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España España · El Puerto de Santa María
Voto de Devorador_de_Pelis:
8
Drama Docudrama biográfico sobre el cosmonauta soviético Yuri Gagarin, en donde se entrelazan la aventura del hombre que realizó el 12 de abril de 1961 el primer viaje espacial de la humanidad, orbitando sobre la Tierra durante 108 minutos, y sus impliaciones y desafíos en su vida familiar. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En general, el cine ruso actual es prácticamente la única mirada desapasionada de la extinta URSS que podemos encontrar. Ése es el pensamiento que se quedó dando vueltas en mi cabeza después de ver esta y tras haber visto otras muchas películas rusas actuales. Hay que recordar que la Rusia del SXXI es un país 100% capitalista, gobernado por un partido, Rusia Unida cuyo programa económico es homologable al de cualquier gran partido de gobierno europeo.

Por lo tanto, quien piense que el cine ruso actual tiene la menor intención de ensalzar al régimen soviético, está muy equivocado. Es mucho más probable que el cine americano actual, a excepción del llamado "independiente", tenga una agenda oculta de exaltación a que la tenga un cine producido en un país que rompió hace tres años (de forma pacifica) con todo lo que suponía la URSS.

Y esta película es un buen ejemplo: los personajes son creíbles, con unos protagonistas muy alejados de los héroes de cartón piedra a que nos tiene acostumbrados Hollywood, animados por motivaciones y creencias muy de andar por casa. Los secundarios, lo mismo, los buenos, los menos buenos y los malos: no hay blanco y negro, sino una gama casi infinita de grises. Es de agradecer que ningún personaje pierda el tiempo haciendo un discurso hacia la cámara, que no sé si alguien se ha dado cuenta de lo ridículo que resulta, sobre las bondades del sistema, las profundas razones para hacer lo que hacen y las elevadas motivaciones que guían a los protagonistas. En cambio, los "héroes" de estas películas son gente sencilla, que luchan por los suyos, y que hacen lo creen que tienen que hacer, sin darle muchas vueltas. Si no fuera por el cine ruso actual y, todo hay que decirlo, por multinacionales como Amazon y Netflix, que nos lo hacen llegar, seguiríamos creyendo que los soviéticos eran seres fríos y malvados, ateos, descreídos y desapegados de sus familias.

Casi todas las películas rusas, y ésta no es una excepción, se aseguran de recordarnos que las cosas en la antigua URSS eran "cutres", pero al hacerlo, queriendo o sin querer, nos enfrentan a una realidad que es incluso más poderosa desde un enfoque humano: conseguían lo que conseguían gracias a su férrea determinación, a su concentración en el fin perseguido. Y esto vale para los gimnastas como para los astronautas. El ingeniero jefe del proyecto es el primero en ser consciente de lo rudimentario de sus medios, pero la historia es la que es: cutres o no, fueron los primeros en poner un hombre en órbita, y en hacerlo volver vivo. Lo más emocionante de la película es, precisamente, que conocemos como si estuviéramos ahí a los seres humanos que fueron capaces de esa proeza. Más humanos, imposible.
Devorador_de_Pelis
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