Me he hartado de leer opiniones sobre The French Dispatch que coincidían en que era lo más 'wesandersoniano' que había hecho nunca su director y que los detractores de este director la iban a odiar. He de decir que sí, estoy bastante de acuerdo: The French Dispatch es café para cafeteros.

Quizás me cuesta ser plenamente objetivo con el cine de Wes Anderson porque es un realizador al que le tengo bastante aprecio, pero siendo sinceros he disfrutado mucho con esta película. Mucha gente considera que Anderson es cada día más egocéntrico y que en sus películas la estética se come al contenido. Es posible que cada día 'se guste' más a sí mismo (normal, tiene más libertad que nunca), pero es que yo entiendo el cine de Wes Anderson como eso: una puerta a su mundo, su mente y sus cuentos. Porque 'The French Dispatch' es algo así como la carta de amor de un americano enamorado de Europa y concretamente de Francia... pero a su manera. Anderson es un nostálgico de una época y de un lugar en el que nunca vivió y para rellenar todo eso que no conoce recurre a la influencia de grandes directores (Godard, Tati) o a su propia forma de entender el mundo (con sarcasmos, simetrías, diálogos veloces). Y el resultado es esta Francia que nos presenta con sus pintores locos, jóvenes revolucionarios en una especie de Mayo del 68 o alocadas persecuciones policiales.

El resultado es generalmente muy divertido y obviamente una maravilla visual. Seguramente no es el mejor Anderson, pero sí que es una muestra de que su estilo (con todo lo que eso conlleva) está más vivo que nunca. Para bien y para mal.

PD: Brillan especialmente las duplas Benicio del Toro-Adrien Brody y Timothée Chalamet-Frances McDormand.
PD 2: Edward Norton sale más de lo que esperaba, lo que me alegra mucho.