A pesar de contar con dos actores de renombre (Martin Sheen y Harvey Keitel), este western británico es absurdo con ganas. Unas peleas entre indios que se nos presentan sin contexto y Martin Sheen persiguiendo a un caballo (¿La escena en que quieren sacrificar al caballo que sentido tiene? ¿Es por ser demasiado bonito?), en eso consiste básicamente. Una diligencia aparece en el desierto por algún motivo y el indio secuestra a una rubia. Su relación, con nada de definida ni de interesante, no parece ser muy sana, ya que el indio prefiere al caballo. Al igual que Sheen, que demuestra ser muy poco humanitario al final.
Los paisajes sosos, desierto y más desierto. Me pregunto dónde estará rodada, no creo que en Almería, más bien parece el Sáhara.
En fin, demasiada absurdez por hoy.