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Críticas de Piano y yo
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Críticas 87
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
15 de enero de 2011
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver por 3ª vez en mi vida esta película, antes tenía 20, luego 30 y ahora tengo 40 años. Me sigue gustando mucho por los siguientes motivos, que son los mismos desde la primera vez que la ví:
1.- El comienzo espectacular, con el contraste entre los besos recibidos por el marido (Tony) y el amante (Mark), la mirada desafiante de ella hacia su marido en el desayuno.
2.- La imponente y larga escena en la que el marido convence al futuro ejecutor de su maquiavélico plan; Hitchcock parece gozar al mostrarnos lo fracasado que es el tal Swan.
3.- Lo impactante en el aspecto visual de las escenas del crimen, de la alteración de pruebas posterior y del juego de colores sobre la cara de ella en el juicio con la voz en off acusadora.
4.- La bromita de que se pare el reloj y no haya sincronización en los planes del cerebro y el ejecutor momentos antes de que suene el teléfono.
5.- Las caras y los siempre divertidos comentarios del detective John Williams.
6.- En general, como han dicho otras críticas, por la tremenda importancia que adquieren los objetos –llave, carta, medias, dinero-, y por desarrollarse toda la película en el salón de la casa.
7.- La gélida belleza de Grace Kelly, que además viste acorde con su estado de ánimo. Al comienzo estando con su amante va sexy –de rojo y con escote-; luego cuando van a irse fuera éste y su marido sigue estando muy arreglada y guapa, pero en plan más casero; el camisón le queda muy bien, -obvio-; y desde que la acusan pasa a vestir de forma realmente apagada y triste.
8.- El meticuloso guión, lo impactante de la frialdad de la actuación de Ray Milland en todo momento, -su cara en el taxi de vuelta a casa tras su primer fracaso inicial es la de un sádico-.
9.- Está en armonía la música de la película –música con ritmo y hasta pegadiza- con el hecho cómico de que sea el amante, más bien atontado, el que en el último momento da en el centro de la diana adivinándolo todo. En cierto modo, la película es una obra de teatro clásico y al mismo tiempo una comedia con un aire muy inglés.
Y 10.- Resiste perfectamente varios visionados.
Así que, corten esta crítica, y música maestro.
Nota: 10 sobre 10.
P.D. No me parece adecuado comparar películas de Hitchcock entre sí; especialmente con él cada una es un mundo con tantos detalles…
Piano y yo
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6
26 de diciembre de 2010
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las anteriores solo vi la primera película, y, aunque es cierto que como comedia puede que no llegue a tener la chispa de dicha primera, opino que para ser una tercera entrega, admite un visionado en uno de esos días que uno no tiene gran cosa que hacer o que tus hijos o sobrinos o nietos te piden que les lleves al cine. El principio con las alusiones a El padrino tiene su gracia. La parte central es quizá un poco más aburrida, ya que se hace bastante largo todo el episodio del antiguo amor de ella y de la elección de un colegio para los niños. Pero de todos modos, consigue salvarse y no solo como comedia, pues también, no lo olvidemos, cuenta varias historias de amor entre Ben Stiller y su esposa Teri Polo, entre sus respectivos padres y no voy a contar si también entre alguién más.
Escena divertida: la de la inyección, con su antecesora de cortar el pavo, y el descenso a los infiernos, vertiginoso y en caída libre, de Ben Stiller y Jessica Alba, la cual es obviamente el gancho para el público masculino
Secundarios bien, divertidos sobre todo Barbara Streisand y su marido Dustin Hoffman.
Nota: 6 sobre 10.
Piano y yo
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10
8 de diciembre de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy divertida película, con un ritmo frenético, una historia divertida, el matrimonio de banqueros te hace reir continuamente, -él con buen corazón, pero harto de los dispendios económicos de su esposa y de la vaguería de su hijo Ray Milland, también genial-. Jean Arthur actúa muy bien como chica humilde que le cae la fortuna caída del cielo y consigue con su cara angelical que te enamores de ella. Guión francamente fantástico, con diálogos muy buenos y divertidos. Contiene escenas realmente geniales y largas, como la de la cafetería, con esa invasión de la gente, o como la de los vaivenes de la bolsa, provocados por la decisión de la chica humilde, que preguntada, por error, afirma que el cobre va a bajar, cuando ella no tiene ni idea de temas bursátiles.
Nada que criticar, es divertida hasta la escena final.
Gracias a Preston Surges y a Mitchell Leisen.
Nota 10 sobre 10.
Así que corten esta crítica, enciendan el televisor y música maestro.
Piano y yo
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10
29 de noviembre de 2010
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película que me parece bastante difícil de comentar, ya que la trama de la misma, que no es más que el cuento de Cenicienta llevado al cine, hace que la historieta esté muy vista. De todos modos diré que me ha parecido una gran película, ya que contiene todos los ingredientes de otras muchas películas de Billy Wilder, a saber:
1.- Diálogos perfectos, directos y muy divertidos, unos secundarios magníficos –el padre de Sabrina, (gran John Williams, que repite papel de padre apocado, como en varios capítulos de Alfred Hitchcock presenta…), y el padre de los dos hermanos Larrabe, también muy divertido-. Igual me pasa con los diálogos de -Ariane, 1,2,3, Bésame tonto, Perdición, Irma la dulce-.
2.- Ambientación perfecta que retrata el siempre intrigante embrujo de la ciudad de París y el impactante y a la vez frío mundo financiero de los rascacielos de Nueva York. Lo mismo me ocurre con la ambientación de las ciudades en Ariane, 1,2,3, Irma la dulce.
3.- Unos actores muy bien escogidos, Bogart, tan frío, me parece perfecto para el papel de hermano trabajador y cumplidor, pero que también cuida a su hermano pequeño, y que, obviamente tiene su corazoncito; Holden, de vividor, lo hace muy bien; y que no decir de la siempre elegante y perfecta Audrey.
Poco más, el final, tan divertido como es propio de ese genio que fue Wilder.
Nota: 10 sobre 10.
Así que corten esta crítica, enciendan el televisor y que empiece la música, maestro.
Piano y yo
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10
28 de noviembre de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto esta película 2 veces, una hace 10 años y otra ahora mismo, y en ambas veces me ha parecido una obra maestra, de 10, -y eso que hay que perdonarle algo, que indico en el spoiler-.
Nos muestra de forma magistral, tras indicarnos quien es el asesino en el minuto 5, un intercambio de golpes a tres bandas:
1º.- Entre un inseguro vendedor de seguros, Fred MacMuray, en principio inteligente, -aún cuando pronto empeora y empieza a tomar decisiones con otra parte de su cuerpo que no es exactamente el cerebro-;
2º- La realmente fea, pero, -he ahí su misterio-, tremendamente seductora Barbara Stanwyck, -me seduce más verla con toalla que con tobillera-, que "sólo" sabe asesinar a todos los que la rodean, y
3º.- El simpatiquísimo y gran actor Edward G. Robinson, -encargado de descubrir los posibles timos que pueda sufrir la compañía de seguros, con el fin de cobrar la en este caso doble indemnización-, y que riega la película con sus investigaciones, fruto de la experiencia tras 20 años descubriendo engaños ajenos -es un gran acierto que la peli nos indique como ha sido la vida amorosa de Robinson, -hace mucho tiempo que estuvo a punto de casarse y nada más...-.
La historia está llena de aciertos, -gigantesco flash back inicial, que no hace que la atención del espectador decaiga-, relación de admiración mutua entre el jefe Robinson y su empleado MacMurray, marido asesinado que no parece muy agradable, -no ama a la Stanwyck, que es su segunda esposa, según ella él es un borracho y la pega; además este marido trata bruscamente al pobre vendedor de seguros, solo ama a su hija Lola -fruto de un anterior matrimonio en el que la primera esposa también murió en unas circunstancias nada claras y con la Stanwyck de enfermera-.
Los diálogos, como siempre en Wilder, son fantásticos y te atrapan desde el primer momento.
La escena del asesinato del marido, enseñando sólo la cara de la Stanwyck, es impagable, ya que el espectador nota que la película narra, ante todo, como ella es una auténtica víbora al lado del inocentón de MacMurray.
La derivación del afecto de MacMurray, que tras caer en las garras de la Stanwyck, sólo se ve consolado por la compañía de la hija del fallecido, la dulce Lola -Jean Heather-, la cual está demasiado llena de problemas al no sentirse querida por su impulsivo novio -Nino Zachetti-, como para descubrir a los asesinos, pese a ser la primera que duda de la Stanwyck.
Y Wilder acaba la película con un diálogo que, con todos los honores, ha pasado a la historia del cine, cosa que ya le ocurrió con las frases finales de Con faldas y a lo loco, de Bésame tonto, con las escenas finales de Ariane y de Sabrina… -ver spoiler-. Gracias Billy Wilder, para mí, también eres una especie de Dios.
Así que apaguen esta crítica y enciendan el televisor: Música maestro.
Nota 10 de 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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