mundos culturales muy distintos en una situación límite, de la que se levanta acta, avala esta afirmación.

En resumen una película que, en mi opinión, merece la pena ver, aunque tiene las limitaciones señaladas, quizás debidas a lo ambicioso del proyecto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Martes Carnaval
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
The Propaganda Game
Documental
España2015
6,4
2.350
Documental
6
30 de octubre de 2015
63 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces, por no decir ninguna, he tenido una sensación tan extraña después de haber visto una película.

Corea del Norte es el único régimen comunista puro que queda en el mundo, pues los otros tres países que se reclaman comunistas, China, Vietnam y Cuba, aplican en mayor o menor medida fórmulas de economía mixta.
Entré en el cine conociendo por encima la información sobre este país que ha puesto en circulación la propaganda estadounidense, fielmente transmitida por los medios de comunicación españoles. Salí del cine sabiendo mucho menos, y dudando de alguno de los tópicos pintados con brocha gorda en mi imaginario personal.

He de decir que me considero un privilegiado pues no sólo fui espectador de esta película, sino participante en un coloquio muy animado, que se celebró al finalizar su pase, con el Director, Álvaro Longoria, y con un personaje realmente singular, Alejandro Cao de Benós de Les y Pérez, catalán perteneciente a una familia aristocrática que, según el programa: "Es el único extranjero que trabaja para el gobierno comunista de Corea del Norte". En la película aparece como un ser abducido por el sistema político norcoreano. Cuando uno lo ve en la sala, piensa: "Seguramente se habrá caído del caballo, como San Pablo, y habrá visto la luz". Pues ¡qué va! Sigue igual de abducido, aunque he de decir en honor a la verdad que tuvo el valor de enfrentarse a cuerpo descubierto con el público asistente a la proyección —no diré que hostil, pero sí muy crítico— y se defendió con solvencia y habilidad de la catarata de preguntas que le cayeron encima.

¿Se puede sacar algo en limpio de la película respecto a Corea del Norte?

Vamos a intentarlo:

1 ) Se ha inculcado a la población norcoreana la necesidad de estar prevenida por si se produce un conflicto armado con Estados Unidos o con alguno de los países considerados sus epígonos: Japón, Corea del Sur… Lo que les ha llevado a unos gastos en Defensa desorbitados —del 18% del PIB— y a una obsesión —finalmente conseguida— por disponer de armamento atómico.

2 ) El culto a la personalidad a su líder máximo, Kim Jong-un, y a sus antecesores Kim Il-sung y Kim Jong-il, es absolutamente desmesurado, pero en la película, a través de muchas entrevistas, se muestra como algo normal, como un principio de funcionamiento que lubrifica a la sociedad. Se consideran una gran familia en la que el líder es el cabeza de la misma. Mención aparte merece el adoctrinamiento de los niños respecto a esta hipertrofia de veneración por su líder.

3 ) No se reconocen las denuncias acerca de la conculcación de derechos humanos ni las atrocidades aparecidas en la prensa occidental sobre ejecuciones practicadas por motivos pintorescos. Se niega autoridad a Amnistía Internacional, influenciada, según ellos, por el imperialismo.

4 ) Al parecer no hay partido único sino tres partidos y la posibilidad de presentarse a las elecciones como independiente. Al menos, eso fue lo que me respondió Cao de Benós cuando le pregunté al respecto.

5 ) La desconfianza hacia los medios de comunicación extranjeros y la limitación de su libertad de movimientos —en el caso de que se les deje entrar al país— se justifica por la necesidad de preservar secretos militares.

6 ) El culto de las distintas religiones no está prohibido, aunque la película levanta acta de "una sospechosa espontaneidad" en la única ceremonia religiosa que aparece en toda la filmación.

7 ) No se constatan diferencias económicas significativas en la población. Se nos dijo que el salario máximo sólo es el doble del mínimo, que los mayores sueldos son para los trabajos manuales más ingratos, que hay pleno empleo, que el Estado cubre las necesidades básicas de Vivienda, Educación y Sanidad y que no se pagan impuestos.

8 ) Tanto la película como el testimonio del Director en el coloquio dibujan un país que aparentemente funciona, sin las lacras que habitualmente se le adjudican, que lo aproximan a un Estado fallido.

9 ) No se respondió a la pregunta recurrente que se hace durante toda la proyección de qué país proporciona recursos económicos para que Corea del Norte pueda abordar la inmensa obra pública que ha emprendido en los últimos años.

En resumen: Película interesante, pero bastante frustrante respecto a saber la verdad acerca de lo que está pasando, hoy por hoy, en Corea del Norte, aunque, según el testimonio de su Director, no era ése su objetivo, sino mostrar hasta qué punto puede ser engañosa la propaganda —hasta tal punto que, como en este caso, nos impide conocer la realidad de lo que ocurre, en un sentido o en otro—.
Martes Carnaval
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
27 de octubre de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa película olvidada, que tiene innegables fortalezas. Una de ellas es un guión muy potente, con un "in crescendo" mantenido, como exige el cine negro. Lástima que el final no esté a la altura de la trama.

La recreación del mundo de la feria de mediados del siglo pasado, con sus extravagantes espectáculos, está bastante conseguida, y es un valor añadido en una época como la que vivimos, en la que ya han desaparecido aquellos barracones de temática tan insólita como variada.

Egle Martín interpreta aseadamente a una mujer de belleza inquietante, antipática con causa. No desmerece Carlos Estrada en su papel de villano sobrevenido.

En resumen, creo que no sería descabellado abordar una nueva versión cinematográfica de esta angustiosa historia con más medios y evitando los fallos de guión que se pueden encontrar en la original. Sería la forma de hacer justicia a una película que no ha envejecido mal y que, pese a sus fallos, se hace querer.
Martes Carnaval
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
17 de octubre de 2015
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es una película aparentemente potente, cuyos cimientos son, a poco que se ausculten, frágiles, al igual que un edificio imponente tocado de aluminosis.

La trama está muy elaborada pero debe recurrir a un buen número de coincidencias que la desacreditan en parte.
Demasiado “deus ex machina”. Como es sabido en el teatro griego y romano los dramaturgos contaban con un recurso que les compensaba de la falta de ideas acerca de cómo proseguir el relato cuando la musa les era esquiva. “Deux ex machina” significa “Dios desde la máquina” y hace referencia al momento en que una especie de grúa introducía en el escenario, desde el exterior, a una deidad. A partir de ahí todo podía pasar. En la actualidad, esta expresión tan antigua se utiliza para aludir a un elemento externo que permite avanzar en una narración sin tener que respetar su lógica interna. Normalmente, se trata de una coincidencia sin la cual la historia no sería posible.

Por otro lado, Susanne Bier tiene la obsesión de explicar todo lo que pasa, ha pasado y va a pasar, con lo que no deja lugar a la indefinición, a la incertidumbre o a la polémica.

El conflicto moral que se pretende plantear con esta película —como comentaré en el spoiler— es inexistente.

¿Qué queda, entonces?

Un relato crudo contado con buen pulso narrativo y una buena interpretación del protagonista principal, Nicolaj Coster-Waldau. Nada más, pero tampoco nada menos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Martes Carnaval
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
26 de septiembre de 2015
52 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine y el teatro tienen sus propias reglas y generan productos distintos.

Con trazo grueso podemos decir que el teatro es más próximo y tangible, llega más, sus medios son más limitados, sus condicionamientos son mayores y su público potencial es más reducido.

Una obra de teatro siempre se puede llevar al cine, aunque sólo sea rodándola. No ocurre lo mismo en sentido contrario.

La comparecencia judicial de Luis Bárcenas en la Audiencia Nacional ante el juez Pablo Ruz el 15 de junio de 2013, de cinco horas de duración, tuvo un interés muy especial, pues en ella el que había sido tesorero nacional del PP "se animó a largar por primera vez" —aunque la película transmite la impresión de que lo hizo con contención— y aportó un gran número de documentos a la causa que dejaban en evidencia el modus operandi en el PP en relación a su financiación ilegal: Los famosos "papeles de Bárcenas".

El juez Pablo Ruz fue nombrado juez interino del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional por el Consejo General del Poder Judicial, en sustitución de Baltasar Garzón, primer instructor del caso Gürtel, que había sido suspendido de sus funciones y, con posterioridad, sería expulsado de la carrera judicial.

Esta comparecencia judicial dio lugar inicialmente a una obra de teatro —con el título "Ruz-Bárcenas" —, dirigida por Alberto San Juan, con sólo dos actores: Pedro Casablanc, en el papel de Bárcenas y Manuel Soto, en el del juez Pablo Ruz. David Ilundain —el director de esta película— los ha fichado para su proyecto, rentabilizando así su esfuerzo por encarnar a sus dos personajes. El hacerlos tan reales les convierte más en imitadores que en actores.

Las interpretaciones son soberbias. En el personaje de Bárcenas, Casablanc, cuyo parecido físico con Bárcenas no es muy grande, vampiriza su personalidad: Seguro de sí mismo, rápido de reflejos, con gran autoestima, capaz en su trabajo, despectivo, distante, engolado y poco gesticulador. De Manuel Soto en su fidelidad en la interpretación del juez Ruz puedo opinar menos, porque este último es un personaje mucho menos mediático, pero sí puedo decir que su papel resulta muy verosímil.

A mí la película me ha parecido apasionante, pero debo advertir que puede resultar indigesta —por su confinamiento en una sala de los juzgados— para quien no esté algo familiarizado con las andanzas de Bárcenas. Ése es el riesgo de la película que se ha asumido con gran valentía. En contrapartida, la fuerza de la misma radica en la verosimilitud con que se recrean todos los aspectos relativos a la comparecencia judicial de Bárcenas. Fundamentalmente la sala —claustrofóbica y sofocante por el calor del verano—, la constelación de los que asistieron a ella —juez, fiscal, abogados de la acusación particular, defensores…— y lo que allí se dijo.

Es como si con dos años de diferencia se nos invitase a asistir a aquel acontecimiento, tomásemos asiento en la sala, escuchásemos… y quedásemos en estado de “shock”, absolutamente escandalizados.
Martes Carnaval
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 12 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow