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Críticas de Piano y yo
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Críticas 87
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
12 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos momentos, 12 de Noviembre de 2.019, ya es un poco tarde para recomendar el ciclo sobre el director mejicano Roberto Gavaldón que se está emitiendo en la filmoteca española en Madrid. Solo quería hacer un breve apunte sobre una escena genial de esta película, que me ha recordado un comentario que hizo el crítico de cine Víctor Arribas a otra película que nada tiene que ver con la ahora comentada. El dijo, en referencia a la película "El cuervo" con Alan Ladd y Verónica Lake que la película valía la pena aunque fuese solo por ver, creo que era al propio Alan Ladd, saltar por encima de las rodillas de Verónica Lake para así poder sentarse en un tren de tercera clase. Yo digo que merece ver esta "La escondida" solo por recrearse en el momento que sale en el tráiler de la película que se puede ver aquí en Filmaffinity, en el que la bellísima María Félix explica porque la llaman "La escondida", mientras da una palmadita en la cara a su nuevo, aunque ya algo mayorcito, nuevo amor, un militar de muy alto rango.
En general me están encantando las películas que he visto de Roberto Gavaldón, en especial La noche avanza, Miércoles de Ceniza y La diosa arrodillada.
Ya sé que esta crítica no está muy correctamente hecha, pues casi no hablo de la película La escondida, pero ello no quita para que recomiende ver esta película. El motivo de mi aturdimiento es la belleza de María Félix, y, en general la belleza del cine de aquellos maravillosos años que van de 1.920 a 1.960 más o menos.
Piano y yo
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3
24 de agosto de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré breve. En este momento hay más de 200 críticas para esta película.

Mi nota 10 - 7 = 3

3 puntos positivos por:

1.- La música minimalista de piano que acompaña las excesivas escenas de felicidad de la pareja protagonista.

2.- Algunas escenas sobre todo iniciales que versan sobre como puede que empiece a ver Hawking a las personas y los objetos que le rodean, -escena del baile al aire libre con toda la gente bailando y Hawking contemplándolos con luz ultravioleta; otra escena muy corta en la que las olas de una playa al llegar a la orilla tienen que literalmente trepar sobre la arena para llegar a su fin, -y que me parece un resumen breve pero muy visual de lo que quiso decir Hawking con su pensamiento y sus estudios, que igual que hubo un inicio científico, seguramente habrá un final científico para el Universo-; la del café y la leche encima girando dentro de una taza, movimiento que Hawking parece saber detener con su voz u/o pensamiento.

Y 3.- Ver las imágenes reales de Cambridge al principio de la película y de varios habitáculos interiores de las casas, así como de las iglesias del lugar en las que la esposa del protagonista acude a cantar en un coro, localizaciones que siempre es un placer visionar para cualquier amante del arte.

Y 7 puntos negativos porque es bastante peor que otras películas que he visto sobre parapléjicos, etc. Me explico:

A.- Le quito 2 puntos a la Teoría del todo porque su ¿guión?, si es que existe, es simplemente bastante peor que el de en Mi pie izquierdo, que es mucho más dramática, mucho más británica, mucho más realista en cuanto a los personajes secundarios que rodean a las personas con estas enfermedades y a sus cónyuges, -magnífica la madre del protagonista de Mi pie izquierdo, sosos todos en la que comento aquí-.

B.- Otros 2 puntos menos para la Teoría del todo, porque como biografía de otro personaje ilustre de la historia, cuya vida, amores y pensamiento filosófico está también bastante documentada, prefiero mil veces la película Amor inmortal de 1994 con Gary Oldman e Isabella Rossellini, que investiga sobre cual fue la destinataria de la carta de amor más famosa escrita por un compositor que no es otro que mi adorado Beethoven y su famosa carta que comienza diciendo "Mi ángel, mi todo, mi yo", carta que los historiadores de la música todavía discuten sobre a que fémina iba destinada, película que también trata, como no, el carácter mitad genial mitad violento o colérico de este músico sordo, que confesó sus deseos de suicidio en otra carta famosísima, y que debió morir envenenado por las aguas que le recomendaron los médicos para curar su sordera.

C.- Le resto otros 2 puntos a la Teoría del todo porque Intocable del 2011 con François Cluzet y Omar Sy, , o la española Campeones son bastante más divertidas y parecen menos alejadas de la realidad que esta de la Teoría del Todo.

Y D.- Le quito otro punto más porque me produjo más angustia un episodio de unos 20 minutos de Alfred Hitchcock presenta con George Sanders como protagonista al que, tras un accidente de tráfico, en el que queda inmóvil, todos le dan por muerto, sin que realmente lo esté y la voz en off del protagonista nos lo indica en todo momento.

En fin, que los dos principales protagonistas lo hacen muy bien, ni lo discuto, ni lo afirmo, ni lo niego. Pero al fin y al cabo una película biográfica sobre alguien que sufrió tanto en vida tiene ya ganado el corazón del espectador, y, sinceramente, solo me interesaba al verla dos cosas contrarias: 1.- Que no condenara en exceso a la primera mujer de Hawking, -lo cual no hace-. Y 2.- Que no la salvara en exceso por abandonarlo e irse con su amigo músico -y aquí la película y su guión en mi opinión se pasa de benévola.

Así que hoy no digo, como acostumbro en mis críticas positivas, música maestro, apagen las luces y veánla.
Es más recomiendo que se lean la carta a la amada inmortal de Beethoven o cualquier biografía de Mozart o Beethoven que explore en sus cartas de amor a mujeres. Hay libros de la editorial Turner de unas 200 páginas que les serán más amenos.
Piano y yo
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9
12 de julio de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera divertida escena del vagón:
Ella es Lina Asygarth, solterona, de clase alta, estudia psicología infantil y vive en un pueblecito de la campiña inglesa, en la que todos y especialmente sus anticuados padres, están convencidos de la nula capacidad de Lina para seducir a un hombre.
Él es Johnnie Aysgarth, empedernido Don Juan, harto ya de las que “son para él”, y que comienza su rápida caza de una pieza mayor de las que “no son para él”;
Hitchcock acierta de lleno al escoger a los actores:
Ella es la siempre recatada, atormentada y enamorada hasta el límite Joan Fontaine repite el papel de, Rebeca, -Hitchcock, 1940-.
Y él es el galán por excelencia, el siempre maravilloso Cary Grant, que clavó su papel en tantas películas inolvidables (Vivir para gozar, La fiera de mi niña, Luna nueva, Arsénico por compasión, Me siento rejuvenecer, Historias de Filadelfia, Página en blanco), y al que Hitchcock (Atrapa a un ladrón, Encadenados, Con la muerte en los talones) o Stanley Donen (Charada, 1963) añaden ese maravilloso plus de misterio, al colocar al personaje en situaciones al límite de su supervivencia.
Al comienzo de Sospecha Cary Grant conquista a Joan Fontaine, así:
Ataque inicial, sorpresivo, mientras Cary y Joan “sustituyen” la misa por un “pacífico y bucólico paseo”:
El: Lina, sospecho, carita de mono, que tu occipital mapilar es más bonito que ninguno.
Ella, llena de deseo, le reprocha, pero no consigue articular más que un rendido: Oh Johnnie.
El se lanza a besarla.
Ella le esquiva y cierra el bolso.
El ataca y llega a tocarle la cabellera.
Ella se defiende, según él con una fuerza que carece de lógica (pues Cary, con toda la razón del mundo, ya SOSPECHA que ella caerá en sus brazos)
Segundo ataque:
En la fiesta, el consigue colarse sin estar invitado, y una vez con su pareja, ambos deciden “sustituir el decoroso vals de Johan Strauss” por unas picantes conversaciones primero en el coche y luego en casa de ella ante el retrato del futuro suegro:
Él: ¿Alguna vez te han besado en un coche?
Ella: No Johnnie.
Él: ¿Quieres que te bese?
Ella asiente y ...
Después del beso:
Él: Vaya, vaya, eres la única mujer que conozco que dice sí cuando quiere decir sí.
Ella: ¿Y que decián las otras?
El: Cualquier cosa menos sí.
Ella: Y te han besado muchas, sabes que no soy una experta.
Una noche las conté como las ovejitas al dormir.
Cary, dirigiéndose al cuadro de su futuro suegro: “Se qué no te caigo bien”, cuadro que tiene propia vida (como ocurre en la maravillosa El retrato de Dorian Gray, Albert Lewin 1945), y que se convierte, vía herencia, en un símbolo de rechazo hacia la actitud de Cary.
¿Cuál será la situación de nuestra pareja al final de la película? Sospecho que podría ser la misma. Ver spoiler.
Y ¿qué queda por contar en medio? Pues una maravillosa película, con todo en su sitio y en perfectas dosis:
El magnífico Cedric Hardwicke hace de un respetable y adinerado suegro, tan incapaz de esconder ante todos su temor ante la mala reputación de su futuro yerno, como de retener junto a sí no solo a su solterona hija, sino a las famosísimas sillas que son de la herencia de la familia, las cuales pasan a ser regalo de bodas y, como no, fuente de renta para que nuestro Cary pueda apostar agusto en las famosas carreras.
La maravillosa Dame May Whitty es una suegra, fruto de su época, siempre atareada con las labores domésticas, a la que nadie escucha y que no comprende los vaivenes en el estado de ánimo de su hija, -genial la escena en la que la hija no quiere ir sin pareja masculina al baile, y se excusa ante su madre diciendo que sufre un “mortal” dolor de cabeza, dolor éste que desaparece al instante al confirmarse la presencia de Cary Grant en dicho baile.
Un fiel amigo, especialista en meter la pata en las conversaciones, pero siempre deslumbrado ante la astucia en el amor y en los negocios de Cary. Obviamente, este amigo está “algo”enfermo y no debe beber alcohol... (Perfecto Reginald Sheffield).
Un respetable primo, que es un hombre de bien, con un trabajo honrado y que intenta ayudar en todo lo posible a la economía de Cary, hasta ofreciéndole trabajo (Genial Leo G.Carroll).
Una vecina escritora de famosas novelas de crímenes, con un hermano médico forense, los cuales, pese a su gran afición por imaginar, conocer, o descubrir los entresijos de todo tipo de crímenes, también en dicho aspecto son superados en audacia por Cary. Pasión por los crimenes que todos ellos comparten con Henry Travers y su vecino en la también maravillosa La sombra de una duda, -Hitchcock 1943-.
Dos escenas que podrían ser historia del cine, y que son los dos desmayos femeninos de Joan Fontaine, esplendidamente vestida en toda la película: el primer desmayo, en la escena en la que Joan imagina y anticipa la muerte del amigo de Cary, mientras los tres juegan al Scrabble, y la segunda en la que ella se ve obligada a imponer a su marido que no duerma más con ella, pues ella no para de sospechar que los vasos de leche vienen cargaditos de algo más que de lactosa... (binomios amor – sexo, miedo – rígidez sexual, que tanto brillan también en la AUTENTICA OBRA MAESTRA que es LA MUJER PANTERA, Tourneur, 1942).
Escenas ambas de los desmayos que me hacen afirmar que Hictchcock fue el mejor director filmando desmayos femeninos (como no recordar el de la bellísima Ingrid Bergman en la inmortal Encadenados, o el de Karin Dor en el papel de Juanita de Córdoba en Topaz).
Y para que no falte de nada una criada jovencita, un perrito, miles de regalos, alcohol a todas horas, y como quien no quiere la cosa dos muertos, miles de deudas, etc.
Así que música maestro. No lean más críticas y vean esta obra maestra, una o cien veces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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10
20 de enero de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado mucho esta película por varios motivos, que cuento todos en el spoiler, pues desgrano la película en sus escenas más importantes, según van ocurriendo en la pantalla:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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10
14 de enero de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra joya más del director André de Toth, del que también me gustó mucho Ciudad en tinieblas (Crime wave, 1954, con el siempre genial Sterling Haydn); otra joya más del cine negro de los 40 y es la enésima, de una altura similar a todas estas obras maestras a las que estas aguas turbias me ha recordado:

1.- El personaje de la muy bella y angelical Merle Oberón (Leslie Calvin), sin duda me ha traído a la memoria a dos actrices:

A.- Por un lado, lo que le sucede a su personaje Leslie me ha recordado a la simpar Ingrid Bergman en Luz que agoniza (George Cukor, 1944), -ver spoiler uno-, y

B.- Y, por otro lado, Merle Oberón me ha recordado por sus miradas, sus gestos y toda su maravillosa interpretación, en este personaje de Leslie a la siempre genial Barbara Stanwyck -una de mis actrices preferidas-; y esto me ha ocurrido tanto en los momentos de estas aguas turbias en que Leslie sufre un dolor insoportable, por su débil psicología-, como en los breves momentos en que siente alegría, (magnífica la escena del baile con el doctor George Grover (interpretado por Franchot Tone), con todos los niños pequeños del pueblo jugueteando, y con la aparición de nuevos personajes que podrían ser también los malos de la película ¿quién sabe?, pues en el pequeño pueblo de Rossignol en el que todos se aburren, obviamente, todos quieren bailar con la bella y recién llegada Leslie.
Concretamente, en los momentos duros y de dolor, Merle me ha recordado a la Barbara Stanwyck de Voces de muerte (Anatole Litvak, 1948), y Mentira latente (Mitchell Leisen, 1950), en la que Barbara se luce como gran estrella en esa primera escena tirada en el suelo ante una puerta cerrada y abandonada por otra por su novio, el cual le pasa 10 dólares por debajo de la puerta para que simplemente desaparezca para siempre, primera escena ésta tan potente como la de estas Aguas Turbias en la que Leslie, enloquecida, sale de las portadas de los periódicos de sucesos, para en la siguiente escena despertar ante los médicos, tras su correspondiente desmayo.
Y por lo que se refiere a los momentos de alegría y amor, las semejanzas con la multidisciplinar Bárbara Stanwyck vienen de Bola de fuego (Howard Hawks, 1941) o de Tú me perteneces (Wesley Ruggles, 1941).

2.- El siempre genial Elisha Cook Jr. (Cleeve), que aquí es, por un lado ante Leslie un lobo con piel de cordero, también quiere ligarsela obviamente, pero en el fondo, un tipo con muy malas intenciones, agrio, impulsivo, inmoral, enamorado del siempre sucio dinero, y a la vez algo torpe, descerebrado y a las órdenes del también maravilloso Thomas Mitchell (Mr. Sydney), auténtico cerebro de la turbia operación acuática que se nos cuenta.
Pues como iba a decir el fantástico Elisha Cook Jr en estas Aguas turbias me ha recordado a sí mismo en su magnífica intepretación de George Peatty en la inigualable Atraco perfecto (Stanley Kubrick, 1956), si bien en esta última está a las órdenes de su insaciable amante, también ávida de dinero.

3.- El maravilloso y siempre perverso Thomas Mitchell (Mr. Sydney) me ha recordado a la absoluta estrella del firmamento fílmico Judith Anderson en su maravilloso papel de la Sra. Danvers, en la siempre bella, romántica y tormentosa película que es la genial Rebeca (del siempre retorcido y genial Alfred Hitckcock, 1940); ambos Mr. Sydney en estas Aguas turbias y la Sra. Danvers en Rebeca dirigen la casa, plantación o mansión de sus dueños con un oscuro e insano magnetismo, con una escrupulosa y omnipresente reiteración y orden en los horarios, en los hábitos, etc, etc, y con muy malas intenciones, imponiéndose en todo caso a los sustituidos y completamente desplazados señores de la casa, que son respectivamente John Qualen como el tío Norbert Lamont, al que en estas Aguas Turbias dibujan como despistado científico, y el simpar Laurence Olivier como Maxim de Winter, el cual bordó su papel de hombre de mediana edad, adinerado, pero al que su pasado impide enamorarse de nuevo en la obra maestra que es Rebeca.

4.- El matrimonio de los señores Lamont me ha recordado a los también amables y perversos Claude Rains y Leopoldine Konstantin de la bellísima Encadenados (Hitchcock, 1946), -ver spoiler dos-.

Y 5.- El enamorado médico doctor George Grover (interpretado por Franchot Tone) me ha recordado, por su papel -ver spoiler tres- al astuto Mark Halliday (interpretado por Robert Cummings en la magnífica Crimen perfecto (Hitchcock, 1954).

Y como siempre, no falta un vestuario y música maravillosas (siempre grande Miklós Rózsa), una ambiéntación fantástica, con Leslie llegando a un lugar completamente desconocido, en el que rápido comienza a sentir terror, como también ocurre a la protagonista Frances Dee, como Betsy Connell, al comienzo de la también genial y acuática Yo anduve con un zombie (Jacques Tourneur, 1943).
En fin, si todas estas películas antes reseñadas son todas obras maestras, y esta joyita de Aguas Turbias me recuerda tanto a todas ellas, será porque Aguas Turbias también lo es. (¿Quién decía que André de Toth era un mero artesano?, le contestaré que no estoy de acuerdo.)
Y en general, se nota que amo al cine clásico y especialmente el film noir -Gracias José Luis Garci por tu libro Noir, por tus programas de televisión y radio, por ser siempre guía, amigo, un ser al que amo y con razón-
Así que, música maestro, enciendan la televisión, no lean más críticas y, veánla.
Piano y yo, 15 de Enero de 2.019.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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