Película para reflexionar, de índole religiosa, donde a través de un anciano científico y su hijo se expone la tesis de que "el amor es bueno, ese tirón de algo tan fuerte y trascendente", además de que "descubrir lo que define a la fe y al conocimiento sería definir a Dios". E incluso da cabida a lo que pudiéramos llamar un microrrelato titulado "La singularidad" que dice así:

"La fe y el conocimiento son, en una dimensión elevada, los lados de una misma moneda".

En un filme educativo de humanidad, alentador del alma, pero no una obra maestra para participar en los oscars ni para ganar dinero en cines, y dado como funciona el gusto de las masas, dudo que hubiera más de un dos por ciento de espectadores que optara por ir a ver esta película. No obstante, a mí que me gustan las películas que animan espiritualmente (animar viene de alma o viceversa), sí me parece aceptable y visionable.

Una película de las que se constituyen en inolvidables.

Ver a ese padre "pedazo de pan" cómo trata a sus hijas o al gandulazo del amigo-novio de su hija mayor (quién aprende más de nociones de buena educación, humanidad y dominio de sí, en las semanas que pasa junto al protagonista principal que en el resto de su vida).

Ver esas playas, esos colores, esas montañas de Hawaii.

Ver la historia, el desarrollo de la misma, las distintas sensibilidades que se dan, al veterano Beau Bridges (aquel actor que hace muchos, muchos años, hizo una película genial donde interpretaba a un soldado que va en un vagón de metro donde unos gamberros atemorizan y acobardan a todos los viajeros)..., es una gozada, es la satisfacción que se siente ante el buen cine.

Créanme, es una película de las que hay que ver, pues lo merece.

Películas sobre vacas, al menos de entrada y de salida. Pero sobre todo de hospitalidad, de acogida, de socorro a emigrante o foráneo que vemos desesperado ante nuestros ojos, en lugar de pasar de él para no meternos en "problemas" (pues por lo general lo que queremos todos es vivir sin problemas, aunque esto suponga que a los demás los parte un rayo).

El protagonista es un hombre solitario, ferretero, que vive y trabaja solo. Mas de pronto un chino le caera sobre su vida como una "china se mete en un zapato"; y él hará lo que la mayoría de nosotros no haríamos. Por esto "Un cuento chino" nos sirve como ejemplo, como acicateador de humanización, de meternos en "problemas", ya que la vida de por sí es problemática y al fin y a la postre los problemas son la sal de la vida, la puerta a la dimensión maravillosa donde hallamos tesoros insospechados y llenos de dicha.

Que así sea. Vean y disfruten de este "cuento" argentino de notable valor.

La película es encantadora, con un humor que deja muy buen sabor y estado de ánimo. Pero sobre todo la película es muy buena por sus quince últimos minutos, donde contemplamos maravillados la ejecución del concierto en Re Mayor op. 35 del célebre compositor Pyotr Ilyich Tchaikovsky.

Sin duda, la parte final donde oímos el cautivador Concierto 35 de Tchaikovsky es la más emotiva: a mí no me importa confesar que lloré a lágrimas vivas oyéndola y contemplándo las imágenes de la misma. Como exaltación cumbre del filme es sublime; pero el resto de la película, aunque parezca algo floja, es aceptablemente digna, con mucho estilo, ironía y con un gran actor ruso llamado Aleksei Guskov.

Para quienes gustan de emocionarse en el cine y si encima les gusta la música clásica, este filme es recomendable, de los que casi seguro no les desfraudará.

Además, el mensaje primordial de esta película es grandioso y a tenerse muy en cuenta: "El sol sale todos los días por la mañana, pero nunca por la noche." Lo que quiere decir que si usted está pasando una terrible noche en su vida, debe tener firmeza, no hundirse interiormente y resistir hasta que aparezca la mañana.

Buena película sobre una buena obra teatral de atmósfera casi "shakespeariano", del autor prusiano del siglo XVIII, Heinrich Wilhelm von Kleist.

El joven coronel y príncipe de Homburg desobedece una orden en plena guerra contra los suecos, lanzándose a atacar sin haberle sido ordenado. A pesar del triunfo obtenido, dado que actuó desobedeciendo las órdenes del general en jefe, es encarcelado, juzgado y sentenciado a muerte. ¿Qué pasará con este héroe al que admiran el resto de oficiales y jefes del ejércitos y de quien está fervientemente enamorada la sobrina de la máxima autoridad?

La película tiene un buen montaje y desarrollo, y en cuanto al final es bien sorprendente.