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Estados Unidos Estados Unidos · Chicago
Voto de Donald Rumsfeld:
6
Serie de TV. Intriga. Drama Serie de TV (2022). 1 temporada. 8 episodios. Un barco de vapor lleno de inmigrantes europeos viaja rumbo a Nueva York. Todos en el barco sueñan con un futuro en el nuevo mundo. Cuando, durante el trayecto, descubren otro barco de inmigrantes a la deriva en alta mar, su viaje da un giro inesperado. Lo que descubrirán a bordo convertirá su viaje hacia la tierra prometida en un enigma de pesadilla que conectará el pasado de cada uno de ... [+]
1 de diciembre de 2022
6 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso de que la vida es sueño son tonterías de poetas y filósofos; lo único que puede haber de cierto en ello es que la vida da sueño. Eso sí que es una verdad universal. En mi caso, es estar unas 12 horas despierto y comenzar a tener la imperiosa necesidad de echar una cabezada. Sin embargo, a medida que me voy haciendo más maduro y atractivo, cada vez me resulta más difícil encontrar el tiempo y el lugar para descansar en como Dios manda. Y yo necesito un mínimo de 9 horas y media diarias, y de 12 a 13 horas los festivos y fines de semana, para compensar el déficit intrasemanal. Suena más fácil de lo que parece. Es decir, durante una temporada pude recurrir al cine. Es lo bueno que tienen esas butacas tan modernas y espaciosas, son tan comfys que uno no tarda nada en relajarse y desconectar. Especialmente cuando te ayudan los Vengadores y su séquito; a efectos prácticos, cualquier película de la Marvel me garantiza un mínimo de 130 minutos de feroz sueño. En fin, por eso me gustan tanto las pelis largas, porque ya que pago por dormir quiero hacerlo durante el mayor tiempo posible y sin contemplaciones. La trilogía del Hobbit fue una de las mejores inversiones que he hecho en mi vida: me las dormí enteritas. Todas. Contando los trailers son como 4 horas y para la segunda parte había caído como un tronco incluso antes de que acabaran; desafortunadamente, siempre hay algún desaprensivo al que le molestan los ruidos connaturales a un sueño reparador, pero para esa época ya iba provisto de dos buenos tapones y unas anteojeras por lo que podía relajarme tan a lo bestia que no era infrecuente que me despertaran los de la limpieza. Sin embargo, no me avergüenza confesar que mi tierna esposa comenzó a pensar cosas y me vi obligado a poner fin a aquellas viciosas escapadas. Menos mal que entonces llegó la era del streaming. Ahora, gracias a la tecnología, solo necesito Netflix y un sillón para echarme una siesta a voluntad. En lo que extiendo el reposapiés y dejo que Drax, mi border collie, me quite las zapatillas para echarse a dormir sobre ellas, ya estoy dormido ya. Tan simple como eso. Es una gozada como dormimos. Ojala, le digo, cuando salimos de ese momento tan zen y reparador, estuviera despierto para poder verlo. Además, y esto es algo que conviene no pasar por alto, gracias al streaming uno puede escalar la siesta a su antojo: desde un breve sopor de 20 minutos hasta la anestesia generalizada del modo reproducción continua. Yo ha habido series que me les he dormido del tirón. Es que es escuchar el toclóóóón que acompaña a la N y entrar en un modo trascendente del que solo mi tierna esposa es capaz de sacarme a base de aporrear la puerta y vociferar mi nombre. <<Me pregunto qué haces ahí solo tanto tiempo>>, dice cuando no me queda más remedio que dar testimonio de mi existencia. Yo prefiero no decirle nada, hay cosas que una mujer nunca podría comprender, y tampoco quiero engañarla.

Cortar Por La Línea De Puntos fue una siesta rápida. Las de Narcos fueron de media distancia. De Orange Is The New Black, a partir de la segunda temporada, no recuerdo nada. Stranger Things, obra maestra: nunca pasé la musiquilla de la cabezera. De El Juego del Calamar lo único que saqué en claro es que, pese a las apariencias, no había cefalópodos. La Casa de Papel me la he dormido dos veces. De momento. Y luego están las pelis de Netflix, que con esas puedo dormir incluso aunque no tenga sueño. O sea, que me puedo poner a ver un Irlandés totalmente fresco, vamos, recién levantado de una siesta previa, y saber que en menos de nada voy a pasar al estado Hawking: quieto por fuera, muy activo por dentro. Menudos sueños que me echo. En fin, Dark sí que hacía honor a su nombre y no solo tenía el grado de iluminación perfecto para dormirse las temporadas del tirón, sino que además también tenía un montón de alemanes, así que ya iba a tiro hecho. La última temporada fue tan buena que incluso ronqué en modo Marvel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Donald Rumsfeld
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